Causas de la desconfianza en las vacunas: la narrativa de las buenas noticias
Escrito por:Aunque las vacunas son una parte de la solución, existe un gran sector de la población que no lo percibe de esta forma. En este sentido, la mejor manera de afrontar el problema de las dudas a la hora de vacunarse consiste en entender las causas subyacentes a este hecho para intentar abordarlas. Si entramos en profundidad, podemos encontrar su origen en una tendencia a presentar solo narrativas de buenas noticias, de manera que los ciudadanos no pueden comprender e interiorizar qué sucede en realidad.
Las afirmaciones “un vacunado no transmite la enfermedad” o “un vacunado no puede contagiarse” ha configurado la idea, en un sector muy amplio de la población, de que las vacunas son la única vía para salir de la pandemia. De esta manera, mucha gente, cansada de medidas ineficaces, necesita creer que con una vacuna se puede poner fin a la pandemia.

consiste en entender las causas subyacentes a este hecho
Esta tendencia a la narrativa de buenas noticias, acompañada por acciones concretas, como por ejemplo, el pasaporte COVID o la no cuarentena por contacto estrecho con positivos si estás vacunado, han forjado la idea en la población de que, en ciertos lugares no entran personas contagiosas y de que los vacunados pueden hacer vida normal.
Para que los ciudadanos puedan tomar buenas decisiones y sean capaces de interiorizar que las vacunas son parte de la solución y no del problema, es fundamental caminar de la mano de la ciencia. Esto implica educar a la población para que aprenda a protegerse y así cortar las cadenas de transmisión. Para ello, es imprescindible replantearse la utilidad de los protocolos vigentes, con el objetivo de instaurar nuevas capas de protección que sean realmente efectivas.
La falta de información en situaciones de emergencia pone en peligro vidas: ocultar datos no es la solución
Es fundamental hacer cambios en las prácticas de información y comunicación con las personas, ya que, en situaciones de emergencia, estos cambios permiten mejorar la seguridad y salvar vidas. De hecho, ocultar información por miedo al pánico es un error común, que conduce a muy malos resultados. Lo que mata en una crisis no suele ser el exceso de información, sino la escasez, porque así los ciudadanos no son realmente conscientes de los peligros y no pueden responder de forma correcta.
En una emergencia, la falta de información y la información ambigua aumentan la ansiedad pública. Además, cuando las personas perciben que se les está ocultando información, se daña su relación con la autoridad, de manera que cuando las autoridades divulgan información correcta y ajustada a la ciencia, las personas pueden desconfiar y no actuar correctamente.