Causas de la patología del codo de tenista

Escrito por: Dr. José María Rapariz González
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Editado por: Top Doctors®

El Dr. Rapariz González es un reconocido especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica con más de 20 años de experiencia en el tratamiento de las lesiones y patologías articulares de hombro y codo.

 

¿Qué es la epicondilitis o codo de tenista?

La epicondilitis es una enfermedad degenerativa, no tanto inflamatoria, en la que se afectan una serie de tendones que se insertan en el codo y que son los responsables de extender la muñeca y los dedos. Normalmente afecta a hombres y mujeres de mediana edad, más en el lado dominante, pero puede ser bilateral en hasta un 20-30% de los casos. Normalmente se produce por esfuerzos repetidos, el tendón va degenerando con la edad y en un momento dado empieza a ser doloroso cuando lo utilizamos.

 

¿Qué la causa y qué síntomas provoca?

La epicondilitis la causa la sobrecarga mecánica, es un sobreuso de esos tendones que provocan dolor en la zona lateral del codo. El dolor se irradia un poquito hacia la muñeca, hacia el antebrazo y ocurre cuando el paciente extiende la muñeca o los dedos, cuando el paciente coge algo, utiliza la prensión, cierra el puño sobre algo, cuando coge una jarra para verter un contenido líquido o cuando coge un portátil de una cartera o cuando levanta una silla, todos esos movimientos de prensión, con la palma de la mano hacia abajo son los que provocan el dolor en la zona de los epicondilios, los músculos epicondilios, que son los que tienen la enfermedad.

La primera parte del tratamiento es dejar la actividad que provoca la epicondilitis especialmente en deportes de raqueta
 

 

¿Cuál es el tratamiento más habitual?

La primera parte del tratamiento es dejar la actividad que provoca la epicondilitis especialmente en deportes de raqueta. A partir de ahí el tratamiento se realiza en escalera, en pacientes que no tienen mucha clínica, mucha sintomatología, normalmente el tratamiento lo realiza el fisioterapeuta que aplica pues ondas de choque, microondas, infrarrojos, masoterapia y muchas técnicas para intentar mejorar el dolor de los epicondilios. La segunda parte del tratamiento sería terapia regenerativa tisular, es decir métodos que regeneran los tejidos. La más utilizada hoy en día es el PRP (Plasma Rico en Plaquetas) que se obtiene de la sangre del paciente, se procesa, se concentra y se inyecta en el tejido enfermo y ayuda a regenerar otra vez un tejido sano. Y el tercer escalón del tratamiento, para los que no han mejorado con las técnicas previas es cirugía, resecar ese tejido enfermo, que hoy en día, la mayor parte de los especialistas, lo hacemos por artroscopia, introduciendo unos tubitos por dentro de la articulación para alcanzar así el tejido enfermo y resecarlo bajo visión de una cámara.

 

Os voy a explicar un ejercicio que ayuda mucho a los pacientes con epicondilitis y que científicamente está demostrado que funciona, que se llama ejercicios excéntricos. Utilizamos una pesa de 2 Kilos, se coloca el antebrazo apoyado en el borde de una mesa y la muñeca flexionada al máximo hacia arriba, pegada al reloj. Desde esta posición se va bajando lentamente, lo más lentamente que se pueda, hasta el máximo recorrido hacia abajo, hacia el suelo. Cuando se alcanza el máximo recorrido la otra mano ayuda a subir y volvemos a repetir el movimiento hacia abajo. Realizando este ejercicio los músculos epicondilios están tensos y de esta forma se rehabilita el tejido pero sin dañarlo.

 

¿Qué tipo de tratamiento hay que realizar?

El tratamiento consiste fundamentalmente en la sustitución de un neurotransmisor que se llama dopamina. Desde el año 1969 se puede sustituir con levodopa, que llega al cerebro y mejora los síntomas del Parkinson. Pero a lo largo del tratamiento vemos que pueden surgir problemas del tratamiento con demasiada o demasiado poca estimulación. Por este motivo se evolucionó una técnica quirúrgica para estimular el cerebro. Se introducen 2 electrodos en cada hemisferio justo en el núcleo que está implicado en el circuito de la generación del movimiento y así podemos restaurar el movimiento casi a la normalidad. El movimiento consiste tanto en el movimiento de las manos como en la marcha. Un paciente que antes estaba completamente bloqueado, que casi no podía caminar o solo con pasos muy pequeños, con la postura inclinada ahora se normaliza simplemente mediante una estimulación y sin utilizar ningún medicamento, ningún fármaco.

Dr. José María Rapariz González

Por Dr. José María Rapariz González
Traumatología

El Dr. Rapariz González es un reconocido especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica con más de 20 años de experiencia en el tratamiento de las lesiones y patologías articulares de hombro y codo. Llevó a cabo su amplia formación académica entre España (Hospital Ramón y Cajal de Madrid) y Estados Unidos (Clínica Mayo, Rochester) habiendo obtenido premios y becas en múltiples campos de su especialidad. Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca. Durante su extensa carrera profesional el Dr. Rapariz González ha compaginado la práctica clínica con la docencia, tanto en traumatología (profesor de traumatología en la Universidad de Alcalá de Henares) como en Anatomía (profesor de Anatomía en la Universidad de las Islas Baleares). Interesado en la docencia (tutor de médicos residentes en el Hospital Son Llàtzer) y gestión clínica (Coordinador Médico del Área Quirúrgica en el Hospital Son Llàtzer).


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