Hilos tensores, ¿cómo conseguir el deseado efecto lifting?
Escrito por:Los hilos aplicados en Medicina Estética pueden dividirse en dos grupos:
- Hilos “mágicos” (también llamados lisos, chinos o coreanos), que no tienen ni anclajes ni puntos de fijación.
- Hilos de tracción o, propiamente dicho, “tensores”, que poseen una parte que se ancla en la zona que queremos tensar y un punto fijo desde donde se tracciona.
De esta forma se diría que los primeros tienen un efecto bioestimulador (semejante a las vitaminas) y los segundos tienen una acción de tracción de las zonas caídas.
Evolución de los hilos tensores
Los especialistas utilizan los hilos desde hace más de 25 años, ya que en 1992 comenzaron a usar los hilos de oro, que fueron los primeros. Posteriormente, se utilizaron hilos de polipropileno, que no eran reabsorbibles y, después, han utilizado los que se han ido desarrollando, cada uno con su técnica específica.
Lo cierto es que, actualmente, los más recomendables son los hilos reabsorbibles, ya sean de PDO (polidioxanona) o de APL (ácido poliláctico). El resultado es menos duradero que con los permanentes, pero son menos traumáticos de poner. Sabemos que podemos poner encima otros hilos y que no se van a ir acumulando en el cuerpo, sino que desaparecerán. Presentan espículas o conos, que son los que se enganchan en todo su trayecto a lo largo de la zona de la a traccionar y el punto fijo se obtiene mediante un nudo, una curva o un cambio de dirección del hilo y se introduce en otra zona de piel menos móvil.
¿Cómo actúan los hilos tensores en la piel?
La forma de actuación de los hilos reabsorbibles es puramente mecánica. Así, el especialista engancha y tracciona la zona caída y fija el otro extremo del hilo.
En cambio, los hilos lisos son más simples de poner, ya que simplemente se introducen en gran número debajo de la piel y se espera que actúen por estimulación del colágeno, lo cual es un proceso que conlleva unas semanas para ver que esa piel suprayacente mejore en calidad. Para utilizar estos hilos no se emplea anestesia o, como mucho, un poco de crema anestésica, mientras que para los espiculados sí se utiliza anestesia local infiltrada, sobre todo donde va el nudo que se queda debajo de la piel.
Los hilos sin espículas se utilizan en pieles finas donde se quiere mejorar la densidad de la piel y ayudar a definir los perfiles de la cara. Se usan para reposicionar una zona: línea mandibular, comisuras, surcos nasogenianos o pómulos. No obstante, debe tenerse en cuenta que, si hay mucha flacidez, al tirar de la piel caída quedará un exceso de piel que, si es importante, queda muy antiestético, ya que quedaría abultado en la zona preauricular de la cara. Por tanto, es un tratamiento que se recomienda cuando la flacidez comienza.
¿Cuánto duran los efectos de los hilos tensores y quién puede recurrir a ellos?
Se establece que los efectos pueden durar entre 6 y 12 meses, no más, aunque diversas propagandas de los propios hilos lo digan.
Cuanto más pese la zona flácida (más grasa tenga), menos durará el efecto, por lo que, a veces, se combina con un pequeño lipoláser de la bolita de grasa que acompaña a esa piel. Recién puestos los hilos de tracción podemos ver un “plisado” de la piel que puede durar 4 o 5 días y que desaparece solo.
Los hilos tensores están indicados en personas de entre 40 y 60 años con un poco de flacidez y cuya piel no sea muy pesada.