Cirugía de meniscos y la importancia de la fisioterapia en las patologías de rodilla

El diagnóstico se basa en la exploración de la rodilla. Para ello, el especialista en Traumatología valora si existe una deformidad en las articulaciones, si hay derrame o si la movilidad es adecuada e igual a la de la otra pierna.

A partir de allí, se pueden emplear pruebas de imagen como la ecografía, radiografía o resonancia magnética. La radiología en estos casos no permite ver el menisco directamente, pero si es útil para evaluar el espacio articular y la afectación ósea.

Lo mejor ante la sospecha de una rotura de meniscos es la resonancia magnética, en la que se puede observar los meniscos y considerar el tipo de rotura que existe, además de la posibilidad de luxación y derrame.

El orden sería:

• Exploración física.
• RX convencional.
• Resonancia magnética.

Si existe duda a partir de aquí, también se puede indicar la necesidad de realizar una artroscopia de rodilla. Esta prueba hace uso de una cámara que se introduce dentro de la articulación mediante una mínima incisión, lo que deja visualizar las estructuras de la rodilla e identificar el tipo de lesión que tiene el paciente.

¿En qué casos es necesaria la cirugía?

La gran mayoría de roturas o lesiones en los meniscos que se dan en pacientes mayores de 50 años son degenerativas. Estas, por lo general, no requieren tratamiento quirúrgico y es suficiente con un programa de rehabilitación. Este proceso permitirá la reabsorción del estado inflamatorio, la estabilización de la rodilla evitando la atrofia muscular y acelerar la cicatrización del menisco.

En estos casos el paciente podrá hacer su vida normal y practicar deporte o actividad física. Algunas personas pueden apoyarse también en tratamiento de Fisioterapia e infiltraciones con plasma rico en plaquetas o ácido hialurónico.
 

Por otro lado, existen lesiones de los meniscos que si es necesario tratar mediante cirugía. En función del tipo de rotura, la localización y el pronóstico a futuro, se pueden indicar dos tipos de técnicas quirúrgicas artroscópicas: la sutura del menisco o la regularización parcial de este, es decir, extraer la parte lesionada.

Cirugía para la lesión de meniscos

La sutura meniscal busca reparar el menisco sin quitar nada, es decir, el paciente tendrá un menisco completo. La recuperación de este tipo de cirugía es más larga y puede durar entre 3 y 4 meses de promedio. Esta técnica se puede aplicar en los casos en los que la rotura esté localizada en una parte en particular.

Existen otro tipo de lesiones en los que el menisco no puede ser reparado mediante sutura, por lo que lo habitual es quitar la zona rota del menisco. Cuando debemos reemplazar una parte, existen dos vías: el trasplante del menisco o las plantillas de colágeno.

¿Qué cuidados debe tener el paciente con rotura de meniscos?

Ya sea que la lesión se trate mediante vía quirúrgica o conservadora, el paciente deberá realizar un tratamiento de Fisioterapia para recuperar la movilidad y la estabilidad.

Además, deberá tener los siguientes cuidados:

• Reposo entre 24 y 48 horas.
• Aplicar frío para desinflamar la articulación.
• Vendaje compresivo.
• Mantener la pierna elevada para facilitar el drenaje del líquido sinovial.

¿Después de cuánto tiempo se recupera el paciente?

La mayor parte de los pacientes con rotura de meniscos permanecen ingresados menos de 24 horas después de la cirugía, siempre y cuando la evolución sea favorable. Además, en algunos casos se indicará el uso de muletas para poder propiciar el apoyo parcial y progresivo durante los primeros días.

En general, a partir de la cuarta semana se puede hacer vida normal, aunque no se deberán realizar esfuerzos ni soportar cargas pesadas.

El tiempo de recuperación después de la intervención dependerá de la técnica que se haya utilizado: en el caso de sutura meniscal la recomendación suele ser no apoyar durante 3 a 6 semanas. En el caso de la artroscopia de rodilla, el tiempo de postoperatorio es mucho menor, ya que es una técnica mínimamente invasiva.

La importancia de la Fisioterapia

La rehabilitación realizada de manera adecuada es fundamental y determina el tiempo de recuperación, así como garantiza el resultado exitoso de la cirugía. Uno de los aspectos a tener en cuenta es que se debe iniciar la rehabilitación lo antes posible, ya que de esa manera se pude evitar la pérdida progresiva de masa muscular.

Si este proceso es adecuado, el paciente podrá recuperar la función completa de la articulación entre las primeras tres semanas, en los casos de la resección parcial, y los 3 y 4 meses, cuando se aplica la sutura meniscal. Para volver a practicar deporte el paciente deberá esperar entre 2 y 5 meses.

Este tratamiento deberá ser personalizado y adecuarse a las características de la lesión y de cada paciente. En general, consiste en:

• Terapia manual.
• Drenaje para evacuar líquido.
• Técnicas articulares para facilitar el movimiento.
• Ejercicios para aumentar la fuerza muscular.