Conoce en profundidad qué es la rinitis alérgica y cómo diagnosticarla

Escrito por: Dr. Jesús Garde Garde
Publicado: | Actualizado: 20/02/2023
Editado por: Top Doctors®

La nariz se encarga de importantes funciones, tales como el olfato, la modulación del habla, el acondicionamiento del aire inhalado y la protección contra agentes medioambientales.

Sin embargo, la rinitis es una enfermedad comúnmente infradiagnosticada e infratratada, a pesar de que su prevalencia está aumentando en los países occidentales, mermando la calidad de vida de los pacientes que la sufren. Son muchas las publicaciones que advierten de que un inadecuado tratamiento y control de esta patología puede conducir a complicaciones: sinusitis, disfunción de la  trompa de Eustaquio, otitis media, disminución de la función cognitiva, hipoacusia, apnea del sueño e incremento de la propensión a sufrir asma.

 

Rinitis alérgica: ¿qué es?

La rinitis es un síndrome producido por la inflamación de la mucosa existente en las fosas nasales. Es una inflamación inducida por un mecanismo inmunológico medido por lgE en respuesta a aeroalérgenos existentes en el ambiente, a los que el paciente está sensibilizado.

Normalmente la rinitis cursa con los siguientes síntomas: estornudos, prurito, rinorrea y congestión nasal. Cuando, además, se acompaña de afectación de las mucosas conjuntival, ótica o faríngea se denomina rinoconjuntivitis.

El diagnóstico de la rinitis alérgica no siempre es fácil, por lo que es importante descartar otras patologías
 

Incidencia de la rinitis entre la población

La rinitis es común entre la población, con una prevalencia del 20-25% en los países occidentales. No obstante, se calcula que el número de enfermos es mayor, ya que hay muchos que no acuden al experto en Alergología si los síntomas no son complicados.

Entre los niños la rinoconjuntivitis es la enfermedad alérgica más frecuente, siendo el primer motivo de consulta. Puede manifestarse antes de los dos años, pero su prevalencia aumenta a partir del tercer año, pudiendo presentarse en el 20% de los niños en edad pediátrica. Así, el 11,5% de niños menores de tres años presenta síntomas leves pero claros de Rinoconjuntivitis (RCJ), porcentaje que aumenta a 21,4% entre los 4 y los 7 años, y por encima del 27,2% al superar los 7 años de edad.

 

Clasificación de la rinitis alérgica

La rinitis solía clasificarse entre:

  • Rinitis estacional, cuando los síntomas típicos ocurrían solo en determinadas épocas del año.
  • Rinitis perenne, con síntomas a lo largo de todo el año.

Sin embargo, expertos de la OMS han sugerido una nueva clasificación, según la duración de los síntomas:

  • Rinitis intermitente, cuando los síntomas se presentan menos de 4 días a la semana o menos de 4 semanas consecutivas.
  • Rinitis persistente, cuando los síntomas se mantienen más de 4 días a la semana durante más de 4 semanas.

 

Diagnóstico de la rinitis alérgica

El diagnóstico de la rinitis alérgica no siempre es fácil, sobre todo en los niños, por lo que es importante descartar otras patologías, tales como rinitis infecciosa e hipertrofia de adenoides.

Si, durante más de una hora, persisten los siguientes síntomas, sugiere diagnóstico de rinitis: rinorrea anterior acuosa, estornudos paroxísticos (repetitivos y seguidos), obstrucción nasal, prurito en la nariz y conjuntivitis (ocasionalmente).

Por otra parte, la rinitis vasomotora es más común en adultos, pero también puede darse en niños. Se trata de una hiperrespuesta nasal ante sustancias irritantes inespecíficas: olores intensos, el humo del tabaco, cambios de temperatura o humedad.

 

 

Causas de la rinitis alérgica

En niños, no todas las rinitis tienen su origen en una causa alérgica. En la población adulta se calcula que la proporción atribuible a atopia en pacientes diagnosticados de rinitis oscila entre un 12 a un 66%, con una media del 56%.

Muchos estudios han demostrado que la alergia es el factor de riesgo más importante para sufrir asma y rinitis en la infancia. Asimismo, en el hecho de padecer rinitis alérgica influyen parámetros genéticos y circunstancias medioambientales.

 

 

Síntomas de la rinitis: por qué se producen y qué ocasionan

Los tres síntomas principales de la rinitis son la rinorrea, la obstrucción nasal y los estornudos, que pueden aparecer de forma conjunta o puede no manifestarse alguno de ellos, así como su intensidad. En la rinitis alérgica, además, aparece prurito nasal y conjuntivitis:

  1. Obstrucción nasal

La obtrucción nasal tiene su origen en una vasodilatación y edema de mucosas, a nivel de los cornetes inferior y medio. La obstrucción nasal impide o dificulta el paso del aire por las fosas nasales, alterando, consecuentemente, la humidificación y filtrado apropiado del aire para una adecuada respiración. Asimismo, se anula la función nasal de creación de resistencias para el correcto llenado de los alvéolos pulmonares.

Por otra parte, la obstrucción nasal suele darse durante la noche, pero en formas severas también puede ocurrir durante el día, teniendo el paciente voz nasalizada.

  1. Rinorrea

Es, básicamente, la presencia de moco y secreción nasal, pudiendo drenar por los vestíbulos nasales (rinorrea anterior) o por las coanas (rinorrea posterior), que puede pasar más desapercibida y diagnosticarse por la presencia de tos, carraspeo o faringitis. En la rinitis alérgica la rinorrea suele ser acuosa (hidrorrea).

  1. Estornudos

Son un reflejo de defensa para eliminar las secreciones nasales con el alérgeno responsable de la rinitis. En la rinitis alérgica los estornudos son continuos (en salvas) y se acompañan de prurito nasal. En las formas más avanzadas se puede combinar con prurito ótico (de los oídos) y palatino (paladar). Cuando se le suma lagrimeo hablamos de rinoconjuntivitis y se socia a las rinitis alérgicas al polen y caspa de animales.

 

Diagnóstico de la rinitis

El estudio de los pacientes con rinitis se fundamenta en distintas fases:

  1. Anamnesis Es esencial realizar una anamnesis completa para diagnosticar la rinitis alérgica. El alergólogo debe asegurarse de que los síntomas son los que cabría esperar, así como su intensidad y grado de afectación, o respuesta al tratamiento. En la anamnesis deberán constar:
  • Datos personales del paciente.
  • Los síntomas dominantes y preocupantes para el paciente.
  • La sintomatología completa y características.
  • La edad de inicio de los síntomas, duración e intensidad de estos, así como el periodo estacional y cuándo empeora (interior/exterior del domicilio, maniobras de limpieza, días de viento, contacto con animales, hábito tabáquico alrededor, ubicación del domicilio, humedad…).
  • Antecedentes personales y familiares de patología alérgica y valorar síntomas en otros órganos (asma pulmonar o dermatitis atópica).
  • Tratamientos recibidos, por sus efectos posibles colaterales.

 

  1. Exploración Existen diversas técnicas que permiten estudiar la posible presencia de rinitis:
  • Rinoscopia: permite observar posibles desviaciones del tabique, hipertrofia de los cornetes, aumento de las secreciones, color y sangrado de las mucosas, entre otros aspectos. Según los resultados puede realizarse también una exploración radiológica, para descartar la hipertrofia de adenoides o sinusitis.
  • Fibrorinoscopia: permite descartar alteraciones anatómicas y procesos inflamatorios que pueden ser el origen de la obstrucción nasal (malformaciones, desviaciones del tabique, cuerpos extraños, poliposis nasal, hipertrofia de adenoides, tumores benignos o malifnos).
  • Rinomanometría: permite evaluar la resistencia mecánica de la cavidad nasal al paso del aire durante la respiración, así como las variaciones de presión que experimenta el aire al pasar por las fosas nasales. También permite evaluar la respuesta a otras intervenciones.
  • Rinometría acústica: valora la geometría de las fosas nasales, basándose en una onda acústica. Es muy útil porque no produce molestias en el paciente y permite determinar las áreas transversas entre la pared externa de la mucosa nasal y el tabique, así como los volúmenes de cada fosa nasal.

 

  1. Valoración de la gravedadà Según la gravedad del paciente el alergólogo clasificará la rinitis como leve, moderada y severa, aunque dependerá también del grado de obstrucción nasal y de la sintomatología del paciente.
  2. Diagnóstico etiológicoà Se basa en 3 pilares: historia clínica, determinación de anticuerpos lgE ante algunos alérgenos y, si existen dudas, pruebas de provocación. El objetivo del diagnóstico etiológico reside en aplicar al niño o paciente las medidas terapéuticas adecuadas (evitación de alérgenos o inmunoterapia).
  3. Pruebas cutáneasà Es el modo más eficaz para detectar los alérgenos a los que está sensibilizado el paciente. Suele haber baterías preestablecidas con los alérgenos más comunes a los que se suman los que se ha podido sospechar que generen alergia. Una prueba cutánea positiva, por si sola, solo indica presencia de anticuerpos tipo lgE a dicho alérgeno (sensibilización) pero no significa que exista enfermedad. Antes de llevar a cabo las pruebas cutáneas hay que tener en cuenta que algunos fármacos, como los antihistamínicos, disminuyen o eliminan la reactividad cutánea, por lo que debe suspenderse su administración durante días previos al test cutáneo.
  4. Determinación sérica de lgE específica (RAST o CAP)à Permite detectar la sensibilización alérgica, con resultados similares a los obtenidos con pruebas cutáneas. Detecta los lgE libres por el torrente sanguíneo. Se trata de una prueba cuantitativa, al poder monitorizar el aumento o disminución de cifras de lgE. Sin embargo, las pruebas cutáneas son cualitativas. Tienen utilidad cuando no se pueden realizar las pruebas cutáneas (dermatitis atópica…). Al igual que en las pruebas anteriores, los resultados positivos solo indican sensibilización y no enfermedad alérgica.

 

Cualquier resultado obtenido deberá siempre relacionarse con la anamnesis, ya que el experto en alergología deberá correlacionar cualquier positividad con los datos de la historia clínica.

Dr. Jesús Garde Garde

Por Dr. Jesús Garde Garde
Alergología

El Dr. Garde es un reputado especialista en Alergología. Cuenta con más de 30 años de experiencia en la profesión y una extensa formación en la especialidad. A lo largo de su trayectoria ha compaginado su labor asistencial con la docencia, habiendo impartido diversos cursos sobre Alergología. Por otra parte, es miembro del grupo de trabajo de Alergia Respiratoria de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica  de la SEICAP y miembro del grupo de trabajo para el consenso sobre el Tratamiento del Asma Infantil de la misma sociedad. Colabora activamente con la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica), habiendo participado en numerosos congresos. Asimismo, es autor de numerosos artículos y publicaciones científicas centradas en su especialidad. También ha participado en diversos estudios clínicos e investigaciones. 


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