¿Cómo se transmite la viruela del mono?

La viruela de los monos (monkeypox, MPX) es una enfermedad zoonótica viral poco habitual endémica que se produce algunos países de África occidental y central. Todos los casos de MPX detectados fuera de las áreas endémicas hasta mayo de 2022 eran importados o vinculados a un caso importado o a animales importados de esas áreas endémicas. El principal mecanismo de transmisión descrito de MPXV en humanos ocurría mediante el contacto directo o indirecto con mamíferos vivos o muertos, generalmente roedores o primates de zonas endémicas. 

En mayo de 2022, la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA) confirmó la identificación de varios casos de MPX sin antecedentes de viajes recientes a áreas endémicas o de contacto con casos notificados anteriormente. Desde ese momento numerosos países, sobre todo de Europa y América, han anunciado más de 4000 casos confirmados o en investigación. Esta ha sido la primera ocasión que se han identificado cadenas de transmisión de MPX sin vínculos con países endémicos. 

Viruela del mono en España

En la actualidad, España es uno de los países más afectados a nivel global. Durante el mes de mayo y junio de 2022 presentó una tendencia ascendente de casos notificados que continúa actualmente. La gran mayoría de las comunidades autónomas han comunicado casos, aunque con grandes diferencias entre ellas. 
Como en el resto de países, los casos han sido identificados generalmente en población HSH (hombres que tienen sexo con hombres) siendo el mecanismo de transmisión en gran parte de los casos a través de contacto físico muy estrecho, principalmente en el contexto de las relaciones sexuales de alto riesgo. No obstante, si dicha transmisión sostenida no es controlada de forma óptima existe un riesgo importante de que se desplace a otros grupos poblacionales por la misma vía de transmisión, siendo posible la afectación de otros grupos de personas y la aparición de casos graves en poblaciones vulnerables.

 ¿Qué características clínicas presenta?

La infección por MPXV suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan tras varias semanas. Por contra, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave. El período de incubación generalmente es de 6 a 16 días, pero puede oscilar entre 5 y 21 días. 

El cuadro clínico inicial suele incluir un periodo prodrómico con fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, linfadenopatías o cansancio. Entre 1 y 5 días tras la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que, clásicamente empezaba en la cara, donde se concentraba, y luego se extendía a las extremidades y otras partes del cuerpo. En cambio, en los casos asociados al brote actual, y debido al patrón actual de transmisión, las lesiones se han focalizado con mayor frecuencia en las zonas genital, perianal y perioral. Se pueden observar áreas de eritema o de hiperpigmentación de la piel alrededor de las lesiones, que pueden variar de tamaño. El número de lesiones varía de unas pocas a varios miles y evolucionan de manera uniforme y de forma secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen. 

En casos graves, las lesiones pueden coalescer hasta que se desprenden grandes zonas de piel y los síntomas tienden a durar entre 2 a 4 semanas. Estos casos graves se producen con mayor frecuencia entre los niños, embarazadas, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y que están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona. Según la literatura, las complicaciones son infecciones bacterianas secundarias, sepsis, bronconeumonía, encefalitis e infección de la córnea con la consiguiente pérdida de visión. 

En el brote actual, en España las principales complicaciones detectadas hasta el momento han sido úlceras bucales y sobreinfecciones bacterianas. Aunque también se han identificado complicaciones más graves como son proctitis y úlceras corneales. El diagnóstico diferencial clínico que debe valorarse incluye otras enfermedades exantemáticas que pueden manifestarse con erupción pustulosa o vesicular generalizada, como viruela (ante el riesgo de que pudiera tratarse de un evento intencionado), varicela, eczema herpeticum, herpes virus, algunos enterovirus (como coxsackie o echovirus), sarampión, sarna, infecciones cutáneas bacterianas, sífilis, alergias asociadas a medicamentos y algunas enfermedades dermatológicas. La linfadenopatía durante la etapa prodrómica de la enfermedad puede ser una característica clínica para diferenciar MPX de la varicela o la viruela.

¿Cómo se transmite?

Existe incertidumbre en la literatura sobre el momento de comienzo del periodo de transmisibilidad. En general, se considera que empieza con la aparición de los primeros síntomas prodrómicos (que normalmente precede entre uno y cinco días a la aparición del exantema), o en caso de debutar con exantema, desde el día previo a su aparición y se prolonga hasta que las lesiones hayan cicatrizado totalmente, las costras se hayan caído y se haya formado una nueva capa de piel. Esto puede tardar varias semanas.
En el contexto de la alerta actual, la transmisión de MPXV está relacionada fundamentalmente con el contacto físico estrecho y directo con lesiones en la piel, costras o fluidos corporales de una persona infectada, ya sea en el contexto de las relaciones sexuales o en otras situaciones de contacto físico continuado y prolongado. Además, la evidencia señala que la transmisión también puede ocurrir mediante otros mecanismos de transmisión, aunque la contribución de estos mecanismos de transmisión al brote es menos importante: 

- Contacto prolongado cara a cara, a través de secreciones respiratorias de una persona infectada. 
- De manera indirecta, al estar en contacto con objetos (ropa o textiles) que hayan sido utilizados por personas infectadas. 
- En mujeres embarazadas, a través de la placenta al feto. 

En estas circunstancias, es posible que las personas contraigan el MPXV por animales infectados, ya sea al ser arañados o mordidos por el animal o al preparar, comer carne o usar productos de ese animal infectado. En la actualidad, aunque se ha detectado MPVX en semen, se desconoce si es viable en semen o fluidos vaginales y la importancia que este hallazgo puede tener en la transmisión de la infección.

¿Cuáles son las medidas a seguir? 

Respecto a las medidas adecuadas para el manejo de los pacientes en investigación o confirmados de MPXV, en la actualidad hay discrepancias en la literatura. A medida que avanza el tiempo desde que comenzó la alerta va poniéndose de manifiesto que el mecanismo de transmisión más importante es en el contexto de un contacto físico estrecho y prolongado de manera directa o indirecta, quedando en un segundo plano el potencial riesgo de transmisión por vía aérea o tras una exposición no prolongada en el tiempo. 
Por ello, siguiendo el principio de precaución, los especialistas en Medicina Interna recomiendan tomar precauciones de contacto y, además, las de transmisión aérea. A continuación, se describen las recomendaciones a seguir tanto para los casos confirmados como para los casos en investigación, diferenciando las indicaciones en caso de que la persona se encuentre o no hospitalizado.

Recomendaciones ante casos no hospitalizados

— Permanecer aislado en una habitación o área separada de otros convivientes hasta que todas las lesiones hayan desaparecido, especialmente si se presentan lesiones extensas, con secreciones o síntomas respiratorios. 
—Evitar el contacto físico y las relaciones sexuales hasta que las lesiones hayan desaparecido. Es recomendable que las lesiones estén cubiertas. Según el principio de precaución la OMS recomienda el uso de preservativo en las relaciones sexuales durante las primeras 12 semanas tras finalizar el aislamiento. 
— Usar mascarilla quirúrgica, especialmente si manifiesta síntomas respiratorios. Se aconseja que el resto de convivientes lleve mascarilla cuando se acerquen para prestar cuidados. 
— El paciente debe tener utensilios para el hogar designados únicamente para él, ningún otro conviviente deba usarlos (ropa, sábanas, toallas, cubiertos, vasos, platos, etc.).
 — No abandonar el domicilio, excepto cuando se requiera atención médica de seguimiento. En este caso llevará en todo momento mascarilla y no podrá utilizar transporte público. 
— Los/las convivientes deben evitar en lo posible el contacto con la persona y limitar las visitas.
— Realizar una adecuada higiene de manos, con agua y jabón o desinfectante) después del contacto con las personas infectadas.
— Evitar el contacto con animales silvestres o domésticos. 
— Si la persona ha permanecido aislada fuera de su domicilio habitual (hoteles, albergues, hostales, etc.), el personal de limpieza deberá equiparse con una mascarilla FFP2, guantes, bata impermeable y calzas.