Glaucoma, enfermedad de la presión ocular con fuerte componente hereditario
Escrito por:Para que el ojo funcione de manera normal tiene que tener cierta presión. Esta tensión ocular se regula por el humor acuoso, un líquido que es fabricado y evacuado en la misma cantidad. Si, por algún motivo, el ojo fabrica más líquido del normal o se evacúa menos cantidad la presión del ojo puede subir y en consecuencia afectar al nervio óptico. Si esto ocurre hablamos de glaucoma.
Así, el glaucoma es una patología que afecta a las fibras nerviosas de la retina, causando daño en el nervio óptico (neuropatía óptica), lo que se traduce en una alteración del campo visual. El factor de riesgo más importante en el glaucoma es sufrir un aumento de la presión intraocular. No obstante, hay que destacar que tener la presión ocular alta no implicará siempre tener glaucoma; no todos los ojos reaccionarán igual ante un aumento de la tensión ocular. Asimismo, si el paciente tiene la presión arterial alta tampoco significará que, obligatoriamente, deba sufrir un aumento de la presión ocular.
¿Cómo diagnosticar el glaucoma?
Medir la tensión ocular mediante tonometría es obligatorio en pacientes de más de 40 años, sobre todo si el paciente tiene antecedentes familiares de glaucoma, ya que es una enfermedad hereditaria en un gran porcentaje de casos.
Si se sospecha de glaucoma será necesaria una exploración de la tensión del ojo (tonometría), ver el aspecto del nervio óptico en el fondo del ojo y llevar a cabo una campimetría y/o una OCT, para ver si ha habido una pérdida del campo visual.
¿Puede tratarse el glaucoma?
En la actualidad existen diversos tratamientos para evitar que el glaucoma avance. No obstante, hay que destacar que, si el paciente ha perdido células nerviosas, no podrán regenerarse. De ahí que el tratamiento del glaucoma no permita mejorar el campo visual del paciente sino que solo intentará mantenerlo, evitando que siga perdiéndose.
El especialista en Oftalmología empleará las distintas terapias para el glaucoma según lo alta que tenga el paciente la presión, cuánto se haya alterado el campo visual y de la capacidad de progresión de la enfermedad. Una vez valorados estos parámetros, los tratamientos disponibles serán:
- Medicación tópica en forma de colirio
- Trabeculoplastia láser
- Cirugía filtrante con trabeculectomía o esclerotomía profunda no perforante
- Dispositivos de drenaje (valvulados o no)
- Ciclofotocoagulación