Cómo cuidar nuestro sistema inmunológico en vacaciones
Escrito por:Las vacaciones suponen una importante oportunidad para mejorar nuestra salud. Sin embargo, también pueden relacionarse a ciertas situaciones de riesgo para personas con enfermedades de base inmunológica, así como para personas sanas.
Es muy importante remarcar que las vacaciones son una oportunidad para el ejercicio del autocuidado, tanto en personas sanas como en aquellas que padecen enfermedades inmunológicas. En otros países se fomenta mucho el ejercicio del autocuidado tanto para no enfermar como para no empeorar, en caso de estarlo.
Autocuidado del sistema inmunológico
- Una persona que se ha sometido a un trasplante, si durante las vacaciones se relaja y descuida su terapia inmunosupresora, puede tener un rechazo.
- Si soy un paciente con inmunodeficiencia y descuido mi alimentación al viajar a países con condiciones sociosanitarias precarias, tengo más riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas intestinales.
- Si tengo lupus, sé que tengo que protegerme de la luz del sol, utilizando cremas bloqueantes adecuadas, ya que si no lo hago, corro riesgo de tener un brote. Estudios experimentales han concluido que la luz ultravioleta puede potenciar estimuladores de genes de interferones que podrían participar en esta predisposición para un brote inflamatorio.
Pero también las personas sanas:
- Una persona sana que quiere ir a zonas con epidemia o endemia de algunas enfermedades tendrá que vacunarse o tomar algunos medicamentos para prevenirlas. Es el caso de la malaria.
Ya sabemos que durante las vacaciones de navidad o de verano nos podemos exceder en la ingesta de comidas, abusar de bebidas azucaradas o simplemente perder nuestra rutina habitual de alimentación. También es sabido que el sobrepeso puede afectar al sistema inmunológico, y que el exceso de azúcar puede tener un efecto pro-inflamatorio y, en cierto modo, puede reprimir respuestas inmunes.
En las enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes, la gota, o la arterioesclerosis se produce un estado inflamatorio causado por patrones moleculares asociados a daño. Estas sustancias son reconocidas por receptores como los receptores tipo Toll, que se encuentran en las células de sistema inmune innato, lo cual puede terminar en señales mediadoras de daño.

Factores que afectan a nuestro sistema inmunológico en vacaciones
Si durante las vacaciones vamos con más frecuencia a lugares cerrados con aglomeración de personas podemos tener más posibilidades de adquirir patologías infecciosas respiratorias, sobre todo en los meses de más frío, donde tenemos las vacaciones de navidad.
¿Qué podemos hacer para mantener en buenas condiciones nuestro sistema de defensas?
- Un ingesta equilibrada de proteínas (animales o vegetales) es importante para la homeostasis de proteínas inmunológicas.
- Las personas que viven en lugares con poca luz solar pueden necesitar controlar el nivel de vitamina D y/o recibir suplementos, siempre bajo prescripción médica (en caso necesario). La vitamina D es importante para el funcionamiento de algunos mecanismos inmunológicos. Así, por ejemplo, la Vitamina D, que predominantemente se obtiene de la luz solar y los alimentos, puede tener un efecto inmunomodulatorio en el urotelio que ayuda a controlar infecciones como las producidas por Escherichia coli.
Por otro lado, expertos de la Clínica Mayo refieren que reírse mejora el ánimo y, además, puede tener efectos positivos sobre el sistema inmunológico. He encontrado algún artículo que ha estudiado este tema y refleja que la risa y el buen humor pueden aumentar niveles de mediadores inmunológicos como la IgA secretoria o las células natural killer (NK).
Asimismo, nos indican que los pensamientos positivos ayudan a liberar neuropéptidos que pueden prevenir el estrés y otras enfermedades.
Pero durante las vacaciones nos sometemos también a otros tipos de estrés relacionados con los viajes largos por carretera, en avión, largas colas, etc. Algunos de estos factores pueden afectar al sistema inmunológico. Por ejemplo, los factores psicológicos, que pueden aumentar el riesgo de tener infecciones.
Por otro lado, existen estudios que demuestran que a más ansiedad hay menos células de defensa CD4 que expresan la citocina IL2, importante para la activación de linfocitos. Otros estudios muestran que el estrés está relacionado con menores índices de proliferación de linfocitos.
Paradójicamente, en este capítulo del estrés se ha sugerido que el estrés psicológico es un inductor potente de citocinas anti-inflamatorias como la IL10. También lo es de adrenalina y glucocorticoides.
Por lo tanto, podríamos decir que pasar del estrés del trabajo a la tranquilidad de las vacaciones (si esto realmente es así) podría asociarse a una menor producción de IL10, y esto asociarse a mayor inflamación y por lo tanto a una mayor predisposición a tener algunas enfermedades.
Debemos tener en cuenta que las respuestas inmunológicas están comandadas por patrones genéticos y que éstos no son iguales en todas las personas, lo cual complica cualquier intento de interpretar simplemente estas cuestiones y riesgos.
Pautas para cuidar nuestro sistema inmunológico
El ejercicio físico regular, evitando el sobreesfuerzo, puede ayudarnos también a mantener en buen estado el sistema inmunológico.
Numerosos estudios han demostrado que el ejercicio físico afecta la función endotelial que juega un rol importante en el control de la inflamación y el estrés oxidativo. Se sabe que aumenta los niveles de óxido nítrico, que es un antioxidante. Además, estudios experimentales en animales han analizado el posible rol positivo del ejercicio -incluso en animales obesos- sobre infiltrados celulares, perfiles de citocinas y quimiocinas en el epitelio pulmonar, lo cual puede ser importante para controlar bien las infecciones respiratorias.
Dormir bien es otro factor importante para mantener sano el sistema inmunológico durante las vacaciones. La reducción del tiempo de sueño desencadena un estado de estrés que puede llevar a un aumento del nivel de glucocorticoides y adrenalina. Estas sustancias regulan componentes del sistema inmune como, por ejemplo, las células NK. Algunos estudios en ratones han demostrado que la de privación de sueño conduce a una disminución en el número y función de estas células.
Si atendemos a estas indicaciones podemos sacar algunas conclusiones acerca de lo que podemos hacer para mantener en buenas condiciones nuestro sistema inmunológico durante las vacaciones.