Impacto del insomnio en la salud mental y física
La palabra insomnio es muy general. Coloquialmente hablamos de insomnio para referirnos a cualquier alteración en el sueño. Duermo una noche mal por lo que sea y digo al día siguiente en el desayuno “hoy he tenido insomnio”.
En términos clínicos la palabra insomnio equivale a insomnio crónico o trastorno de insomnio. Hablamos de trastorno de insomnio cuando existe dificultad importante para iniciar y mantener el sueño, al menos 3 días por semana, durante más de 3 meses, a pesar de dormir en un entorno favorable al sueño, de manera que esta forma de dormir tiene un impacto en el funcionamiento durante el día.
Lo más habitual es lo que llamamos insomnio de mantenimiento, es decir, dificultad para mantenerse dormido. Hay que aclarar, no obstante, que un adulto de más de 40 años no duerme la mayoría de veces del tirón. O sea que despertarse 1, 2 o 3 veces durante unos minutos cada noche, sobre todo en la segunda mitad de la noche, es totalmente normal. En el insomnio los despertares suelen ser prolongados y muchas veces con tensión o angustia.
Causas del insomnio y cómo varían según cada individuo
El insomnio es un proceso multifactorial, con muchas causas que interaccionan de manera compleja.
Una circunstancia estresante (factor precipitante) puede iniciar el proceso. Hay algunas personas con más tendencia a llevar el estrés al sueño que otras (factores predisponentes). Algunas conductas que ponemos en marcha al empezar a dormir mal, como prolongar el tiempo en la cama, en lugar de mitigar el insomnio lo empeoran, lo perpetúan (factores perpetuadores).
Se cree que, a través de este proceso, explicado mediante este modelo de 3P (por predisponentes, precipitantes, perpetuadores), el insomnio se instala en el organismo como un fenómeno de hiperexcitabilidad, que no sólo sucede durante la noche, sino a lo largo de las 24 horas del día. Baste como ejemplo que las personas que tienen insomnio tampoco pueden dormir la siesta, no logran quedarse dormidos.
Consecuencias del insomnio en la salud mental y física de una persona
El insomnio tiene múltiples consecuencias tanto para la salud mental como para la salud física. Está muy relacionado con la depresión y la ansiedad. El tratamiento del insomnio mejora no sólo el insomnio sino también la depresión.
Recomendaciones para el manejo inicial del insomnio antes de considerar medicamentos
Esa pregunta está planteada de manera que parece que los medicamentos son el tratamiento “de verdad” del insomnio, y lo demás son medidas más light. Es un planteamiento erróneo, muy común.
El tratamiento número uno del trastorno de insomnio, dicho así por instituciones como la American Academy of Sleep Medicine, el American College of Physicians, o la Sociedad Española de Sueño, es la terapia cognitivo-conductual del insomnio, que es un tratamiento no farmacológico.
Cuándo considerar el uso de medicamentos para tratar el insomnio: riesgos y beneficios
El uso de fármacos puede ser útil en el manejo del insomnio, pero siempre después y acompañado de medidas de tipo cognitivo-conductual. Muchos fármacos que se utilizan en el insomnio (no me gusta decir “para el insomnio”, o “para dormir”, ya que podría transmitirse la idea errónea de que, con esos fármacos, si sirven “para dormir”, el que los toma “va a dormir”), producen riesgo de sedación excesiva y caídas, problemas con la memoria y otros problemas cognitivos, e incluso, si se usan durante mucho tiempo, empeoramiento del insomnio al suprimir fases profundas del sueño.
Los fármacos hipnóticos, insisto, tienen su lugar si son bien utilizados, pero no son fármacos que te hagan dormir sí o sí ni que te curen de manera perfecta el insomnio, ni son fármacos que, si no duermes con 1, hay que tomar 2, y si no duermes con 2, pues habrá que tomar 4.