¿Cuánto puede llegar a durar una depresión?

Escrito por: Susana Zazo Díaz
Publicado:
Editado por: Albert González

La duración de una depresión depende de varios factores, como el tipo de depresión, los factores de protección y vulnerabilidad de la persona, la adecuación del tratamiento y la resistencia a este, entre otros. Si no se trata adecuadamente algunos tipos de depresión pueden persistir durante meses e incluso años.

 

¿Qué signos podemos identificar en el trastorno depresivo persistente (distimia)?

La característica principal del trastorno depresivo persistente (distimia) es la presencia de un estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del tiempo, presente más días de los que está ausente, durante un mínimo de dos años (uno en el caso de los niños y adolescentes). Durante este tiempo, existen días en los que la persona puede sentirse mejor, pero nunca más de dos meses seguidos.

 

Los pacientes con distimia se sienten cansados y deprimidos, todo les supone un esfuerzo y nada les satisface, aunque normalmente pueden hacer frente a las tareas cotidianas. Sin embargo, los síntomas no alcanzan a ser lo suficientemente graves o prolongados como para justificar el diagnóstico de otras formas más graves de depresión.

 

Además del estado de ánimo deprimido y la sensación de fatiga crónica o poca energía pueden presentar otros síntomas como problemas de apetito (hiporexia o hiperfaxia), de sueño (insomnio o hipersomnio), dificultades de concentración o para tomar decisiones, sentimientos de desesperanza y baja autoestima.

 

¿Cuáles son las causas más frecuentes?

Las causas de la distimia son multifactoriales. En su origen interactúan factores genéticos, psicológicos y ambientales. Algunas personas presentan determinados factores de vulnerabilidad biológica y psicológica que hace que, ante situaciones de estrés o negativas, tengan más probabilidades de experimentar sentimientos depresivos.

 

Estos sentimientos pueden deberse a pérdidas, situaciones de cambio o experiencias negativas. La distimia se relaciona mucho con el estrés prolongado. Se ha comprobado que las experiencias estresantes provocan cambios a nivel neuroquímico que pueden aumentar la vulnerabilidad a desarrollar un cuadro depresivo.

 

Las experiencias negativas pueden tener que ver con el área laboral (estrés laboral, problemas económicos, desempleo, burnout…), socio-afectiva (rupturas sentimentales, soledad, problemas en las relaciones…), familiar (enfermedad o pérdida de un ser querido, problemas familiares) o de salud (enfermedades crónicas, tanto físicas como mentales, consumo de alcohol y/o tabaco, estrés crónico…).

 

Las causas de la distimia son multifactoriales.

 

¿En qué momento debemos acudir a un especialista?

Cuando la persona sienta que sus síntomas están interfiriendo de manera significativa en sus actividades cotidianas y en su funcionamiento y calidad de vida, o bien después de haber sufrido los síntomas largo tiempo sin remisión debe valorar acudir a un especialista para que le ayude.

 

¿Cómo se realiza un diagnostico profesional?

El trastorno depresivo mayor y la distimia tienen síntomas en común. Es importante establecer un buen diagnóstico diferencial con otros tipos de depresión que permita al profesional elegir el tratamiento más eficaz en cada caso. Este se llevará a cabo a través de un exhaustivo proceso de evaluación en el que se combinan entrevistas clínicas con distintas escalas y cuestionarios auto-aplicables. El profesional elegirá los instrumentos teniendo en cuenta las particularidades de cada caso.

 

¿Cuáles son las opciones de tratamiento?

Los dos tratamientos principales son el tratamiento farmacológico y la psicoterapia. Normalmente, lo más recomendable es una combinación de ambos. Será el profesional quien determine el tratamiento más adecuado en función de los hallazgos clínicos, siendo lo más frecuente iniciar el tratamiento con antidepresivos y acompañarlo con psicoterapia.

 

Entre las modalidades de psicoterapia que se han mostrado eficaces en el manejo de la distimia la Terapia Cognitivo Conductual, la Terapia Interpersonal, la Terapia Psicodinámica y la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT por sus siglas en inglés, Mindfulness-Based Cognitive Therapy).

Por Susana Zazo Díaz
Psicología

La Dra. Zazo Díaz es una destacada especialista en Psicología, licenciada por la Universidad Autónoma de Madrid. Realizó los cursos de doctorado y obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados por la facultad de Psicología de la misma universidad. Con 20 años de experiencia, es experta en la evaluación y el tratamiento de trastornos de ansiedad, depresión, trastorno obsesivo compulsivo, estrés, trauma psicológico y duelo, tanto en adolescentes como en adultos. 

Actualmente es codirectora de la prestigiosa Clínica de Psicología y Psiquiatría Goya, ubicada en la calle Doctor Esquerdo 18, de Madrid. También colabora de forma asidua con la Clínica Dolor Orofacial. Compagina la práctica clínica con la actividad docente en la facultad de Psicología en la Universidad de Villanueva. También es miembro de la Sección de Psicología Clínica del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, de la Asociación Española de Psicología Sanitaria  y Miembro Ordinario de la División de Psicología Clínica y de la Salud del Consejo General de Psicología. 

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