Ghosting y Curving: acciones individualistas que pueden corregirse con responsabilidad afectiva

Escrito por: Ldo. Rafael Alcaraz Sánchez
Publicado: | Actualizado: 17/04/2023
Editado por: Margarita Marquès

El ghosting y curving son dos conductas que afectan especialmente a adultos jóvenes y que ocurren tras haber mantenido algún tipo de relación sexual o afectiva con otra persona.

 

El Ghosting es un comportamiento, que como su nombre indica, consiste en dejar de contestar mensajes y llamadas, que implica hacer el vacío a la otra persona a través del bloqueo.

 

El Curving también es una práctica muy habitual para abandonar una relación. Aunque parece menos agresiva, es igual de frustrante para quien lo recibe. Consiste en responder de forma concisa o con monosílabos, tardando mucho tiempo en contestar los mensajes ya leídos, dando a entender que hay una falta de interés. Es una forma de no estar sin irse del todo.

 

Por otro lado, encontramos la responsabilidad afectiva, que es un concepto que hace referencia a la capacidad para comunicar nuestras expectativas y sentimientos sobre una relación, con respeto hacia la otra persona, comprendiendo que nuestras acciones pueden tener consecuencias sobre los otros. Se trata de cuidar al otro, para que no viva un sufrimiento innecesario.

 

Estas situaciones pueden generar alguno de los siguientes efectos emocionales: confusión, culpa, ansiedad, incertidumbre, inseguridad y trauma a causa de la falta de explicación o información.

 

Normalmente se trata de relaciones esporádicas, donde ha habido una comunicación mayoritariamente virtual. Sin embargo, tampoco es infrecuente encontrar situaciones de meses de relación, con un contacto continuo, y repentinamente la otra persona desaparece sin avisar previamente. Es una situación parecida a un proceso de duelo, pero con el añadido de no tener una explicación lógica para lo que ha pasado.

 

El Ghosting, el Curving son acciones individualistas que pueden
corregirse aplicando los principios de la responsabilidad afectiva

 

¿Cómo se puede explicar este comportamiento?

Existe más de un factor explicativo.

 

En primer lugar, sabemos que el modo de relacionarse ha cambiado mucho con la aparición de las tecnologías móviles. La posibilidad de buscar pareja o compañeros sexuales se ve condicionada por las apps de citas y las redes sociales, generando situaciones de ambivalencia en las que resulta muy fácil terminar con las relaciones ya establecidas que no cumplen con las expectativas.

 

De esta manera, se establecen relaciones superficiales, hay mayor posibilidad de elección y además es muy sencillo descartar sin dar explicaciones. Es lo que conocemos como relaciones líquidas, basadas en satisfacer las necesidades propias, huyendo de las dificultades. Son como relaciones de usar y tirar.

 

En segundo lugar, hay una tendencia a evitar dificultades. Es humano poner límites para protegerse de posibles daños, pero establecer relaciones basadas en el miedo hace que no exista un compromiso real con la otra persona. Esta tendencia puede tener su origen en: decepciones con relaciones pasadas, relaciones tóxicas o de maltrato, pocas ganar de mantener una relación. En cualquier caso, resulta más sencillo dejar de contestar que mirar a alguien a los ojos y decirle que no desea continuar con la relación.

 

En tercer lugar, debemos tener en cuenta que normalmente las relaciones de pareja fracasan por la falta de coincidencia en cuanto a valores, tipo de relación y expectativas que se buscan. El resultado es falta de afinidad.

 

Cuando la persona se ve frustrada, existen dos opciones: negociar las expectativas o pasar al siguiente candidato.

 

El Ghosting, el Curving y otros modos de actuación similares son acciones individualistas que pueden corregirse aplicando los principios de la responsabilidad afectiva: entender que las relaciones sexoafectivas suelen conllevar una implicación sentimental, y que la alternativa a eso (relaciones líquidas) tampoco es lo más saludable. Desde unos mínimos de empatía y asertividad, los psicólogos creemos que debería ser posible conversar sobre los motivos de que la relación se acabe.

 

En último término, podría mejorarse mucho con amabilidad y unos mínimos de educación para hacer que las interacciones con otros sean más fáciles y se asocien a emociones positivas.

Por Ldo. Rafael Alcaraz Sánchez
Psicología

Rafael Alcaraz Sánchez es un reputado psicólogo con más de 15 años de experiencia y es experto en Psicología del Deporte y en Psicología Forense. En la actualidad trabaja en el centro IS Psicólogos, ofreciendo terapia breve, terapia de pareja y terapia familiar. Además, es psicólogo del deporte en clubes profesionales de baloncesto y fútbol, enfocándose en el alto rendimiento deportivo. 

Estudió la licenciatura por la Universidad de Valencia y se especializó con un Máster en Psicología del Deporte y en Psicología Clínica y Jurídica por el Centro de Psicología Especializada. Además, está acreditado como Psicólogo General Sanitario, Psicólogo Experto en Psicología del Deporte  y es miembro de la División de Psicología Jurídica y de la División de Psicología del Deporte del Consejo General de la Psicología de España.

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