Alteración de la voz: disfonía
Escrito por:La disfonía es una alteración de las cualidades acústicas de la voz cuya principal causa es el sobresfuerzo al que se ven sometidas las cuerdas vocales.
Un mal manejo de la respiración durante el habla conlleva un esfuerzo adicional que termina condicionando el tono vocal e incluso la aparición de las lesiones.
En la práctica habitual, las disfonías más frecuentes son las que aparecen por un uso forzado de la voz. Por ejemplo a consecuencia del ámbito laboral, como en el caso de profesores o comerciales o bien por unos hábitos erróneos.
En ocasiones, podemos detectar lesiones como los pólipos o nódulos vocales. En otros casos, se trata de disfonías funcionales, es decir, con ausencia de lesiones orgánicas.
La principal diferencia entre la disfonía y la afonía es que está ultima supone la pérdida total de la voz. En el caso de la disfonía, implica una alteración de sus características, como pudiera ser el tono, la intensidad o incluso la fatiga vocal.

¿Cómo se trata la disfonía?
Depende siempre de los hallazgos que encontremos en la exploración. Las disfonías funcionales se tratan con rehabilitación logopédica.
Los nódulos también se tratan mediante atención logopédica como primera opción, aunque en casos seleccionados requerirán intervención quirúrgica.
En el caso de los pólipos vocales, la cirugía es la opción inicial al igual que en el edema de Reinke, que es un aumento del volumen de ambas cuerdas vocales asociado al tabaquismo.
¿Cómo podemos valorar si el problema irá a más?
En primer lugar hay que diferenciar el origen de la disfonía. Es fundamental que toda disfonía de más de 15 días de evolución sea valorada por el otorrinolaringólogo. Esto es especialmente importante en adultos fumadores y más aún si no existe un antecedente catarral.
No debemos olvidar que la disfonía es el síntoma principal del cáncer de laringe y que una atención precoz condiciona el pronóstico.
El resto de disfonías originadas por un “mal uso de la voz” no tienen potencial de malignización, pero si pueden agravarse, si no se tratan, hasta condicionar de forma importante la calidad de vida y el desarrollo profesional.