Dolor y rigidez en la muñeca: cómo puede ayudarte la artroscopia
La artroscopia de muñeca es un procedimiento quirúrgico mínimamente invasivo que permite diagnosticar y tratar diversos problemas en la articulación de la muñeca. Este avance médico utiliza una pequeña cámara y herramientas específicas para trabajar dentro de la articulación sin necesidad de incisiones grandes, reduciendo así el dolor y el tiempo de recuperación.
A continuación, respondemos a las principales preguntas que puede tener un paciente sobre este procedimiento.
¿Qué es exactamente la artroscopia de muñeca?
La artroscopia de muñeca es una técnica quirúrgica que utiliza un instrumento llamado artroscopio. Este dispositivo consta de una cámara diminuta conectada a una fuente de luz, que proyecta imágenes detalladas del interior de la muñeca en una pantalla. Gracias a estas imágenes, el especialista puede identificar problemas y tratarlos directamente en la articulación.
Este procedimiento se realiza mediante pequeñas incisiones, por donde se introduce el artroscopio y las herramientas quirúrgicas necesarias, lo que evita los cortes amplios de las cirugías tradicionales.
¿Para qué se utiliza la artroscopia de muñeca?
Se emplea tanto para diagnosticar como para tratar problemas en la articulación de la muñeca, como:
- Lesiones deportivas o traumáticas: como desgarros de ligamentos o fracturas mal consolidadas.
- Síndrome del túnel carpiano o atrapamientos nerviosos.
- Quistes sinoviales: para eliminarlos con precisión.
- Artritis o artrosis: para limpiar la articulación y aliviar el dolor.
- Dolor crónico sin causa identificada: cuando los estudios de imagen no son concluyentes.
¿Cómo es el procedimiento?
El proceso de artroscopia de muñeca generalmente sigue estos pasos:
- Preparación: se aplica anestesia local o general, dependiendo del caso.
- Incisiones pequeñas: se realizan de 2 a 4 incisiones de unos pocos milímetros en la muñeca.
- Exploración y tratamiento: el artroscopio envía imágenes en tiempo real, permitiendo al cirujano evaluar la articulación y realizar las intervenciones necesarias.
- Cierre y recuperación: las incisiones se cierran con puntos, y el paciente puede irse a casa el mismo día en la mayoría de los casos.
¿Cuánto dura la recuperación?
El tiempo de recuperación depende de la complejidad del caso y del tratamiento realizado durante la artroscopia.
En general:
- Reposo inicial: de 1 a 2 semanas para permitir que cicatricen las incisiones.
- Fisioterapia: es habitual iniciar ejercicios suaves entre las 2 y 4 semanas para recuperar la movilidad.
- Vuelta a las actividades normales: en lesiones leves, en aproximadamente 4 semanas; en casos más complejos, de 6 a 8 semanas.
Tu médico te indicará un plan personalizado según tu caso.
¿Qué ventajas tiene frente a otras técnicas?
La artroscopia ofrece múltiples beneficios:
- Menor riesgo de infección y complicaciones.
- Recuperación más rápida comparada con la cirugía abierta.
- Incisiones pequeñas y cicatrices casi imperceptibles.
- Diagnóstico más preciso gracias a la visión directa del interior de la articulación.
¿Cuáles son los riesgos o complicaciones posibles?
Aunque es un procedimiento seguro, como cualquier intervención quirúrgica, no está exento de riesgos:
- Infecciones: aunque poco frecuentes, pueden ocurrir en el área de las incisiones.
- Rigidez o dolor: puede ser temporal y se mejora con fisioterapia.
- Lesión de nervios o vasos sanguíneos: son complicaciones raras, pero posibles.
Es importante seguir las recomendaciones médicas para minimizar estos riesgos.
¿Quién es un buen candidato para la artroscopia de muñeca?
La artroscopia es ideal para personas con dolor, rigidez o movilidad reducida en la muñeca que no han mejorado con tratamientos conservadores como fisioterapia o medicamentos. También es una opción para pacientes jóvenes y activos que necesitan volver rápidamente a sus actividades.