Estimulación Magnética Transcraneal: una alternativa efectiva para tratar la depresión
La depresión es un trastorno mental que afecta, según la OMS, a más de 280 millones de personas en el mundo, representando aproximadamente un 5% de la población adulta. Es más común en mujeres que en hombres y su prevalencia aumenta con la edad. Alrededor de un tercio de los pacientes con depresión experimenta una forma resistente al tratamiento convencional.
Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global, impactando significativamente en la calidad de vida y productividad. Además, está asociada a un mayor riesgo de enfermedades crónicas y mortalidad.
Aunque existen tratamientos efectivos como la psicoterapia y los medicamentos, muchas personas no logran una mejora significativa. Para aquellos que padecen depresión resistente, una forma de depresión que no responde bien a los tratamientos convencionales, existe una alternativa que ha demostrado su eficacia: la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT).
¿Qué es la Estimulación Magnética Transcraneal (EMT)?
La EMT es un tratamiento no invasivo que utiliza pulsos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro. Este procedimiento se realiza con un dispositivo que se coloca sobre el cuero cabelludo, y a través de ondas magnéticas, se dirige la estimulación a las regiones del cerebro involucradas en el control del estado de ánimo, como la corteza prefrontal dorsolateral. Una vez que alcanza la corteza cerebral, esa energía magnética se convierte en electricidad, en base a la ley de inducción electromagnética de Faraday.
Se trata de un procedimiento no invasivo y a diferencia de otros tratamientos como la terapia electroconvulsiva (TEC), la Estimulación Magnética Transcraneal no requiere hospitalización, monitorización ni anestesia siendo una técnica muy segura y bien tolerada.
¿Cómo funciona la EMT en el tratamiento de la depresión?
En las personas con depresión resistente, algunas áreas del cerebro, particularmente la corteza prefrontal, no funcionan de manera óptima. Existen evidencias de que las áreas frontales izquierdas sufren un hipoactivación en estos pacientes.
La Estimulación Magnética Transcraneal actúa modulando la actividad cerebral en estas áreas. Al enviar pulsos magnéticos repetidos a la corteza prefrontal, se busca restablecer un equilibrio en los circuitos cerebrales que regulan el estado de ánimo, promoviendo una mejoría en los síntomas depresivos. Los protocolos más frecuentes consisten en la estimulación en alta frecuencia sobre la corteza prefrontal dorsolateral izquierda, aunque hay diferentes puertas de entrada localizadas en otras áreas cerebrales.
Eficacia de la EMT
Numerosos estudios clínicos han demostrado que la EMT es una de las alternativas más efectivas para tratar la depresión resistente. En muchos casos, los pacientes que no han respondido a los medicamentos o la terapia han experimentado mejoras significativas tras varias sesiones de EMT. La estimulación magnética transcraneal tiene un grado de evidencia A en el tratamiento del trastorno depresivo mayor y está aceptada por la FDA y la CE para este uso terapéutico.
Este tratamiento no solo es efectivo en reducir los síntomas depresivos, sino que también presenta un perfil de seguridad muy favorable. Los efectos secundarios más comunes son leves, como el dolor de cabeza o molestias en el cuero cabelludo, que generalmente desaparecen al poco tiempo.
Es fundamental entender que la estimulación magnética transcraneal no es un tratamiento sino una técnica a través de la cual podemos realizar tratamientos. Un tratamiento con EMT consiste en la elección de múltiples parámetros en forma de un protocolo o varios protocolos a través de los cuales se intentará inducir en los síntomas asociados al mal funcionamiento de un determinado circuito cerebral. Por esa razón, es importante acudir a centros especializados y a profesionales formados en neuromodulación.
¿En qué consiste un tratamiento?
El tratamiento suele consistir en sesiones diarias de aproximadamente 20 a 40 minutos durante varias semanas, dependiendo de la recomendación médica del psiquiatra y de la respuesta del paciente.
Los nuevos protocolos, se han beneficiado del desarrollo técnico de los dispositivos de estimulación magnética transcraneal repetitiva para poder realizar las sesiones de tratamiento en menor tiempo. Los efectos suelen ser acumulativos, lo que significa que la mejoría se observa progresivamente con el tiempo.
Además, el avance de la técnica y de la investigación ha permitido la utilización de protocolos cada vez más intensos, con mayor número de sesiones y pulsos, y se está demostrando que, aumentando el número de sesiones se consigue una mayor tasa de respuesta. A este respecto, existen protocolos acelerados, de tan solo 5 días de estimulación, con 10 sesiones diarias, que han demostrado eficacia.
¿Quiénes pueden beneficiarse de la EMT?
La EMT está indicada principalmente para personas que no han respondido a otros tratamientos convencionales para la depresión, como los antidepresivos o la terapia psicológica. Debe ser prescrita y realizada bajo la supervisión de un médico especializado. En el caso de la salud mental, es el psiquiatra formado en neuromodulación quien debe prescribir el tratamiento.
¿Existen contraindicaciones a la Estimulación Magnética Transcraneal?
Aunque la EMT es una opción de tratamiento muy segura, las personas con implantes metálicos cerca de la cabeza, como marcapasos o clips aneurismáticos, no pueden someterse a este tratamiento debido a la interacción con los campos magnéticos.
Es importante que cada paciente se someta a una evaluación detallada antes de comenzar el tratamiento. Una exhaustiva historia clínica será realizada por el psiquiatra experto en neuromodulación, donde se descartará cualquier contraindicación y se decidirá el protocolo de tratamiento a realizar.
En definitiva, la Estimulación Magnética Transcraneal se ha consolidado como una herramienta eficaz y segura para el tratamiento de la depresión resistente. Presente ya en la mayoría de los congresos nacionales e internacionales de psiquiatría, neurología y neurofisiología, forma parte del presente y el futuro de las terapias avanzadas en el tratamiento de la depresión.
Aunque no es el primer tratamiento al que recurren los pacientes, ofrece esperanza para aquellos que no han encontrado alivio en las opciones convencionales y en estos momentos, es el buque insignia de los tratamientos de neuromodulación no invasiva.
La tDCS (Estimulación transcraneal por corriente directa), la estimulación no invasiva el nervio Vago y otras técnicas, también forman parte del arsenal terapéutico que está avanzando continuamente en el prometedor mundo de la neuromodulación.
Además, su carácter no invasivo y su reducido riesgo de efectos secundarios la posicionan como una alternativa cada vez más popular en la lucha contra la depresión.