¿Cuál es el papel de la vitamina D en los casos de embarazo mediante fecundación in vitro (FIV)?

Escrito por: Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta
Publicado: | Actualizado: 16/03/2023
Editado por: Top Doctors®

Nuevos estudios siguen sin confirmar una clara relación entre bajos niveles de vitamina D y una menor probabilidad de embarazo mediante fecundación in vitro (FIV). No obstante, sí corroboran una menor tasa de recién nacidos con vida en aquellos pacientes que presentan niveles de vitamina D por debajo de los 20ng/ml. Dos nuevos metaanálisis publicados en 2018 reabren la investigación en este ámbito.

 

¿Qué es la vitamina D y cómo se relaciona con el embarazo?

La vitamina D es una hormona esteroidea que interviene en la homeostasis del calcio, el fósforo y en el metabolismo óseo. También actúa en procesos autoinmunes, en la insulina y enfermedades cardiovasculares.

 

La principal fuente de vitamina D es la luz solar (95%) y una pequeña parte se obtiene a través de una dieta saludable, principalmente de alimentos como: leche entera, setas, salmón, aceite de pescado, carne roja, hígado o yema de huevo. Es por eso que durante los meses de invierno se vuelve más complicado conseguir suficientes niveles de esta vitamina.

 

En lo que respecta a la fertilidad, la vitamina D puede jugar un importante papel tanto en hombres como en mujeres. Estudios realizados en animales sugieren que el déficit de vitamina D puede afectar al proceso de espermatogénesis, y en el caso de las mujeres, se ha demostrado una asociación entre dicha vitamina y la producción de hormonas por los ovarios, el ovario poliquístico y la endometriosis.

 

También se han encontrado receptores de vitamina D en el endometrio y este aspecto podría influir en su capacidad para intervenir y posibilitar la implantación.

 

Varios estudios vinculan el déficit de vitamina D durante el embarazo con una débil placentación, algo que podría dar lugar a problemas de hipertensión arterial, preeclampsia, diabetes gestacional, bajo crecimiento fetal y, a su vez, aumenta las probabilidades de un parto por cesárea. Según la Sociedad Española de Endocrinología, los vínculos arriba mencionados precisan todavía de confirmación, pues los estudios están realizados con un número escaso de pacientes.

 

Los valores de la vitamina D: ideal, insuficiente y deficiente

La vitamina D puede medirse en suero (mediante un análisis de sangre) y sus niveles indican de forma bastante fiel los valores que pueden encontrarse en los ovarios, concretamente en el líquido folicular.

 

No obstante, esto es algo que no siempre ocurre con otros parámetros importantes en la fertilidad y que pueden ayudar al estudio de su papel en los ovarios.

 

En cuanto a los valores normales de vitamina D, se considera que lo ideal son aquellos comprendidos entre los 30 y 50 ng/ml, ya que se facilita una adecuada salud ósea y, en general, favorece la salud de las personas.

 

Cuando los niveles se sitúan entre los 20 y 30 ng/ml hablamos de insuficiencia de vitamina D y cuando se encuentran por debajo de los 20 ng/ml se constata una deficiencia de esta vitamina.

 

Muchos estudios alertan sobre el déficit de vitamina D en la población general, ya que a nivel mundial se estima que el 12% logra niveles óptimos de vitamina D, mientras que el 88% restante se sitúa entre la insuficiencia y la deficiencia (44%). La Sociedad Española de Endocrinología advierte que las cifras en España se asemejan a las anteriores.

 

La edad, el índice de masa corporal (IMC) y la pigmentación de la piel, claves para entender los niveles de vitamina D

Se conoce que existe una asociación inversa entre los niveles en sangre de vitamina D y el grado de pigmentación de la piel, así como el índice de masa corporal (IMC) y la edad. De manera que las personas con piel más oscura, que sufren sobrepeso y de edades avanzadas son más propensas a tener bajos niveles de vitamina D.

 

Debido a que en términos generales los niveles de esta vitamina son bajos en la población, se cuestiona la validez de los valores catalogados como ideales y se plantea la posibilidad de reevaluarlos.

 

De hecho, la mayor parte de los estudios sobre vitamina D y fertilidad tienen en cuenta valores que se sitúan por encima de los 20 ng/ml para considerarlos normales.

La mayor parte de los estudios sobre vitamina D y fertilidad tienen en cuenta valores
que se sitúan por encima de los 20 ng/ml para considerarlos normales

 

Diversidad de opiniones en los estudios sobre vitamina D, embarazos FIV y ovodonación

Las mujeres que comienzan un tratamiento de FIV muestran un patrón de niveles de vitamina D semejante al resto de la población.

 

Según el metanaálisis de Chu et al (2019), que incluyó a 2700 pacientes, sólo se registró un 26% de individuos con niveles óptimos de vit D, un 45% con niveles insuficientes (20-30ng/ml) y un 34% con déficit de vitamina D (<20ng/ml).

 

El equipo pionero en el estudio del impacto de los niveles de vitamina D en FIV fue el de Ozkan et al. en el año 2010. Sobre un total de 84 pacientes, encontraron una correlación positiva significativa entre los niveles de vitamina D y la tasa de implantación y probabilidad de embarazo. Desde entonces, se han realizado diferentes investigaciones y los resultados son controvertidos.

 

Rudick et al. en 2014 realizó un estudio con 99 pacientes de ovodonación y encontró una menor tasa de embarazo en las receptoras con insuficiencia de vitamina D (<23ng/ml). Sin embargo, el metaanálisis de Chu et al. (2018) no consiguió apreciar una diferencia significativa en la tasa de embarazo entre pacientes de ovodonación con niveles óptimos o bajos de vitamina D.

 

Tres metaanálisis recientes (Lv et al. 2016, Chu et al. 2018 y Zhao et al. 2018) recopilan datos de ciclos de FIV, ovodonación y criotransferencias de hasta 134 estudios previos, pero sólo uno de ellos observa una asociación significativa entre el déficit de vitamina D (por debajo de 15ng/ml) y menores tasas de embarazo.

 

No obstante, los tres metaanálisis señalan una asociación entre el déficit de vitamina D (por debajo de 20ng/ml) y una menor tasa de niños recién nacidos con vida.

 

Pese a ello, ninguno establece una relación entre el número de abortos y los niveles de vitamina D. Aun así, es posible afirmar posibles efectos adversos durante el embarazo asociados a bajos niveles de vitamina D, pero no necesariamente en el momento del tratamiento de FIV o de implantación embrionaria.

 

 

¿Qué debemos hacer en la práctica clínica habitual?

La determinación de vitamina D es sencilla y económica. De hecho, en URH García del Real pensamos que merece la pena estudiarla en pacientes que van a realizar tratamientos de fertilidad.

 

Encontrar una insuficiencia leve de vitamina D no significa que haya que salir corriendo a comprar suplementos de vitamina D, ya que una sobredosis puede acompañarse de un aumento exagerado de calcio en el cuerpo que, por consiguiente, podría causar daños en los huesos, corazón y riñones.

 

A aquellas mujeres que buscan embarazo con FIV u otro tratamiento y que su nivel de vitamina D es insuficiente (20-30 ng/ml), recomendamos que tomen un complejo vitamínico que incluya esta vitamina y que mejoren su estilo de vida.

También se aconseja aumentar el tiempo de exposición solar diaria durante 20 minutos y sin usar crema solar protectora y realizar cambios dietéticos. Sólo en los casos en los que encontramos un claro déficit de vitamina D (<20 ng/ml), será prioritario administrar un suplemento extra de esta vitamina. No creemos que el déficit de vitamina D deba implicar una demora en el tratamiento de FIV u ovodonación, aunque su corrección sea recomendable para asegurar un embarazo lo más saludable posible. 

Por Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta
Reproducción asistida

Dirige la Unidad de Reproducción Asistida de URH García del Real. Cuenta con más de 20 años de experiencia en el campo de la Reproducción Asistida. Es, además, Doctora por la Universidad de Oxford con un trabajo sobre endometriosis. Tiene diversas publicaciones y conferencias sobre Reproducción Asistida, especialmente sobre endometriosis, protocolos de estimulación ovárica, prevención de embarazo múltiple, transferencia embrionaria en blastocistos y el impacto de las técnicas de Reproducción Asistida sobre la salud de los niños nacidos de las mismas.

Es miembro del Grupo de Interés de Salud Embrionaria de la Sociedad Española de Fertilidad desde el 2005.

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