Ansiedad situacional: la anticipación del miedo
La ansiedad situacional, según el psicólogo Albert Ellis, se vincula a miedos específicos y predecibles. En este escenario, la ansiedad se desencadena ante situaciones u objetos bien identificados.
Un ejemplo común es el miedo a hablar en público, donde la ansiedad se manifiesta exclusivamente durante exposiciones y presentaciones. Esta forma de ansiedad permite, en cierta medida, evitar las situaciones temidas para mantenerse "a salvo".
El desafío de lo concreto y lo remoto
En algunos casos, la ansiedad situacional se dirige a peligros concretos, aunque distantes o improbables. Imaginar escenarios hipotéticos nos ayuda a prepararnos, anticiparnos o evitar posibles amenazas.
Sin embargo, los miedos obsesivos, como el temor a acabar viviendo bajo un puente sin razón financiera aparente, pueden generar ansiedad persistente. Los pensamientos catastrofistas, aunque comunes, rara vez se materializan, destacando la desconexión entre la ansiedad experimentada y la realidad.
La ansiedad situacional suele alinearse con lo que podemos denominar "ansiedad secundaria". En este contexto, la ansiedad surge como respuesta a situaciones claramente identificables y se atenúa al evitarlas.
Ansiedad imprevisible: el desafío de lo inesperado
Contrastando con la previsibilidad de la ansiedad situacional, la ansiedad imprevisible puede desencadenarse en cualquier momento y lugar, sin previo aviso. El trastorno de pánico ejemplifica esta categoría, ya que sus ataques sorpresivos pueden ocurrir durante el día o interrumpir el sueño nocturno, sin un desencadenante externo discernible.
La ansiedad imprevisible a menudo se manifiesta cuando estamos más relajados. Durante períodos intensos, el cerebro anticipa la necesidad de energía y mantiene activado el cuerpo. Sin embargo, cuando la tensión cesa y nos relajamos, el exceso de hormonas acumulado puede liberarse abruptamente, dando lugar a ataques de pánico. Esta ansiedad primaria surge internamente y puede deberse a errores de predicción en la anticipación de la activación necesaria.
Manejando la sorpresa de la ansiedad imprevisible
Es crucial no ceder al temor cuando la ansiedad imprevisible se manifiesta. Intentar controlarla o temerla puede transformar una reacción desagradable pero no patológica en un problema más profundo, dando paso a lo que conocemos como ansiedad secundaria.
Reconocer la naturaleza imprevisible de ciertos episodios de ansiedad es el primer paso para abordarlos eficazmente sin generar complicaciones. Ante cualquier duda, es esencial consultar con un especialista.