Dime el color de tus mocos y te diré qué enfermedad padeces

Escrito por: Dr. Francisco Machado Fernández
Publicado:
Editado por: Nicole Márquez

Es habitual, cuando se sufre un resfriado común, una rinitis alérgica, una gripe o cualquier otra infección respiratoria, expulsar mucosidad. Es importante observar el color de dicha mucosidad, ya que es un indicativo de la enfermedad que padecemos.

 

Mucosidad de color transparente

Tener mucosidad transparente es algo completamente normal y saludable. Se calcula que el ser humano produce alrededor de un litro de mucosidad al día.


Por otro lado, también es posible encontrar mucosidad transparente acompañados de otros síntomas como picor y goteo nasal, estornudos, tos seca y ojos llorosos. Suelen estar provocados sustancias alérgenas.

 

El color de dicha mucosidad es un indicativo de la enfermedad que padecemos.

 

Mucosidad de color blanco

La mucosidad blanquecina y de mayor espesor, es la característica de los resfriados. En este caso, también se sufre de inflamación nasal y el espesor de la misma mucosidad, la cual pierde agua y se vuelve más turbia, filamentosa y consistente.

 

Mucosidad de color amarillento

Cuando la mucosidad se vuelve amarillenta, estamos frente a una sobreinfección que el organismo intenta parar: el color amarillo se debe a las células del sistema inmune y no a los virus o bacterias.

 

Mucosidad de color verdoso

Cuando evoluciona la infección respiratoria es más potente, la  mucosidad  coge un color verdoso, un signo de que el sistema inmune se ha activado. Se debe a los glóbulos blancos muertos y otros productos de desecho, de forma similar a la mucosidad amarillenta. Aun así, dicha coloración, en exclusiva, no es razón para acudir al médico a no ser que se haya producido un resfriado o una infección respiratoria  de 12 días o más y persista la mucosidad.

 

 Mucosidad de color rosado o rojizo

El color rosáceo o rojizo significa que hay sangre entremezclada. Este fenómeno se observa durante cualquier infección respiratoria leve.


Hay que distinguir cuándo se expulsa sangre fresca con la tos, sin mucosidad entremezclada. Es un signo de alarma por el cual se debe consultar al médico. Así mismo, si existe sangrado junto a dificultad respiratoria, un sangrado de más de 30 minutos sin poder parar, o una cantidad excesiva, también es momento de ir a consulta.

 

Mucosidad de color marrón o naranja

Cuando la mucosidad llega a una tonalidad marrón o amarillento oscuro puede significar que exista infección respiratoria profunda, como una neumonía aunque en este caso suelen existir síntomas acompañantes como tos, dificultad respiratoria, dolor localizado en una zona del tórax y fiebre elevada.


Si se expulsa mucosidad marrón sin otros síntomas, es probable que se deba a que la mucosidad típica se haya teñido por suciedad, tabaco u otros contaminantes ambientales.

 

Mucosidad de color negro

Una mucosidad de color negruzco puede ser signo de una infección por hongos, aunque se trata de una situación poco común. Destaca, más si cabe, cuando se produce en individuos con sistemas inmunes debilitados, como el caso de los pacientes de SIDA.


Existen hasta cuatro tipos de infecciones de este tipo, como son la sinusitis micótica del micetoma, la sinusitis fúngica alérgica, la sinusitis crónica indolente o la sinusitis fulminante.


Por otro lado, tanto los individuos fumadores como los consumidores de drogas pueden sufrir mucosidad negruzca sin otros síntomas asociados. Aun así, este tipo de mucosidad, por sí misma, es suficiente motivo para consultar al médico.

 

Mucosidad que cambia de textura

Existen casos determinados donde el color de la mucosidad no es lo más importante, sino que su textura puede ser clave. Comúnmente, el moco nasal normal es acuoso, y un aumento de su densidad puede ser signo de una infección leve.


Sin embargo, si se produce una secreción nasal muy acuosa también podría deberse a una fuga de líquido cefalorraquídeo, es decir, el líquido que protege al sistema nervioso central (cerebro y médula espinal).

 

Aun así, cabe destacar que estas «fugas» también se acompañan de otros signos de alarma como rigidez de nuca, náuseas y vómitos «explosivos», excesiva sensibilidad a la luz y el sonido y dolores de cabeza intensos que cambian según la posición corporal. En este caso, buscar atención médica es esencial.

 

Dr. Francisco Machado Fernández

Por Dr. Francisco Machado Fernández
Pediatría

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Sevilla, el Dr. Machado se especializó en Pediatría como médico residente por el Hospital Insultar de Las Palmas, a la vez que obtenía el Doctorado en Medicina por la Universidad de La Laguna. En constante formación, a lo largo de su amplia trayectoria se ha especializado en Neumología y Alergia infantil, acreditándose por la Sociedad Española de Pediatría. En la actualidad está adscrito a las Unidades de Neumología y Alergia infantil del Hospital Universitario Materno-Infantil de Canarias.

Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias ( 2004), dirige su propia consulta privada enfocada especialmente a la Neumología y Alergia infantil desde 1983. A lo largo de su trayectoria ha compaginado su labor asistencial con la docencia, ejerciendo desde 1993 como Profesor asociado de Medicina en la Universidad de Las Palmas y como Tutor de Residentes de Pediatría del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias.

 


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