Disfagia, ¿qué altera mi deglución?

Escrito por: Dr. Raimundo Gutiérrez Fonseca
Publicado: | Actualizado: 24/02/2020
Editado por: Anna Raventós Rodríguez

La deglución es un proceso muy complejo que normalmente lo aprendemos en la infancia y nos olvidamos de ello hasta que tenemos un problema cuando somos más ancianos, o cuando tenemos una patología que la causa. Realmente es el proceso que lleva el alimento desde la mesa hasta el estómago. Hay varias fases, la primera fase consiste en que el alimento se introduce en la cavidad oral y en la cavidad oral se prepara mediante la masticación la insalivación y transformación de un bolo sólido en un bolo con textura, como si fuera un puré que posteriormente se progresa por la lengua hasta la garganta, hasta la faringe. Este proceso ya tiene una serie de imbricaciones con movimientos de la lengua, movimientos de la faringe, movimientos de los labios, movimiento de la musculatura facial y movimiento de la mandíbula, que van a ir preparando el bolo.

 

Durante esta fase, que es voluntaria, puede ser interrumpida a voluntad si se produce cualquier alteración. Tras ello se abre el esfínter que separa el velo del paladar de la faringe y el bolo se propulsa hasta la faringe donde se acumula y se exprime hacia abajo llegando hasta el esófago para empezar el proceso esófago de la deglución. Durante esta segunda fase faríngea de la deglución es importante proteger la vía respiratoria, porque hay un momento en el cual se cruzan la vía respiratoria y la vía digestiva. La laringe, que es la puerta de entrada hacia los pulmones tiene que cerrarse completamente y protegerse para evitar el paso de este alimento hacia los pulmones que sería causa de complicaciones importantes, complicaciones de seguridad y neumonías e infecciones de pulmón, que llegarían en muchos casos a la muerte del paciente. Es por eso que el proceso de la deglución es muy complejo. Intervienen muchos pares de músculos, muchos nervios craneales y mucha coordinación neurológica y respiratoria.

 

La disfagia realmente es el proceso de alteración en este mecanismo de la deglución. Hay disfagia subjetiva, que el paciente piensa que no puede tragar, y hay disfagia objetiva en la cual realmente se confirma que el paciente no puede tragar. Puede suceder que no pueda tragar porque no es capaz de ingerir el alimento o puede suceder que el trastorno sea que el alimento pasa a los pulmones. Entonces hablaríamos de complicaciones de seguridad en contra las complicaciones de eficacia que sólo la que se producirían inicialmente cuando el paciente no es capaz de tragar suficiente alimento.

 

La disfagia es el proceso de alteración en este mecanismo de la deglución

 

El mecanismo por qué se produce disfagia es muy complejo y muy variado. La disfagia realmente es un síntoma que afecta a pacientes con muchas enfermedades. Pacientes con problemas neurológicos, los más frecuentes son los infartos cerebrales o patología cerebrovascular, complicaciones de enfermedades neurodegenerativas, Parkinson, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica o enfermedades neuromusculares, como puede ser por ejemplo la miastenia gravis o ciertas miopatías, o también se produce en caso de enfermedades o patología directa de la vía digestiva superior. Por ejemplo, como consecuencia de tumores de vía digestiva superior o como consecuencia de los tratamientos de estos tumores, sea mediante cirugía o mediante quimio o radioterapia. La quimio o radioterapia produce muchos trastornos deducción, igual que la cirugía también tiende a producir trastornos de deglución en este tipo de pacientes. Cada vez usamos técnicas quirúrgicas menos agresivas para la fisiología y conseguimos mejores resultados funcionales en caso de estos pacientes.

 

En cuanto a la forma de tratar la disfagia depende mucho de la causa. Como he dicho antes la disfagia es un síntoma, síntoma que puede ser consecuencia de muchos trastornos. Un trastorno mecanismo de cierre de la laringe, un trastorno en la apertura del esófago, pueden causar que el paciente no pueda tragar. El tratamiento de cada uno debe ser individualizado. La disfagia no tiene un único tratamiento, tiene diferentes posibles tratamientos que se combinan atendiendo a la fisiología y fisiopatología de cada caso y de cada enfermo.

 

¿Cómo se puede prevenir la disfagia?

Cuando tenemos un paciente con disfagia en primer lugar hay que averiguar y determinar cuál es la causa de la disfagia. La enfermedad que lo produce, si conseguimos averiguar cuál es. A veces es directamente la enfermedad que nos trae al paciente consulta. Tenemos que indagar sobre cuál es el mecanismo que produce la disfagia en ese paciente y con todos estos datos plantear cómo lo tratamos.

 

El tratamiento de cada paciente debe ser individualizado.

El tratamiento puede ser de varias formas y muchas veces se combinan estas formas. Una de ellas la rehabilitación. La rehabilitación realizada por logopedas lo que permite es buscar métodos que suplan el problema que tiene ese paciente a la hora de tragar. Maniobras que potencien ciertos músculos, ejercicios que potencien ciertos músculos, maniobras que produzcan una mejor seguridad y evitar que el alimento se vaya a ciertas posiciones. Por ejemplo, pacientes que tienen una parálisis de la cuerda vocal, con movimiento de giro de la cabeza hacia esa cuerda paralizada, consigue tragar mejor, al desviar el bolo alimenticio hacia el lado sano. En otras ocasiones no es solamente la rehabilitación sino cambiar el tipo de dieta. La textura de los alimentos es muy importante. Los alimentos más líquidos en los pacientes neurológicos tienden a causar más trastornos de seguridad y más riesgo de neumonías. En esos casos usan espesantes o aguas gelificadas, que lo que van a hacer es potenciar el mecanismo de defensa que tiene el paciente con mayores texturas. A veces en pacientes con disfagias más orgánicas y que tienen más trastorno con los sólidos, buscaríamos hacer un alimento más líquido que permita que ese bolo se degluta mejor.

 

En resumen, es buscar qué tipo de alimento, con las maniobras de exploración que podemos realizar, va a permitir deglutir y trabajar de una forma más eficaz y más segura. En pocas ocasiones, pero algunas ocasiones, puede haber ciertos procedimientos quirúrgicos que podrían ayudar a aliviar los trastornos de deglución.

 

¿Por qué me cuesta tragar?

Si el paciente se pregunta por qué le cuesta tragar, realmente es porque se ha alterado cualquiera de los mecanismos de la deglución. Bien la fase oral, y el paciente no es capaz de preparar el bolo en la cavidad oral, o propulsarlo desde la boca hacia la faringe. Bien la fase faríngea, que el paciente no es capaz de propulsar el bolo de la faringe hacia el esófago, que es el mecanismo por el cuál va a pasar directamente del esófago al estómago. O bien porque ese bolo se puede pasar a la laringe y causar un trastorno de seguridad con riesgo de neumonía. Cualquier alteración en los mecanismos de la deglución fisiológica puede hacer que el paciente no pueda tragar. Lo que tenemos que hacer en estos casos, mediante exploraciones instrumentales con con videoendoscopia de deglución o videofluoroscopia determinar dónde está la causa o las causas que hacen que el paciente no pueda tragar.

Por Dr. Raimundo Gutiérrez Fonseca
Otorrinolaringología

Doctor Cum Laude con más de 20 años de experiencia en el campo de la Otorrinolaringología, especialista en técnicas de Cirugía Cervical y Oncología Cervicofacial.

Actual Jefe de Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Rey Juan Carlos. Jefe asociado en la Fundación Jiménez Díaz de Madrid desde hace más de 10 años. Desarrolla una intensa actividad docente en másteres, posgrados y otros cursos de la especialidad.  

Fundador y coordinador de la primera Unidad de Disfagia de la Comunidad de Madrid en la Fundación Jiménez Díaz desde el año 2006, y actual coordinador de la Unidad de Disfagia del Hospital Universitario Rey Juan Carlos.

Profesor Asociado de Otorrinolaringología en Universidad Rey Juan Carlos.

Vice-Secretario General de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello.

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