Conoce las fracturas de la mano y la muñeca más frecuentes
Es un tipo de lesión muy recurrente entre deportistas y trabajadores manuales. Cuando se produce una fractura se genera una pérdida de continuidad de la estructura ósea o cartilaginosa como consecuencia de un traumatismo o, en algunos casos, por una sobrecarga de peso.
En el caso de fracturas de la mano, las estructuras óseas más estables son el segundo y tercer metacarpiano, mientras que el primer, cuarto y quinto metacarpianos aportan una gran capacidad de giro sobre sus ejes. Es importante conocer este dato puesto que los huesos menos móviles requieren una reducción de la fractura óptima para garantizar la estabilidad de la mano.
Clasificación de las fracturas
Hay cuatro tipos de fracturas: cerradas, abierta, desplazada y estable. Las abiertas son las más complicadas, puesto que existe una comunicación del foco de fractura con el exterior a través de la herida, lo que incrementa el riesgo de infección del hueso. Además, según el trazo de la fractura pueden clasificarse en transversales, longitudinales, oblicuas, en espiral y conminutas, que son las fracturas en las que el hueso se rompe en pequeños fragmentos.
Fracturas más habituales
- Fractura de penacho: consiste en la fractura de la punta del dedo y no suele requerir un tratamiento quirúrgico cuando es cerrada.
- Fractura de Bennett: es la fractura más común del dedo pulgar. Se produce una fractura de la base del primer metacarpiano y requiere de intervención quirúrgica.
- Fractura de Rolando: es un tipo de fractura de la base del primer metacarpiano caracterizada por tres fragmentos. Se trata quirúrgicamente.
- Fractura Baby-Bennett o Bennett inverso: consiste en una fractura del quinto metacarpiano que suele requerir de tratamiento quirúrgico.
- Fractura del boxeador: de nuevo, afecta al quinto metacarpiano como consecuencia de un traumatismo directo y causa una angulación palmar de la cabeza.
- Fractura de escafoides: resultado de una hiperextensión de la muñeca normalmente tras una caída sobre una mano hiperextendida. El escafoide es el hueso carpiano más comúnmente lesionado.
¿Qué puedo hacer para tratar la lesión?
Se diferencian dos tipos de tratamientos y someterse a uno u otro dependerá de las características de la fractura. Se recurre al tratamiento ortopédico en los casos de fracturas estables, poco o nada desplazadas, y que son reductibles mediante manipulación cerrada. Se inmoviliza la fractura con la ayuda de una férula o yeso cerrado.
Mientras que el tratamiento quirúrgico se aplica en casos de fracturas abiertas que requieren limpieza del foco de fractura o en aquellas inestables o desplazadas que no sean reductibles mediante manipulación. Tras el tratamiento y los primeros signos consolidación ósea, se inician periodo de fisioterapia para recuperar la movilidad.
¿Pueden aparecer complicaciones tras la intervención?
Tras un tratamiento quirúrgico pueden surgir distintas complicaciones, entre ellas:
- Infección. Es muy frecuente en casos de fracturas abiertas, ya que se exponen a la contaminación de la herida. En los casos más extremos se realiza una resección del hueso infectado y se reemplaza por un hueso sano.
- Pseudoartrosis. Ocurre cuando se da un fallo en la unión de los fragmentos fracturados. Se origina una inestabilidad crónica y movilización dolorosa. Para solucionarlo se recurre a injertos óseos para rellenar la fractura.
- Consolidación viciosa. Aparece cuando se forma un cayo óseo en una posición incorrecta. Va acompañado de dolor y alteración en la estabilidad de la mano. Requerir tratamiento quirúrgico para solucionarlo.
- Déficit de movimiento. Pese al éxito de una intervención quirúrgica, pueden aparecer complicaciones posteriores debido a la complejidad de la fractura o a lesiones asociadas con el traumatismo inicial.