Abdominoplastia: ¿cómo corregir la flacidez tras el embarazo o la pérdida de peso?

La abdominoplastia es una cirugía que busca mejorar el contorno abdominal. Es decir, se realiza para evitar la flacidez, la adiposidad que hay en el abdomen y potenciar la musculatura de la pared abdominal.

En general, hay dos tipos de pacientes que están interesados por este tipo de cirugía: aquellas mujeres que han pasado por un embarazo previamente o personas que han perdido una cantidad significativa de peso. La naturaleza de los cambios producidos en el embarazo o luego de la pérdida ponderal hace que los pacientes no puedan recuperar el abdomen deseado con dieta y ejercicio.

• Embarazo: después de dar a luz, las pacientes presentan cierta debilidad en la musculatura. Este fenómeno es conocido como diástasis de rectos abdominales y consiste en una separación de los músculos. Se puede corregir mediante la unión de los rectos con una técnica denominada plicatura de rectos.
   
• Pérdida de peso: las consecuencias suelen ser una gran flacidez y el descolgamiento de los tejidos abdominales. Se puede revertir mediante resecciones del excedente cutáneo.

¿En qué consiste una abdominoplastia?

Esta cirugía se realiza mediante una incisión suprapúbica y la disección de las capas de la pared abdominal. Dependiendo de lo que se quiera corregir, se elegirá una técnica u otra.

- Flacidez: se realiza resección del excedente cutáneo.
- Adiposidad: se realiza liposucción.
- Diástasis abdominal: se realiza plicatura de rectos.
 

Alternativas a la abdominoplastia convencional

- Lipoabdominoplastia: se complementa con liposucción de otras zonas.
- Miniabdominoplastia: se realiza la mejora de la zona infraumbilical (por debajo del ombligo), sin trasponer el ombligo.
- Abdominoplastia circunferencial: la técnica abarca la zona anterior y posterior del abdomen.
- Abdominoplastia en T: se limita a la zona anterior del abdomen pero quita excedente tanto en sentido horizontal como vertical.

Preparación y recuperación de la abdominoplastia

Previo a la cirugía, se debe realizar un preoperatorio completo y valorar cuidadosamente la historia clínica del paciente. Para ello se puede solicitar, en algunos casos, la realización de alguna prueba de imagen.

La recuperación se suele lograr en los primeros 15 días, aunque no se permite la realización de ejercicio físico durante el primer mes posterior a la operación. Además, suele necesitar drenajes los primeros días, para evitar seroma, y la utilización de una faja abdominal. Los pacientes suelen reincorporarse a su vida laboral tras los 20 o 30 días posteriores a la cirugía.