¿Cómo afrontar las vacaciones pospandemia?

Escrito por: Ángela Santos García
Publicado:
Editado por: David Moore

¿Qué efecto puede tener el verano y las vacaciones con la "vuelta a la normalidad"?

Teniendo en cuenta todos los meses que hemos pasado con la situación del Covid-19, la anhelada normalidad desapareció de nuestros días con su inicio. El verano de 2020 para la mayoría de las familias, no supuso vacaciones entendidas como viajes, compartir situaciones o visitar a la familia. De manera muy discreta algunos hicieron unas vacaciones que intentaban ser normales, pero no lo eran y la mayoría prescindía totalmente de este periodo de descanso y recarga de energías. Además, habíamos pasado una temporada de alto nivel de estrés y una situación que requería mucha adaptación a la incertidumbre.

Con todo ello, el verano va a ser la oportunidad para empezar la vuelta a la normalidad. Va a ir precedido o acompañado de retomar actividades en la calle, los viajes, o las visitas a amigos o seres queridos con muchas ganas por parte de todos de volver a la vida y la alegría. Seguramente la frecuencia, intensidad y sobre todo la capacidad de disfrute se vean elevados a la máxima potencia. Obviamente nos acompañara la vivencia y los momentos y sentimientos más duros, que podríamos utilizarlos como aprendizaje para desarrollar la resiliencia. Pero esta situación nos ha hecho valorar muchas de las cosas que antes dábamos por supuestas, y esto va a facilitar poner en marcha habilidades como la gratitud, la capacidad de vivir el presente y la consciencia de la vida. Serán prioritarias las personas y lo importantes que son para nosotros, por lo que disfrutaremos mucho mas de estas experiencias y las situaciones sencillas de la vida.

 

El verano actual puede suponer la vuelta a la normalidad.

 

¿Por qué es tan importante realizar vacaciones?

Las vacaciones tienen una gran relevancia para la salud mental, ya que suponen el descanso de la actividad laboral, y en muchos casos de otras tareas cotidianas y rutinarias como acudir a clases, o seguir nuestras obligaciones comunes. El enfoque más adecuado para las vacaciones es permitirnos proyectar y disfrutar un periodo de tiempo donde lo más importante es el descanso, el disfrute, el ocio, o la experiencia. Algunas personas lo viven con la familia, otras con los viajes, otras con los deportes, otras con la desconexión y el descanso. La manera de entenderlas es muy personal, pero es deseable que esté vinculado con la percepción de merecernos un descanso y mimarnos por encima de todo. Esto se desarrollará según nuestros gustos, intereses, condiciones y posibilidades, pero debería ser acorde a estos valores.

 

¿Por qué hay gente que le cuesta desconectar en vacaciones?

Esto puede deberse a varios motivos, pero muchos de ellos se relacionan con las habilidades para una adecuada gestión emocional. Cuando nos conocemos bien y nuestra autoestima es adecuada sabemos detectar cuando necesitamos momentos de descanso y disfrute, y los priorizamos para poder tenerlos. Esto implica poner límites, renunciar a otras actividades y gestionar la sensación de no ser perfectos, de sentirnos culpables o de renunciar a seguir esforzándonos o respondiendo a lo que creemos que los demás esperan de nosotros. Los teléfonos móviles no ayudan mucho en este sentido.

La sociedad actual está abierta 24 horas y la accesibilidad y la conexión parecen imponerse como una obligación. En la medida en que sabemos desconectar de estas comunicaciones invasivas, y aparcar los pensamientos o sentimientos de estar fallando cuando descansamos o voluntariamente no hacemos algo, mejoramos nuestras habilidades en la gestión emocional. El miedo al rechazo, a no ser suficientes, a que nos juzguen por descansar o a tener emociones que nos parecen incomodas nos lleva a seguir en la rueda de la obligación, desconectándonos de nuestras propias necesidades.
 

¿Qué consejos podemos seguir para evitar la ansiedad en las vacaciones?

Yo concretaría varios ámbitos en los que podemos actuar para evitar dicha ansiedad:

  • No te exijas demasiado, en ningún momento, en ningún sentido.
  • Aprende a conocer tu cuerpo, tus estados emocionales, y las señales de sobrecarga de tu persona.
  • Entender el descanso como una necesidad imprescindible para el buen rendimiento futuro.
  • Permítete estar cansado, fallar, no estar disponible a tiempo completo.
  • Concéntrate en el presente, es lo único certero, el resto son suposiciones.
  • Valora qué no hacer nada también es hacer algo por mí y por los míos.
  • Intenta no marcarte expectativas sobre las vacaciones o los resultados de estas.
  • Aprende a disfrutar y a desconectar. Parece simple, pero mucha gente se le ha olvidado como se disfruta y solo sabe cumplir obligaciones y obtener resultados. Las vacaciones les hacen evidente esta carencia y por ello les incomodan. La felicidad es tan valiosa como improductiva en términos de rentabilidad.
  • No te compares con los demás. Las redes sociales nos perjudican una vez más en este sentido.
  • Establece procedimientos claros y tajantes para realizar la desconexión (avisa a tu entorno, prepara un mail informándolo…). Las medias tintas (solo trabajare un ratito) no suelen permitir conectar con la sensación de libertad y voluntariedad que define el bienestar de las vacaciones. 

 

Es importante aprender a desconectar y disfrutar.

 

¿Podemos prevenir la depresión postvacacional?

Veamos algunas cosas que podemos hacer para minimizarla o eliminarla:

  • Sé realista, las vacaciones pueden ir bien, regular o mal según la forma de afrontar las cosas que sucedan.
  • Eliminar la idea de las vacaciones como un milagro o un periodo mágico.
  • Cambia hábitos el resto del año, dedícate tiempo de ocio, permítete descansos semanales.
  • Conócete a ti mismo, descubre tus señales de agotamiento y busca medidas para reducirlas.
  • Busca la coherencia entre tus valores y tu vida. La incoherencia genera mucho malestar personal. Dedícale tiempo y energía a lo importante y crea una vida con sentido.
  • Incorpórate a las obligaciones poco a poco. Crea un tiempo de adaptación a la rutina.
  • Cambiar el modo de vida: vive todo el año. No te dejes para el final.

Por Ángela Santos García
Psicología

Ángela Santos García es una reconocida especialista en Psicología, experta en comunicación en crisis, afrontamiento de situaciones complejas, investigación, liderazgo y gestión conflictos. Tiene un máster en Terapia de Conducta y cuenta con la habilitación para formar personal, que desarrolla en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, como Policía y Guardia Civil. Por otro lado, es experta en tratamientos para el estrés, la ansiedad o la depresión.

Ha realizado numerosos cursos y es formadora en proyectos de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y de la Universidad de Miami (con un proyecto único en Europa). Asimismo, colabora en varias revistas digitales e impresas, y ha sido ponente en diferentes jornadas y congresos.

En la actualidad, la Sra. Santos ejerce como terapeuta en un gabinete privado.

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