¿Cuáles son los primeros signos de la esquizofrenia?

La esquizofrenia es una enfermedad muy compleja en la que vamos a poder encontrar multitud de síntomas, que podrán aparecer de forma transitoria o permanente en función del momento de la enfermedad en el que nos encontremos.

Al no existir un curso clínico único, el trastorno puede iniciarse de diferentes formas, de modo que cada paciente es distinto.

Suele ser habitual que transcurra tiempo hasta que el entorno perciba que algo raro está sucediendo. Hablamos de síntomas prodrómicos para referirnos a los síntomas iniciales de la enfermedad, habitualmente muy inespecíficos y que también podemos encontrarlos en otras enfermedades mentales, como por ejemplo la depresión, donde existe un menor interés por el cuidado personal o por las relaciones sociales, tendencia al aislamiento, disminución del rendimiento laboral o académico, entre otros.

De forma progresiva irán apareciendo otras señales de alarma, como la irritabilidad, la suspicacia, la hostilidad y las explicaciones complejas o abigarradas para justificar la propia conducta, dando muestras que sufre algo más que tristeza.

¿Cómo se diagnostica la esquizofrenia?

Es fundamental explicar que el diagnóstico de la esquizofrenia es clínico, es decir, que el diagnóstico se realiza exclusivamente en función de los síntomas que presente el paciente, lo que se determina a través de las entrevistas que realiza el psiquiatra tanto con el paciente como con la familia. Dicho de otro modo, no existe ninguna prueba complementaria específica para asegurar o rechazar que un paciente padece esquizofrenia.

La mayoría de las veces, cuando una persona es diagnosticada por primera vez, se debe revisar de manera longitudinal durante los primeros meses y años, ya que en torno a una 1/5 parte de los pacientes ven modificado el diagnóstico de esquizofrenia por el de otro trastorno psiquiátrico, fundamentalmente por el trastorno bipolar, el trastorno esquizoafectivo y las psicosis tóxicas.

¿Cuáles son las causas de esta enfermedad?

A día de hoy, sigue existiendo un gran desconocimiento respecto al origen de la esquizofrenia. Sabemos que en personas con una vulnerabilidad o predisposición genética, donde pueden verse afectados multitud de genes, la aparición de ciertos factores ambientales podría dar lugar a la aparición de la enfermedad.

¿Cómo se puede tratar?

A la hora de tratar la esquizofrenia es fundamental un enfoque bio-psico-social.

Por un lado, los tratamientos farmacológicos disponibles en la actualidad son seguros y eficaces para el abordaje de la enfermedad, permitiendo lograr la remisión de los síntomas psicóticos durante la fase aguda y, posteriormente, la prevención de nuevas recaídas. Por ello, es básico asegurar una adecuada adherencia terapéutica.

Por otro lado, el abordaje psicosocial es fundamental como complemento a la terapia farmacológica, no como alternativa. Dentro de los tratamientos psicosociales se incluye la psicoeducación, la terapia familiar, el entrenamiento en habilidades sociales, la rehabilitación vocacional, las terapias cognitivo-conductuales y la rehabilitación cognitiva. Es importante remarcar que su indicación debe individualizarse en cada caso y momento evolutivo de la enfermedad.

¿Se puede prevenir?

Mientras no conozcamos con exactitud las causas de la esquizofrenia es difícil plantear hasta qué punto es posible prevenir la esquizofrenia, ya que por un lado los factores genéticos u otras alteraciones no se pueden evitar, pero por otro lado factores ambientales como el estrés o el consumo habitual de sustancias tóxicas sí que pueden ser evitados por cada persona. 

Por ello cada vez tiene más importancia el abordaje precoz de la esquizofrenia, ya que ello sí que permite modificar el curso de la enfermedad, de manera que las capacidades funcionales de los pacientes no se vean tan comprometidas y de ese modo evitar que la enfermedad suponga un impedimento en la consecución de sus proyectos vitales.

¿Qué consecuencias puede tener para el paciente?

Afortunadamente las perspectivas para los pacientes con esquizofrenia son muy diferentes actualmente que hace años, gracias a los avances en los tratamientos farmacológicos y a las terapias psicosociales. Podríamos decir que la mayoría de los pacientes hoy en día pueden llevar una vida relativamente normal siempre que cumplan bien la medicación, sigan las terapias rehabilitadoras y lleven hábitos de vida saludables, evitando el consumo de tóxicos.

De este modo es posible abordar la enfermedad sin que repercuta en el día a día, favoreciendo un buen pronóstico de la misma.