Dolor de cadera en el paciente joven
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Desde tempranas fases de la gestación, en la cadera como en otras partes del cuerpo, se suceden una serie de cambios que según como se produzcan van a tener repercusión en la cadera.
Con la implementación y desarrollo de numerosas técnicas de diagnóstico por imagen podemos asegurarnos que la anatomía y articulación de la cadera cumplen unos parámetros normales, tanto de manera estática como dinámica. Esto aporta tranquilidad durante la infancia-adolescencia, a menos que se manifiesten en estas épocas síntomas perfectamente apreciados como extraños (dolor, trastornos de la marcha, cojeras o incapacidades posturales) que deben ser motivo de consulta con el especialista.
Mejor tratamiento gracias al diagnóstico precoz
Es así como desde hace ya algunos años, no solo hablamos del tratamiento de la artrosis como enfermedad de la cadera sino que además hablamos del diagnóstico precoz de posibles alteraciones de la cadera en el adulto joven, las cuales podemos tratar y así intentar evitar que lleguen a una artrosis. Cabe recordar que una artrosis no responde siempre a los tratamientos médicos conservadores y que entonces solo le queda ser reemplazada en el quirófano por una prótesis de cadera, que en el paciente anciano parece una sabia solución pero en el adulto joven nos resistimos a aceptar.
La diversidad de estudios de diagnóstico por imagen (Rx, Ecografias, TAC, RMN, y combinaciones con procedimientos mínimamente invasivos como la Artro RMN, Artro TAC) nos permiten de manera precisa visualizar y planificar la técnica quirúrgica más adecuada. Así mismo, las modalidades de tratamiento por artroscopia y otras técnicas en la articulación de la cadera nos permiten ver y corregir una gran cantidad de patologías de manera mínimamente invasiva con una recuperación a corto y largo plazo satisfactoria.
Los especialistas tenemos pues la responsabilidad de encaminar nuestro entrenamiento en dos claros sentidos: el de diagnóstico y el de tratamiento. El primero hacia la minuciosa exploración y la interpretación de nuevas imágenes diagnósticas y el segundo, en la profundización y depuración de nuevas técnicas quirúrgicas que nos permitan acceder a estas patologías de caderas jóvenes que siempre han existido y que ahora podemos intervenir.