Análisis del pelo: una muestra alternativa del análisis toxicológico de drogas de abuso
Escrito por:¿Qué son las drogas de abuso?
Una definición clara de lo que son las drogas de abuso puede ser la que proponen Cabrera y Torrecilla en su Manual de drogodependencias (1988), donde que indican que son “todas aquellas sustancias que producen dependencia y que se emplean voluntariamente para provocarse determinadas sensaciones o estados psíquicos no justificados terapéuticamente”.
¿Cuáles son y cómo afectan las drogas de abuso?
Todas las sustancias que alteran nuestras funciones psíquicas (ya sean legales o ilegales), se pueden clasificar de manera sencilla en tres grandes grupos en función de sus efectos farmacológicos:
- Las drogas depresoras: Son sustancias que disminuyen o enlentecen las distintas funciones del Sistema Nervioso Central. Las sustancias más importantes dentro de este grupo son:
- El alcohol
- Los derivados del opio como la heroína, la morfina o la metadona, entre otros.
- Diferentes fármacos indicados para calmar la ansiedad (ansiolíticos), para ayudar a dormir (hipnóticos) o que actúan como relajantes musculares.
- Las drogas estimulantes del Sistema Nervioso Central (SNC): Se trata de sustancias que aceleran el funcionamiento normal del cerebro y provocan un estado de activación elevada. Dentro de este grupo de drogas se encuentran:
- Los estimulantes mayores, como las anfetaminas, la cocaína o el speed.
- Los estimulantes menores, como la nicotina del tabaco y las xantinas, como la cafeína, la teína y la teobromina (esta última se encuentra por ejemplo, en el cacao).
- Las drogas perturbadoras: Estas sustancias alteran gravemente el funcionamiento del cerebro, dando lugar a efectos muy variados en función de la sustancia de que se trate. Dentro de este grupo cabe señalar:
- Los alucinógenos más típicos como el LSD, la mescalina o el peyote
- Los derivados del cannabis, como el hachís y la marihuana
- Drogas de síntesis, como el éxtasis o el MDMA.
¿Existe un tratamiento para las drogas de abuso?
La primera etapa del tratamiento de desintoxicación puede resultar un proceso difícil, ya que es probable que el paciente haya abusado de varias drogas con diferentes acciones farmacológicas. En muchas ocasiones, los pacientes no recuerdan o niegan el consumo simultáneo de varios productos, en consecuencia la valoración diagnóstica debe incluir siempre un análisis de orina para la detección cualitativa de las sustancias psicoactivas y sus metabolitos.
La hospitalización o la atención en una residencia especializada en tratamientos de toxicómanos son los medios ideales para tratar una politoxicomanía, principalmente durante la fase de desintoxicación, así como de la fase inicial de abstinencia de la droga, ya que se ha comprobado la ineficacia, incluso el peligro, de la desintoxicación en consultas externas, de aquellos pacientes que han abusado de varias drogas, tal como indican Mello NK y Mendelson JH en su capítulo Cocaína y otras drogas de abuso frecuente del libro Principios de Medicina Interna (2016).
Las alteraciones causadas por el abuso de drogas suelen mejorar con el tratamiento eficaz, pero pueden aparecer recaídas de modo impredecible.
¿Existen avances en el análisis toxicológico?
Las diferentes muestras biológicas empleadas en los análisis toxicológicos de drogas de abuso, han ido evolucionando con gran eficacia en los últimos años. A la sangre y orina, que venían siendo las muestras biológicas más utilizadas para el análisis de estas drogas, se han venido incorporando “muestras alternativas”, como el pelo, que han mostrado importantes ventajas, al menos en determinados aspectos, frente a las muestras tradicionales (sangre y orina).
Esto ha sido posible, gracias al desarrollo de técnicas analíticas de alta sensibilidad, que permiten la utilización de muestras, donde generalmente, se dispone de escasa cantidad y concentración de tóxico. Asimismo, la cantidad mínima de muestra necesaria de la matriz comentada (pelo), para el análisis de drogas de abuso, debe oscilar, entre 60 y 100 mg de cabello, lo que equivaldría a un mechón de pelo, del grosor de un lápiz, aproximadamente. No obstante, se ha de significar, como inconveniente del análisis de drogas en pelos, que este tipo de estudios, no puede establecer una correlación entre la dosis consumida y la concentración detectada, ya que existe una gran variabilidad individual en la retención de las drogas en el pelo, según indican Bermejo y Tabernero en ‘Determinación de drogas de abuso en pelo’ (2011).
Las concentraciones mínimas a partir de los cuales un resultado debe considerarse positivo para los diferentes tipos de drogas identificados en muestras de pelo son:
- Opiáceos: Debe considerarse positivo a partir de 0,2 ng/mg, en los análisis de cribado y 0,2 ng/mg para cada sustancia en los análisis de confirmación.
- Anfetaminas: Para esta droga el punto de corte se estableció en 0,2 ng/mg en las técnicas de cribado y 0,2 ng/mg de cada anfetamina en las técnicas de confirmación.
- Cocaína: Positivo a partir de 0,5 ng/mg, para las técnicas de cribado y 0,5 ng/mg para la cocaína y 0,05 ng/mg para cada uno de sus metabolitos en las técnicas de confirmación.
- Cannabis: El valor mínimo detectable en los métodos analíticos de cribado fue 0,1 ng/mg y los mismos valores para el THC en las técnicas de confirmación, mientras que para su metabolito el THC-COOH (11-nor-9-carboxi- tetrahidrocannabinol), 0,2 pg/ mg, es la cantidad mínima detectable. La identicación de este último, se hace imprescindible para poder establecer un consumo de cannabis, aunque sea a bajas concentraciones.
¿Qué aplicaciones tiene el análisis de drogas de abuso en pelo?
Entre las diferentes aplicaciones que tiene el análisis de drogas de abuso en pelo cabe señalar, el seguimiento de pacientes sometidos a curas de deshabituación, como una de las más importantes, ya que mediante esta metodología se puede controlar de manera secuencial el cumplimiento terapéutico. De la misma forma, es de gran utilidad en las ejecutorias penales, sustituyendo de esta forma los frecuentes análisis de orina. Se utiliza también, para demostrar consumos habituales de drogas de abuso, en sujetos que han pasado a disposición judicial y cuya responsabilidad penal puede verse modificada por su condición de drogodependiente. En este último caso, el médico forense será el encargado de la toma de muestra y determina la necesidad de la realización de la prueba como medio diagnóstico para constatar tal adicción.
Asimismo, el análisis de drogas en pelo puede ser empleado en procedimientos civiles relativos a la custodia de hijos con el fin de controlar el consumo de drogas por parte de alguno de los progenitores o en el medio laboral, con la finalidad de controlar el consumo de sustancias de abuso entre los trabajadores. Este tipo de análisis también se usa para poner de manifiesto la administración a ancianos de sustancias depresoras (benzodiacepinas, ketamina, GHB, etc.) con fines criminales, así como también en casos de agresiones sexuales.