¿Existe la alergia al frío?

Escrito por: Dr. Manuel de Barrio Fernández
Publicado:
Editado por: David Moore Trias

Al igual que sucede con otros agentes físicos (roce, presión, ejercicio físico, agua o luz solar), el frío, puede inducir reacciones alérgicas que suelen manifestarse en forma de urticaria, pero puede provocar también reacciones generalizadas, potencialmente graves, como la anafilaxia.

La urticaria por frío (urticaria a frigore) no es un trastorno frecuente y -aunque puede aparecer a cualquier edad- se observa, sobre todo, en adultos jóvenes de ambos sexos. En la mayoría de los casos es un padecimiento autolimitado, pero crónico, y remite en meses o, mas a menudo, años, aunque algunas raras formas atípicas (urticaria familiar por frío) pueden iniciarse antes y durar toda la vida.

 

¿Como puede causar el frío una reacción de tipo alérgico?

La alergia al frío se desencadena por el contacto de la piel con objetos sólidos, líquidos o aire frío. El frío estimula la activación y degranulación de unas células localizadas en la piel y otros tejidos corporales, llamadas mastocitos, provocando la liberación de histamina y otros medidores proinflamatorios contenidos en sus gránulos, que serían los responsables del desencadenamiento de la sintomatología de la reacción (enrojecimiento, picor, hipotensión, dificultad respiratoria, etc.). No es una verdadera reacción alérgica, en sentido estricto, aunque es posible que en la activación de los mastocitos por el frío participe de alguna manera el anticuerpo responsable de la alergia o inmunoglobulina E.

En la mayoría de los casos de urticaria por frío el origen es desconocido (idiopática), y, de hecho, en muchas ocasiones, la urticaria a frigore es un trastorno primario sin que exista ninguna enfermedad asociada. Pero, a veces, puede ser expresión de una enfermedad subyacente (urticaria a frigore secundaria), como infecciones (sobre todo víricas, como la mononucleosis o la hepatitis), enfermedades autoinmunes, ciertos tumores (leucemias, etc.) y enfermedades hematológicas, como la crioglobulinemia (entidad caracterizada por la precipitación de las proteínas del suero a bajas temperaturas, lo que impide que la sangre circule correctamente por los vasos sanguíneos, causando daño en diversos órganos).

 

La urticaria por frío no es un trastorno frecuente.

 

En otras ocasiones, además del frío, se requiere la coexistencia de otro estímulo físico asociado para que se desencadene la urticaria, como, por ejemplo, el ejercicio físico (urticaria colinérgica inducida por frío) o el roce o rascado (dermografismo dependiente del frío). Raramente puede ser, por último, expresión de un trastorno heredofamiliar o de tipo retardado.

 

¿Cómo se manifiesta esta peculiar alergia?

Las reacciones alérgicas por el frío suelen ser delimitadas y se manifiestan, en las zonas de exposición o contacto, en forma de habones o ronchas (urticaria) o hinchazón (angioedema) localizadas en manos (al coger cosas frías), cara (exposición al aire frío ambiental), labios o boca (ingestión de bebidas o alimentos fríos), lo que puede provocar en este caso, aunque con poca frecuencia, inflamación de la lengua, la garganta o la glotis, dificultando la respiración y la deglución.

En ocasiones -si el contado es más extenso, como sucede al sumergirse o bañarse en aguas frías, la temperatura es mas baja o la exposición más prolongada-  la reacción alérgica puede ser generalizada y  manifestarse como urticaria difusa o reacción sistémica (anafilaxia), que, en su forma mas grave, se presenta en forma de shock anafiláctico, cuadro que puede resultar mortal por sí mismo o como consecuencia del ahogamiento que podrían sufrir estos pacientes debido a la pérdida de conciencia  o desmayo (síncope) que acompaña a estas  reacciones.

 

¿Cómo se diagnostica la alergia al frío?

El diagnóstico se establece mediante el interrogatorio realizado al hacer la historia clínica del paciente que padece urticaria (habitualmente crónica o recurrente), en el que se suscita la sospecha del desencadenamiento de las lesiones urticariales por la exposición o contacto con el frío, lo que a menudo es, de hecho, sospechado por el propio paciente.

La confirmación diagnostica se lleva a cabo por medio de la prueba del cubito de hielo, que consiste en aplicar, durante unos minutos, un cubito de hielo envuelto en un plástico, sobre la piel del antebrazo, lo que desencadena la aparición de un habón característico, de manera inmediata, en la zona de contacto con el hielo. También se puede utilizar un dispositivo diagnóstico (Tem-Test®) que permite determinar la temperatura umbral crítica que desencadena el habón. En algunas formas atípicas, como la urticaria retardada por frío, el test del cubito de hielo puede resultar negativo.

Como en otros casos de urticaria, especialmente si es crónica o existieran sospechas de una posible enfermedad asociada, conviene realizar una analítica general, incluido hemograma, bioquímica, proteinograma, estudio de autoinmunidad (ANA, Factor Reumatoide), serología de virus, parásitos, estudio de inmunoglobulinas, crioproteínas (crioglobulinas), etc.

 

¿Cuál es el tratamiento de la urticaria a frigore?

La prevención de la exposición al frío es la medida terapéutica esencial, especialmente la evitación de la inmersión o baño en aguas frías que podría ser causa de reacciones anafilácticas. En estas circunstancias es conveniente introducir primero una parte del cuerpo (mano) y observar si hay reacción, y, además, es recomendable bañarse siempre acompañado.

Es importante protegerse del frío ambiental arropándose de forma adecuada (guantes, gorros, bufandas…) y evitar el contacto con substancias frías, así como la ingesta de bebidas o alimentos fríos.  

Se debe advertir de este padecimiento en caso de cirugía (por la baja temperatura que puede haber en los quirófanos), y también si se fuera a recibir algún fármaco que deba conservarse en nevera (biológicos, vacunas, fluidos intravenosos, etc.), para tomar las precauciones debidas para evitar posibles reacciones alérgicas.

El tratamiento farmacológico fundamental son los antihistamínicos (ebastina, cetiricina, loratadina, etc.) que se pueden emplear de manera preventiva (antes de la exposición al frío) o como tratamiento sintomático a demanda, en caso de síntomas alérgicos agudos, pudiendo hacerlo de manera regular si el paciente presentara con frecuencia urticaria (por ejemplo, durante la época invernal), ya que la evitación de la explosión al frío ambiental no resulta siempre posible en la mayoría de los casos. Si el paciente no respondiera a estos medicamentos (cuya dosis puede doblarse o cuadruplicarse) podría ser necesario, en raras ocasiones, utilizar otras medicinas como antileucotrienos, corticoides, o fármacos bilógicos, como el omalizumab (anticuerpo anti-inmunoglobulina E).

Además, es aconsejable que estos pacientes -especialmente los que tienen antecedentes de reacciones sistémicas y una frecuente e inevitable exposición al frío- dispongan de un inyector de adrenalina para poder autoadministrarse en caso de reacción anafiláctica o síntomas alérgicos generalizados (erupción habonosa, mareo, dificultad respiratoria, dolor abdominal nauseas, etc.).

Dr. Manuel de Barrio Fernández

Por Dr. Manuel de Barrio Fernández
Alergología

El Dr. de Barrio es un reputado experto en Alergología, especializado en el tratamiento de diferentes alergias y el asma bronquial. Sus más de 30 años de experiencia le han permitido especializarse en inmunoterapia (vacunas) y en el tratamiento para alergias a los medicamentos, alimentos, respiratorias, ocular y cutáneas, alergia de contacto y por insectos, especialmente avispas y abejas.

El doctor cuenta con numerosas publicaciones en revistas científicas y comunicaciones y ponencias en congresos a nivel nacional e internacional, así como colaboraciones en capítulos de libros especializados. Actualmente, el doctor ejerce profesionalmente en el Hospital de la Paloma y en el Centro Médico Hortaleza de Madrid, en Neo Medical Center de Alcobendas y en el Centro Médico Valdavia de Alcobendas y de San Sebastián de los Reyes.
 


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