Cirugía robótica y de navegación: prótesis más precisas y duraderas

Escrito por: Dr. Ricardo Larraínzar Garijo
Publicado: | Actualizado: 21/03/2023
Editado por: Sofía Berrón

Denominamos artroplastia de sustitución al procedimiento quirúrgico que conlleva crear una articulación artificial mediante la colocación de una prótesis. Es una decisión importante, pues no tiene vuelta atrás, y debe considerarse la última alternativa ante una articulación dolorosa.

Los resultados clínicos suelen ser altamente satisfactorios para el paciente, ya que esta decisión se suele tomar tras un largo periodo de sufrimiento doloroso o pérdida de la función articular.

Los sistemas de navegación quirúrgicos posibilitan mayor precisión en la cirugía

 

Las ventajas de la cirugía protésica robótica con navegador

El material que se implanta en el paciente está desarrollado por multinacionales y se lleva estéril al quirófano. Del mismo modo que las marcas de ropa hacen producciones industriales por tallas más o menos esquematizadas, las casas comerciales que desarrollan prótesis hacen lotes de tamaños estandarizados que deben encajar perfectamente en la anatomía individual del paciente.

El gran reto que tiene el cirujano es realizar los cortes quirúrgicos sobre la articulación del paciente con la mayor precisión posible que permita implantar la prótesis correctamente en los tres planos del espacio.

Para facilitar este tipo de cirugías se han desarrollado sistemas de navegación quirúrgicos que le asisten al cirujano durante todos los pasos de la intervención. Este flujo de trabajo es lo que denominamos cirugía asistida por navegador.

Cuando el corte en el hueso lo realiza un sistema robótico se conoce como cirugía protésica robótica. Las bases sobre las que sustentan son similares, la diferencia radica en el corte final, que en este caso lo realiza un robot de forma automática o semiautomática.

La principal diferencia es que le proporciona al cirujano precisión y consistencia. Precisión porque los sensores que se emplean son capaces de detectar diferencias de 0,5 milímetros o grados que el ojo humano no es capaz de apreciar y consistencia porque proporcionan valores angulares de medición que hacen que el proceso en la toma de decisiones del cirujano sea siempre sistemático e independiente de otras circunstancias.

No existe ningún tipo de restricción para utilizar la navegación y/o robótica en cirugía protésica. Es decir, se puede aplicar en todos los pacientes, con excepción de aquellos que tienen una fusión (artrodesis) de la articulación de la cadera. Sin embargo, incluso en estos pacientes, se puede realizar la técnica navegada/robótica, aunque precisa la colocación de unos sensores especiales y el uso de un software específico para este perfil. Por lo tanto, podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que su uso es prácticamente universal.

 

¿Cuáles son los resultados?

El resultado de una prótesis se puede medir en dos grandes apartados: por un lado, en la satisfacción del paciente respecto a la funcionalidad y, por otro lado, en el mantenimiento del resultado en el tiempo. No podemos olvidar que las prótesis que no cumplen estos objetivos acaban fracasando y llevan al enfermo a una situación clínica de dolor e incapacidad superior a la inicial.

Está demostrado en los trabajos científicos que la mayoría de los fracasos protésicos en los dos primeros años, excluyendo la infección, están relacionados directa o indirectamente con circunstancias sobre las que el cirujano interactúa durante la intervención. Por eso resulta especialmente relevante disponer en el quirófano de sistemas de alta precisión que permitan al cirujano la mejor toma de decisiones.

 

¿Cómo es la preparación y la recuperación?

Existen dos sistemas de robótica/navegación: uno precisa de la realización de un escáner preoperatorio para que el ordenador pueda crear el modelo específico 3D del paciente. El otro presenta una alternativa y consiste en proporcionar al ordenador la anatomía del enfermo mediante datos reales intraoperatorios. El segundo, libre de escáner, facilita la logística en relación con la intervención y evita al enfermo radiaciones innecesarias.

La recuperación está influenciada por la maestría del acto quirúrgico, es decir, con la precisión que tenga el cirujano durante el procedimiento. Por este motivo podemos afirmar que la recuperación de una cirugía protésica con sistemas de robótica/navegación es mejor.

Sin embargo, lo más importante a destacar es el mantenimiento de la funcionalidad. Existe evidencia científica que demuestra que el uso de navegadores quirúrgicos aumenta la durabilidad de las prótesis, especialmente en la población más exigente por debajo de los 65 años de edad.
 

¿Es frecuente este tipo de intervención quirúrgica?

Las limitaciones en su aplicación responden a la experiencia del cirujano y la accesibilidad de los recursos. Las primeras cirugías requieren de una especial disciplina y convencimiento del cirujano del gran beneficio que proporciona a su paciente. No es un camino fácil pero, una vez finalizada lo que se conoce como la curva del aprendizaje, se puede realizar de forma rutinaria.

Otro aspecto determinante es el acceso a la tecnología. Introducir un dispositivo de alta tecnología en el quirófano conlleva un incremento considerable de los costes de la intervención y no todos los sistemas sanitarios pueden soportarlo.

Por Dr. Ricardo Larraínzar Garijo
Traumatología

Profesional destacado en el campo de la cirugía de miembros inferiores con especial atención a la cirugía mínimamente invasiva. Tras acabar el MIR en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid, realizó un periodo formativo en la Clínica Mayo de Rochester (USA). Ha completado su formación quirúrgica en técnicas de cirugía asistida por navegador y en cirugía artroscópica de pie y tobillo.

En la actualidad trabaja en el Centro Médico D-Medical y como Jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en el Hospital Universitario Infanta Leonor de Madrid, donde también desarrolla su labor docente como Profesor Asociado de la Universidad Complutense de Madrid. 

El Dr. Larraínzar persigue una clara vocación docente e investigadora y es miembro del Grupo de Estudio e Investigación de la Osteoporosis de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. 

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