El proceso del duelo y las experiencias de pérdida
Escrito por:La palabra pérdida es la carencia o privación de algo que se poseía. También se entiende por pérdida el daño o prejuicio experimentado en los recursos personales, materiales o simbólicos con los que hemos establecido un vínculo emocional. Todo cambio implica una pérdida, del mismo modo que cualquier pérdida es imposible sin un cambio. Así pues, la pérdida es omnipresente en nuestra vida.
El duelo del latín “dolus”, significa dolor; y sería la expresión de aflicción y otros sentimientos que se generan a raíz de la pérdida. Por tanto, se trata de un proceso de elaboración de cualquier cambio irreversible, en cualquier ámbito de la vida de una persona.
¿Qué es el duelo?
El duelo no es un estado, sino un proceso natural que el doliente (la persona que sufre) atraviesa debido a una o varias pérdidas. Como proceso que es, implica la superación de una serie de fases o tareas.
Según la mayoría de autores, las primeras etapas del duelo incluyen incredulidad, shock, negación o gran impacto emocional. Las fases intermedias se caracterizan por una cierta desorganización emocional, cognitiva y funcional de la persona (por ejemplo, estado de ánimo deprimido, cólera, culpabilización, etc.).
Por último, suele existir una fase final de reorganización, aceptación y adaptación a la pérdida donde se normaliza el estado de ánimo y se recupera la funcionalidad, si esta se hubiera visto afectada.
En cualquier caso, todos los autores coinciden en que no todas las personas pasan por las mismas fases, ni lo hacen en el mismo orden, pero sí es importante tener presente que el tiempo no lo cura todo; lo que cura son las acciones que llevamos a cabo durante ese periodo de tiempo.
¿Qué se siente durante un proceso de duelo?
Es fundamental recordar que el duelo es una vivencia completamente personal, íntima y subjetiva, con una historia única y un proceso individual, donde no existen reglas generales. Aun así, pueden aparecer una serie de síntomas comunes.
Algunos de estos síntomas que pueden aparecer en un proceso de duelo son los siguientes:
- Sentimientos: tristeza, irritabilidad, culpa, frustración, ansiedad, estado de ánimo deprimido, sentimientos de soledad.
- Sensaciones físicas: pérdida de energía, debilidad muscular, fatiga, sequedad de la boca, sensación de falta de aire y otras somatizaciones.
- Cogniciones: incredulidad, confusión, dificultades de memoria, problemas de atención y distracción, preocupaciones, pensamientos intrusivos e ideas obsesivas.
- Alteraciones perceptivas: pseudoalucinaciones transitorias y con crítica.
- Conductas: llorar, ingesta alterada, alteraciones en el sueño, abandono de las relaciones y actividades sociales, búsqueda de compañía, inquietud.
¿Cuándo empieza y cuando acaba un duelo?
El duelo empieza desde que una persona es consciente de que ha padecido o va a padecer una pérdida, y termina cuando esa persona es capaz de pensar en todo ello sin un dolor excesivo y disfuncional, y cuando ha elaborado las diferentes tareas del duelo.
El desarrollo del proceso de duelo dependerá de las características de personalidad de cada uno, de sus estrategias para afrontarlo, de sus experiencias de pérdida previas y de su situación socio-psico-emocional. En general, se estima que un duelo puede durar de 6 meses a 5 años para una readaptación total. No obstante, hay autores que sugieren que el duelo nunca acaba. Sólo que a medida que pasa el tiempo, éste irrumpe con menos frecuencia.
¿Cuándo debo pedir ayuda?
En general, es recomendable pedir ayuda cuando uno sienta que la necesita. Esto suele pasar cuando la persona se encuentra bloqueada; incapaz de sentir nada meses después de la pérdida, o a la inversa; cuando se siente abrumada y bloqueada por lo sucedido, presa de un sufrimiento intenso que no parece disminuir.
Es importante acudir a un profesional de la salud mental cuando se experimenten fuertes sentimientos de culpabilidad, desesperanza, abatimiento, ansiedad o depresión, rabia y malestar significativo en su día a día.
De no pedir ayuda, un proceso de duelo normal puede complicarse y convertirse en patológico. Dentro de este tipo de duelos complicados, encontramos: duelos crónicos, retardados, exagerados o enmascarados.