¿Cómo prevenir y tratar la fascitis plantar?
Autore:La fascitis plantar es una dolencia común, especialmente entre deportistas. Se habla de fascitis plantar cuando en la fascia plantar, una banda de tejido elástico que va desde el talón hasta el metatarso, se producen micro-roturas. Antiguamente se creía que había un proceso inflamatorio en la fascia, de ahí su nombre, pero actualmente al demostrarse que no es así, su término correcto sería fasciosis plantar.
Habitualmente, el dolor se percibe debajo del talón, en su lado más interno, y puede extenderse hacia los dedos.
¿Cuáles son las causas de la fascitis?
Las causas suelen ser, como en la mayoría de las lesiones que no son por traumatismo directo, multifactoriales. Una alteración de la biomecánica natural, como pueden ser los pies planos, exceso de valgo de talón, acortamiento de tríceps sural, dismetría... puede provocar esa tensión en la fascia. También una mala movilidad de las articulaciones del pie como consecuencia de andar siempre en superficies duras y permanecer mucho tiempo con calzado, perjudicará más la fascia, ya que nuestro pie está diseñado para adaptarse a terrenos irregulares y mover sus 33 articulaciones.
Otros factores pueden ser el sobrepeso, un calzado inadecuado o sobrecarga, entre otros.
Aprender a identificar la fascitis
Una característica típica es el dolor matutino que se va calmando a medida que andamos. También es doloroso tras permanecer mucho rato de pie o al andar largas distancias. En ocasiones el dolor puede manifestarse en forma de pinchazo o quemazón y suele aparecer de forma progresiva a lo largo de los días. Al palpar profundamente la zona, el dolor suele ser intenso y al tacto se percibe la estructura tensa.
En una radiografía puede aparecer un espolón calcáneo derivado de la fascitis plantar, por la inflamación en su inserción y consiguiente calcificación.
Opciones de tratamiento
Las técnicas para su tratamiento son muy variadas, pero siempre irán encaminadas a quitar tensión a la fascia y al tendón de Aquiles para ofrecer una correcta movilidad a las estructuras del pie. Los estiramientos activos son muy beneficiosos, así como la fibrolisis instrumental (ganchos), cinesiterapia o punción seca. En ocasiones, si la sintomatología persiste y la morfología o biomecánica del pie es una causa de la lesión, es aconsejable la confección de un soporte plantar (plantillas) personalizado para compensar dicho déficit.