¿Cómo ha evolucionado la proctología?

Escrito por: Dr. Tomás José Paco Buendía
Publicado:
Editado por: Cristina Mateo

Las primeras referencias sobre patologías del ano se encuentran en el Código de Hammurabi del año 2200 a. J.C. En este se recogen los primeros honorarios de los médicos encargados de tratar las enfermedades de ano, a quienes en la actualidad conocemos como proctólogos.

 

Una vez llegados a la antigua Grecia, en el Papiro de Tebas (1500 a. J.C.) se registraron numerosas recetas para el tratamiento de las enfermedades ano-rectales hasta que en la antigua Mesopotamia empezaron a grabarse sobre tablillas de arcilla de la biblioteca de Asurbanipal.

 

En el antiguo Egipto ya existían médicos proctólogos. Por ejemplo, en el Papiro Chester Beatty (1200 a.J.C.) se trató, exclusivamente, la materia proctológica hasta que siglos después, en Occidente, Hipócrates, Galeno, Leonidas y Celso, escribieron sobre distintas patologías ano-rectales. Más adelante, hacia el 600 d.C., Pablo Egina escribió un tratado de cirugía que se convirtió en una de las más importantes referencias en el tratamiento de las fístulas de ano o perianales.

 

Llegados a la Edad Media la medicina ya era una actividad muy extendida llevada a cabo, sobre todo, por los monjes. Durante esa época también eran habituales prácticas no científicas, sino más bien relacionadas con el mundo de “los Cultos paganos” o “la superstición”.

 

Uno de los ejemplos más conocidos es el del “Conjuro contra la Fístula Anal“, recogido en un Código del siglo XI, o “Las Imprecaciones a San Fiacro para librarse de las Hemorroides”.

 

 

San Fiacro, patrón de las Hemorroides

 

San Fiacro era hijo de Eugenio IV, rey de Escocia (año 600), quien siguió la llamada religiosa y se marchó a Francia con su hermana Sira, estableciéndose en la Diócesis de Meaux, cerca de París. Llevó una vida de ermitaño en un lugar que hoy conoce como Saint Fiacre.

 

La leyenda cuenta que el santo estuvo esperando el juicio de Dios sobre una piedra que, con el tiempo, se hizo blanda como la cera al recibir el peso del cuerpo de San Fiacro. De aquí nació la leyenda de que los que se sentasen en esa piedra curarían sus hemorroides. Tal fue su fama que se hicieron oraciones por la curación de la fístula de Luis XIV invocándole a él. Incluso años más tarde llevaron la reliquia del santo para curar a Richelieu.

 

Hoy su advocación ha quedado un poco en el olvido por la evolución de la medicina y de los tratamientos contra las hemorroides.

 

Sin embargo, recordemos que aquellos tiempos los métodos operatorios eran los de Aecio de Constantinopla, que consistían en sacarlas con un gancho y extirparlas o seccionarlas con cuchilla. Otras veces, se aplastaban o cauterización con pinzas de hierro al rojo vivo.

 

Por esa razón, los pacientes de esa época prefirieran una visita al santo patrón antes que someterse a una operación de las de entonces. En el siglo XIV, John Arderne, cirujano inglés, escribió en 1370 su “Practica Magistri“, en la cual resumió y dio a conocer toda su experiencia y conocimientos de la cirugía ano-rectal, siendo considerado por ello, el actual padre de la Proctología. Más tarde, ya en el Renacimiento, surge la figura de Jérome Fabrice D´Acquapendente quien escribió la “Opera Chirurgica”, una obra que explica el tratamiento, sobre todo, de las fístulas perianales.

 

La proctología se encarga del estudio de las enfermedades del colon, recto y ano.

 

Posteriormente, en el siglo XVII, fue famosa la intervención quirúrgica realizada el 18 de noviembre de 1.686 en el Palacio de Versalles al rey de Francia, Luis XIV. El Rey Sol padecía una fístula anal que fue intervenida por los cirujanos Felix de Tussy y Bessieres. Tras varias intervenciones, el 15 de enero de 1687 el Rey pudo considerarse curado, recibiendo el alta médica.

 

En el siglo XIX se funda en Londres, el St. Mark’s Hospital, convirtiéndose, pronto, en la meca de las enfermedades ano-rectales, ya que su director, Frederick Salmons, popularizó su operación para hemorroides internas con “ligadura”, que aún hoy en día algunos proctólogos y coloproctólogos, poco “actualizados” siguen realizando.

 

Fue a principios del siglo XX, cuando Raoul Bensaude, padre de la proctología francesa, describió sus investigaciones y experiencias en enfermedades ano-rectales, en su “Tratado de Rectoscopia”. Llegando hasta nuestros días en donde la Proctología es una especialidad reconocida a nivel mundial.

Dr. Tomás José Paco Buendía

Por Dr. Tomás José Paco Buendía
Medicina Familiar

El Dr. Tomás J. Paco Buendía es médico y proctólogo experto en medicina y cirugía proctológica. Cuenta con una dilatada experiencia de más de 35 años y actualmente ejerce en Madrid, Murcia y Alicante. Es conocido a nivel nacional e internacional por ser uno de los proctólogos que más ha influido en el desarrollo de la cirugía ambulatoria sin hospitalización.

Entre sus especialidades destaca el tratamiento médico-quirúrgico de enfermedades anales y perianales como: hemorroides, fisura anal, fístula perianal, abscesos anales, sinus pilonidal, condilomas, y eczema y prurito perianal. En España ya es reconocido como uno de los mejores proctólogos. 

 


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