Diferencias entre el lumbago y el dolor de riñón

Escrito por: Dr. José Francisco Lizón Aguilar
Publicado: | Actualizado: 21/02/2023
Editado por: Alicia Arévalo

A veces sucede que los síntomas de dos problemas muy diferentes se superponen entre sí y nos pueden confundir sobre cuál es el origen real del dolor. Esto sucede, por ejemplo, en el caso de los riñones. Debido a su ubicación en la espalda y debajo de las costillas, puede confundirse con dolor de espalda.

 

Si estás dudando sobre cuál es el origen de tus molestias en la parte baja de la espalda, en este artículo veremos cuáles son las diferencias entre el lumbago y el dolor de riñón.
 

El inicio de las molestias del lumbago se puede deber a un movimiento,
a una mala postura, un golpe, un largo periodo de inmovilización, etc.

Principales diferencias entre el lumbago y el dolor de riñón

Los síntomas del dolor de riñones son:

  • El dolor se centra en un punto concreto, a uno o en ambos lados de la espalda en los costados entre las caderas y las costillas.
  • El dolor es constante y agudo por naturaleza. Su comienzo es repentino, como ocurre cuando aparece un cólico nefrítico.
  • El tipo de dolor de riñones se produce de forma intermitente, como una oleada que viene y se va. En la misma postura puedes notar mucho dolor y de repente ninguno.
  • Puede doler la parte inferior del abdomen, la ingle o la parte interna del muslo (en el caso de las infecciones urinarias o renales).
  • En el caso de que el dolor se deba a la presencia de cálculos renales o piedras en los riñones, es también posible que aparezcan náuseas y vómitos debido al fuerte dolor.
  • La fiebre es otra de las diferencias entre el lumbago y el dolor de riñón. Si hay una infección renal, cálculos renales u obstrucción renal, es posible que haya fiebre, sangre en la orina, fatiga, escalofríos…

En cambio, el lumbago provoca:

  • Un dolor mecánico, es decir, el inicio de las molestias se puede deber a un movimiento, a una mala postura, un golpe, un largo periodo de inmovilización, etc.
  • Es un dolor continuado al que puedes encontrar cierto alivio o aún más dolor si cambias la postura o realizas un movimiento.
  • Las zonas a las que irradia el dolor son hacia las nalgas, parte posterior del muslo y pantorrilla.
  • Pueden aparecer síntomas neuronales, como el hormigueo y el entumecimiento de las piernas y pies y, en algunos casos graves, puede darse incontinencia urinaria.

 

¿Cuáles son los tratamientos disponibles?

Una vez que el médico localiza cuál es el origen de dolor en la espalda baja, es el momento de pautar el tratamiento más adecuado.

Si dolor procede de los riñones, el médico indicará algún analgésico, junto con la ingesta de agua abundante, si es que hay que expulsar algún cálculo renal. Si los cálculos son muy grades, es posible que el especialista vea conveniente operar para eliminarlos. En el caso de que el médico determine que el origen de las molestias está en una infección bacteriana del riñón, el tratamiento será con antibiótico. En cualquier caso, será el nefrólogo el especialista encargado de definir el tratamiento a seguir según la patología que esté afectando a los riñones.

 

En cambio, si se trata de un dolor originado en la espalda, habrá que diagnosticar cuál es la causa concreta: hernia discal, fractura de la columna vertebral, osteoporosis, etc.

 

En general, la mayoría de las patologías de la espalda y de dolor lumbar se resuelven en pocas semanas con tratamientos conservadores, como analgésicos, la fisioterapia o determinados ejercicios para fortalecer los músculos de la espalda.

 

En el caso del lumbago, si con tratamientos conservadores no has notado alivio, será necesario plantearse otro tipo de tratamientos, como la cirugía.

 

Afortunadamente, hoy en día existen técnicas mínimamente invasivas, como la endoscopia de columna, que permite que una cirugía de espalda sea menos agresiva que la cirugía convencional y posibilita minimizar tus molestias y obtener mejores resultados.

 

La importancia del diagnóstico

Los síntomas de la hernia discal L4-L5 difieren a los de otros tipos de hernias, pero hay que saber reconocerlos e interpretarlos. Es por eso que el diagnóstico de las hernias discales debe ser realizado por un especialista de columna experimentado que asegure un diagnóstico acertado.

 

Para facilitar el diagnóstico de hernia discal y otras patologías de la espalda, el Dr. Lizón, especialista en Traumatología y experto en columna vertebral, ha diseñado un procedimiento diagnóstico online similar al protocolo que desarrollo en la consulta presencial. De este modo, mediante video consulta puedo conocer a cada paciente y sus preocupaciones para así estudiar las pruebas e informes, determinar un diagnóstico, pautar el tratamiento y realizar el seguimiento de su evolución y mejoría. Todo ello sin necesidad de desplazamientos a mi consulta ni listas de espera interminables.

Por Dr. José Francisco Lizón Aguilar
Traumatología

El Dr. Lizón Aguilar es traumatólogo especialista en columna y cirugía mínimamente invasiva. Cuenta con más de 20 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en distintos ámbitos de la especialidad. En concreto, es experto en hernia discal lumbar, estenosis de canal, espondilolistesis, fracturas vertebrales, cifoplastia y artrodesis vertebral, entre otros tratamientos y patologías.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Oviedo, se especializó en Traumatología. Además, desde 2008 es especialista en cirugía mínimamente invasiva de columna. Asimismo, es miembro de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT).

El Dr. Lizón es referente a nivel nacional en cirugía endoscópica de columna, fundador y vocal de la Sociedad Española de Cirugía Percutánea y Endoscópica de columna (SECPEC). Además, cumple una importante labor docente, siendo instructor en múltiples cursos sobre cirugía endoscópica de columna.

En la actualidad, ejerce como experto en Traumatología en el Hospital IMED Gandía y en HLA.

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