Colectivo LGTBI: desafíos específicos y el papel de la Terapia Afirmativa
Un gran número de personas que forman parte del colectivo LGTBI se enfrenta a dificultades particulares, muchas de las cuales están profundamente ligadas al rechazo social hacia la diversidad sexual y de género. Estas dificultades están relacionadas con un entorno que todavía muestra resistencia a aceptar realidades diferentes de la heterosexualidad y la identidad cisgénero (aquella en la que la identidad de género coincide con el sexo asignado al nacer).
Aunque la aceptación de la diversidad sexual y de género está en aumento, aún es común encontrar a individuos en terapia que narran historias marcadas por traumas vinculados al rechazo social.
Las vivencias durante la infancia y la adolescencia
Cuando un niño o adolescente comienza a experimentar atracción hacia personas de su mismo género y no cuenta con adultos que le ayuden a normalizar sus sentimientos, puede comenzar a cuestionarse internamente. En un intento por encajar en lo considerado “normal” por la sociedad —es decir, la heterosexualidad—, esta persona podría reprimir sus emociones. Con el tiempo, si decide compartir sus sentimientos con su entorno, lo que comúnmente se conoce como “salir del armario”, sus experiencias dependerán de la reacción de los demás.
En los casos más positivos, el entorno cercano lo aceptará con naturalidad, pero aun así deberá enfrentarse a otros desafíos, como encontrar aceptación en su escuela, trabajo o entre familiares más lejanos. El acoso LGTBIfóbico es, lamentablemente, uno de los tipos de bullying más frecuentes en los entornos escolares.
Conflictos persistentes en la edad adulta
La discriminación hacia el colectivo LGTBI no desaparece en la adultez. Por ejemplo, persisten estigmas como el que asocia a los hombres homosexuales o bisexuales con un mayor riesgo de contagio de VIH, o la invisibilización de las víctimas de violencia en relaciones entre personas del mismo sexo. Además, las parejas del colectivo enfrentan múltiples barreras al intentar formar una familia.
Por otro lado, es crucial prestar atención a la soledad que muchas personas LGTBI experimentan en la tercera edad. Este grupo sufre niveles de aislamiento que se duplican debido a la discriminación y el estigma asociados a su orientación o identidad.
Consecuencias emocionales del estigma
Frente a este panorama, muchas personas del colectivo pueden desarrollar altos niveles de ansiedad, depresión, pensamientos suicidas, baja autoestima y aislamiento social. Otro fenómeno que puede surgir es la homofobia interiorizada, es decir, el rechazo hacia la propia orientación sexual o identidad de género. Por ello, resulta esencial buscar apoyo psicológico para abordar estas heridas emocionales y el impacto del estigma.
La importancia de la Terapia Afirmativa
En este contexto, la figura del “terapeuta afirmativo” juega un papel clave. Este profesional está formado específicamente para comprender y tratar las problemáticas únicas que enfrenta la población LGTBI.
La Psicología Afirmativa es una especialización dentro de la psicología que se centra en mitigar los efectos negativos que la homofobia, la transfobia y el heterosexismo generan en las personas. Un terapeuta afirmativo tiene varios objetivos fundamentales:
- Crear espacios seguros donde el paciente no se sienta juzgado por su orientación sexual o identidad de género.
- Reconocer cómo la LGTBIfobia afecta las experiencias y heridas emocionales del paciente.
- Entender que cada vivencia dentro del colectivo LGTBI es única y tratarla como tal.
Además, este tipo de terapeuta reflexiona sobre sus propias creencias y actitudes derivadas de ser cisgénero o heterosexual, para evitar que estas influyan negativamente en su trabajo.
También aboga por la justicia social, utiliza un lenguaje inclusivo y proporciona recursos adaptados a las realidades del colectivo, fomentando redes de apoyo no heteronormativas.
Erradicar mitos en la psicología
A lo largo de la historia, la psicología ha perpetuado daños significativos al colectivo LGTBI al considerar que estas identidades u orientaciones eran patologías o el resultado de traumas infantiles.
Es fundamental dejar claro que no existe ninguna base psicopatológica para explicar estas realidades. Tanto la diversidad de género como las orientaciones sexuales no heterosexuales son igual de naturales y válidas que la heterosexualidad y la identidad cisgénero.
El camino hacia la recuperación
Detectar de forma temprana el estrés psicológico causado por el estigma es crucial para comenzar a trabajar en la recuperación. Cuanto antes se identifique una situación de sufrimiento, más rápido se podrá proteger al individuo y atender las consecuencias emocionales derivadas de la discriminación.
Si te encuentras en una situación similar o sospechas que alguien cercano puede estar enfrentando estas dificultades, no dudes en buscar apoyo profesional. Resolver tus inquietudes y recibir orientación puede marcar la diferencia.