Autocuidado interno: la importancia de la salud psicológica

Muchas veces, podemos llevar un estilo de vida aparentemente saludable, con ejercicio físico, alimentación equilibrada y tiempo de ocio, pero aun así experimentar malestar emocional y estrés. Esto nos lleva a cuestionar si realmente estamos satisfaciendo nuestras necesidades y deseos internos, o si estamos cumpliendo con las expectativas impuestas por la sociedad o nuestras familias.

El autocuidado interno implica buscar la coherencia entre lo que sentimos, deseamos y necesitamos, y las acciones que emprendemos para alcanzarlo. Es fundamental escuchar nuestro mundo interno y detenernos en cada uno de los ejes sobre los que se apoya nuestro autocuidado psicológico y emocional.

Cuidado del cuerpo

El autocuidado del cuerpo es ampliamente conocido y popularizado, incluyendo prácticas como:

• Ejercicio físico.
• Buena alimentación.
• Descanso adecuado.
• Higiene personal.
• Momentos de relajación.

Sin embargo, escuchar a nuestro cuerpo va más allá de seguir un conjunto de pautas generales. Cada individuo tiene un lenguaje corporal único, una forma de comunicarse y expresar sus necesidades.

Tal vez nuestro cuerpo anhela descansar, pero no en el sofá, sino en contacto con la naturaleza. Quizás el ejercicio que nos apetece no es el convencional, sino caminar por la playa disfrutando del sol de otoño. Prestar atención y responder a las señales de nuestro cuerpo nos permite cuidarlo de manera más efectiva y compasiva.

Cuidado de las emociones

El autocuidado emocional implica comprender y dar sentido a las emociones que experimentamos. A menudo, resulta desafiante identificar las emociones en el momento presente, ya que la complejidad humana puede desviarlas o transformarlas en emociones más tolerables.

Por ejemplo, si no nos gusta experimentar enojo, podemos bloquearlo de diversas formas, como fumar o reír, e incluso llorar para expresar tristeza. Sin embargo, las emociones son guías importantes que nos ayudan a regularnos y satisfacer nuestras necesidades.

Para practicar el autocuidado emocional, es esencial escuchar las sensaciones corporales que acompañan a las emociones, dedicar tiempo para reflexionar sobre lo que estamos sintiendo y responder sinceramente a la pregunta de qué nos está comunicando esa emoción. Una vez que comprendemos su mensaje, podemos tomar decisiones informadas y valorar cómo actuar en consecuencia.

Cuidado de los pensamientos

El autocuidado interno también implica comprender cómo funcionan nuestros pensamientos. Las palabras fluyen en nuestra mente, pero la forma en que las enfocamos puede tener un impacto significativo.

Debemos prestar atención a la velocidad de nuestros pensamientos, ya que, si son demasiado rápidos, puede resultar difícil detenerlos y cambiarlos. Asimismo, debemos evaluar la temática de nuestros pensamientos, evitando caer en patrones negativos o derrotistas. También debemos estar atentos a los pensamientos compulsivos, que nos mantienen atrapados en una espiral recurrente de angustia.

Al observar y analizar estos aspectos, podemos introducir pequeños cambios que faciliten nuestra vida, regulen nuestro bienestar y nos ayuden a alejarnos del sufrimiento. Escribir sobre nuestros pensamientos internos suele ser una herramienta enriquecedora para gestionarlos de manera más efectiva.

Cuidado del yo profundo

Dentro de nosotros existe un "yo profundo", una entidad intuitiva, sencilla y sincera que define quiénes somos como personas. El autocuidado interno implica conocer este yo esencial para comprender lo que es importante para nosotros, lo que deseamos y respetar nuestra autenticidad.

Sin embargo, encontrar y conectar con este yo profundo puede resultar desafiante en una sociedad que nos exige usar máscaras para defendernos de los demás y del mundo. El autocuidado de este yo esencial radica en proteger la parte más vulnerable, básica y natural de nosotros mismos.

En conclusión, el autocuidado interno es un aspecto importante y complejo de nuestras vidas. Sin embargo, también es apasionante y nutritivo. Si sientes que tienes carencias en tu propio autocuidado, no dudes en consultar con un especialista en Psicología.