¿Cuáles son las terapias más novedosas y efectivas para tratar el vaginismo?

Las terapias más eficaces para tratar el vaginismo son las que abordan el tratamiento desde el punto de vista físico. Es decir, mediante rehabilitación del suelo pélvico, que aporta confort a la vagina en cuanto a hidratación, elasticidad, equilibrio del tono muscular, dilatación y desensibilización.
 

Los tratamientos con láser y plaquetas pueden ser útiles en algunos casos, teniendo siempre en cuenta la ayuda posterior de un especialista en Fisioterapia. En otros casos la psicoterapia también puede ayudar, paralelamente al tratamiento físico.
 

Avances en la comprensión de las causas subyacentes del vaginismo

Los mayores avances en la comprensión de las causas del vaginismo han sido las relativas al abordaje físico. En las décadas anteriores solo se contemplaba la terapia psicológica y, en la mayoría de los casos, el vaginismo persistía incluso pasados muchos años de terapia.
 

Actualmente, el enfoque se centra en tratar con fisioterapia, hidratando, desensibilizando, dilatando y descontracturando también con masajeador interno.
 

¿Qué papel tiene la terapia de pareja y cómo se están abordando las dinámicas relacionales?

Puede ser que la mujer tenga pareja y, en estos casos, es muy recomendable que participe activamente en el tratamiento. Por ejemplo, acompañándola a las sesiones presenciales, ayudándola en casa con los deberes diarios, haciendo el masaje perineal o introduciendo algún dilatador. La complicidad permitirá avanzar más rápido.
 

De todos modos, se aconseja a la mujer que haga terapia, aún no teniendo pareja, por salud y para poder hacerse revisiones ginecológicas completas.
 

¿Qué recursos y comunidades de apoyo pueden ayudar a las personas con vaginismo?

En los últimos años, he podido difundir en qué consiste el vaginismo en muchos medios de comunicación, generando información en la sociedad. Gracias a ello, cada vez más mujeres conocen la terapia y buscan soluciones tempranas. También imparto cursos grupales a distancia, intentando llegar a más mujeres y en la misma línea, sesiones individuales.
 

Existen diversos libros de ayuda sobre el tratamiento, como el mío, “El silencio pélvico” (Cataluña), “El secreto peor guardado” (Chile) y “Vaginismo, cómo superarlo” (Argentina). Además, pueden escuchar mis podcasts en Spotify e Ivoox, entrevistando a mujeres que ya lo han superado.
 

Por otro lado, la Asociación para Normalizar el Vaginismo (ANVAG) está ofreciendo ayuda en distintos lugares, como en Sudamérica, y cuenta con una red de voluntarias, las madrinas, para acompañar a las mujeres que necesitan apoyo en el tratamiento.
 

¿Cuáles son los desafíos y barreras que persisten en la atención y el tratamiento del vaginismo?

Los mayores desafíos siguen siendo la falta de información que tienen las mujeres al respecto y, por lo tanto, que no piden ayuda o no saben dónde acudir.  Los profesionales de la salud, aunque ya están más familiarizados con las terapias efectivas, aún necesitarían derivar más a las pacientes a fisioterapia especializada.
 

A su vez, sería conveniente que se hablara a las niñas de este tema en colegios e institutos, ayudándolas a reconocer un caso de vaginismo, para prevenir y comenzar con terapia en edades muy tempranas.