¿Cómo tratar las lesiones de los ligamentos de la rodilla?

Autore: Dr. Miguel Ángel Hernán Prado
Pubblicato:
Editor: Lucía Ramírez

Las rodillas, como articulaciones fundamentales, soportan nuestro peso y nos permiten movernos, pero también son propensas a lesiones. Compuestas por la tibia, el fémur y la rótula, junto con dos almohadillas de fibrocartílago llamadas meniscos y cuatro ligamentos principales, las lesiones en estos últimos ocurren principalmente durante la actividad deportiva, debido a impactos, malos movimientos o giros bruscos.
 

Es crucial atender estas lesiones a tiempo para evitar complicaciones a corto y largo plazo. Entre los ligamentos más comúnmente afectados se encuentran el colateral medial y el cruzado anterior, siendo las del colateral medial dos o tres veces más frecuentes.
 

Los ligamentos más afectados son el colateral medial y el cruzado anterior

 

¿Qué son los ligamentos?

Los ligamentos son tejidos elásticos que conectan los huesos, brindando estabilidad a la articulación. Clasificados según su ubicación, se dividen en:
 

Intraarticulares

  • Ligamento cruzado anterior (LCA): situado en el centro de la rodilla, controla su rotación y el movimiento hacia adelante de la tibia.
  • Ligamento cruzado posterior (LCP): ubicado en la parte posterior, regula el desplazamiento posterior de la tibia.
     

Extraarticulares

  • Ligamento lateral interno o colateral medial (LLI): amplio y en forma de cinta, evita que la rodilla se doble hacia adentro.
  • Ligamento lateral externo o colateral externo (LLE): cilíndrico y ubicado en la región lateral de la rodilla, previene la hiperextensión hacia afuera de la rodilla durante esfuerzos.
     

Causas y tipos de lesiones ligamentosas

Las lesiones pueden ser causadas por traumatismos directos o indirectos, cada uno con sus propias consecuencias. Según su evolución, se clasifican como agudas o crónicas, y anatómicamente se dividen en tres grados.
 

  • Grado I: es una distensión o elongación del ligamento.
  • Grado II: es una rotura parcial del ligamento.
  • Grado III: es una rotura completa del ligamento.
     

Según la localización y ligamento afectado:

  • LLI: el tipo de lesión encontrado con más frecuencia es la desinserción tibial (40%) siguiendo a partes iguales las roturas de su mitad superior y media. Si el traumatismo es muy fuerte es la primera etapa de un desprendimiento meniscal interno y una ruptura del LCA (Triada de O´Donoghue).
  • LLE: las lesiones se producen en toda la longitud acompañadas casi siempre por rupturas capsulares o en las inserciones con arrastre óseo.
  • LCA: puede producirse un ruptura total (casi siempre de la inserción superior), ruptura parcial ( de alguno de sus haces ) o arrancamiento de las espinas tibiales. Su rotura es muy frecuente en deportes como el futbol, esquí y baloncesto y en muchas ocasiones se asocia a roturas de meniscos y el del ligamento lateral interno.
  • LCP: las más frecuentes son las roturas parciales y en los casos de rotura completa puede asociarse un arrancamiento óseo tibial. Su rotura se suele producir por accidentes de tráfico o golpes directos sobre la pierna al caerse alguien encima, doblar o extender demasiado la rodilla. Son más infrecuentes ya que requieren un traumatismo mayor.
     

¿Qué síntomas provocan?

Los síntomas varían según la gravedad de la lesión y el ligamento afectado. Desde un chasquido hasta inflamación, dolor o inestabilidad pueden manifestarse.
 

  1. Ligamentos laterales interno / externo:

Suele notarse un pequeño chasquido y los síntomas más inminentes son la inflamación y el dolor. Según la gravedad de la rotura:

  1. Primer grado o leve: dolor puntual al caminar, sin inestabilidad ni derrame.
  2. Segundo grado o moderado: el dolor, la inflamación y los derrames son mayores. Aparece una inestabilidad moderada.
  3. Tercer grado o severo: el ligamento se ha roto totalmente. Se puede notar inflamación, dolor intenso e inestabilidad.
     
  1.  Ligamentos cruzados:
  1. Ligamento cruzado anterior: suelen provocar dolor, inflación con derrame en ocasiones importante e inestabilidad a caminar. A posteriori, tras la reducción de la inflamación, y si la rotura es completa la sensación más frecuente es el fallo o “se me va”, lo que se llama inestabilidad.
  2. Ligamento cruzado posterior: suelen provocar dolor, inflamación y rigidez en ocasiones.
     

¿Cómo se diagnostican las lesiones de ligamentos de la rodilla?

El diagnóstico requiere una historia clínica detallada y un examen físico minucioso realizado por un especialista en Traumatología. De esta forma, se valorará el grado de inestabilidad, localización del dolor, limitación o no de la movilidad, derrame articular, edema o hematoma, y realizará un examen comparativo con la otra pierna. Además, pueden necesitarse radiografías, resonancias magnéticas o artroscopias para confirmar y evaluar el alcance de la lesión.
 

  • Rayos X: para descartar lesión ósea, cuerpos libres o calcificaciones
  • RMN: valorar lesiones óseas, de meniscos y cartílago.
  • Artroscopia: cuando existan dudas de la afectación real de los ligamentos intraarticulares o meniscos.
     

Tratamientos para las lesiones ligamentosas

El tratamiento inicial siempre incluye aplicar frío, descanso, inmovilización y elevación de la pierna. El tratamiento específico varía según el ligamento afectado y la gravedad de la lesión, desde vendajes y rodilleras hasta procedimientos quirúrgicos en algunos casos.
 

Dependiendo del ligamento afectado:

  • Tratamiento de las lesiones del LLI

En principio el tratamiento es conservador, y según el nivel de la lesión:
 

- Grado 1: vendaje elástico o rodillera con refuerzos laterales y apoyo parcial.

- Grado 2: usar rodillera articulada durante 3 semanas sin apoyo la primera semana.

- Grado 3: usar rodillera articulada durante 4 semanas sin apoyo inicial la primera semana. En algunos casos y en deportistas será necesario un tratamiento quirúrgico.
 

  • Tratamiento de las lesiones del LLE

Dependerá del nivel de la lesión:
 

- Rotura parcial: inmovilización con vendaje o rodillera de refuerzos.

- Rotura completa: será necesario un tratamiento quirúrgico para no dejar secuelas.
 

  • Tratamiento de las lesiones del LCA

Si se trata de una rotura parcial el tratamiento en principio será conservador con una rodillera articulada si no se aprecia clara inestabilidad ni existen lesiones asociadas.
 

En el caso de una rotura completa se planteará un tratamiento quirúrgico salvo pacientes de edad avanzada, poca actividad física o estabilidad global buena tras un periodo de inmovilización y posterior fisioterapia.
 

  • Tratamiento de las lesiones del LCP

La mayoría de lesiones del LCP se podrán tratar de manera conservadora con el empleo de una rodillera articulada y posterior rehabilitación.
 

Solo en los casos de inestabilidad franca o en deportistas de alto rendimiento se planteará la reparación quirúrgica.

 

Factores que influyen en el tratamiento

La decisión del tratamiento se basa en diversos factores, como la gravedad de la lesión, la presencia de otras lesiones asociadas, la edad, el nivel de actividad y las expectativas funcionales del paciente. También influye la frecuencia y gravedad de los episodios de inestabilidad y el compromiso en la rehabilitación postoperatoria.
 

El tratamiento de las lesiones del ligamento en la rodilla sigue generando controversia, ya que algunos pacientes refieren pérdida de la funcionalidad de la rodilla posterior a una lesión ligamentosa mientras que otros permanecen relativamente asintomáticos y después de un tiempo pueden retomar sus actividades.
 

Tratamientos conservadores y quirúrgicos

Los objetivos a conseguir son reducir el edema y el dolor, restablecer el arco de movilidad y recuperar el control y la resistencia muscular para proteger a la rodilla de una nueva lesión.
 

Tras una fase inicial de inmovilización según la gravedad, se deben de iniciar tempranamente ejercicios para recuperar la extensión activa y la marcha normal. Posteriormente se iniciará un programa más intenso de fisioterapia para mejorar la resistencia muscular.
 

Dependiendo del ligamento y la gravedad, se puede optar por tratamiento conservador o quirúrgico.
 

Conclusión

Ante una posible lesión ligamentosa en la rodilla, seguir el tratamiento estándar es crucial. Si los síntomas persisten o hay una clara disminución de la función, buscar evaluación médica especializada es recomendable.

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dr. Miguel Ángel Hernán Prado
Traumatologia

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

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