Rizolisis

 

¿Qué es la rizólisis?

La rizólisis es una técnica quirúrgica no invasiva para abordar el dolor de espalda a través de varias punciones en la zona de la columna vertebral a tratar, sin necesidad de ingreso hospitalario.

La rizólisis se realiza en quirófano, con el paciente acostado boca abajo, en los casos de rizólisis lumbar y rizólisis dorsal, o tumbado boca arriba, en los casos de dolor cervical.

El procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia local y control de rayos X. En algunos casos se puede aplicar sedación, siempre y cuando no dificulte el transcurso de la cirugía.

 

Rizolisis
La rizólisis es una técnica quirúrgica no invasiva para abordar el dolor de espalda.

 

¿Por qué se realiza?

Este tratamiento está indicado en los casos de dolor producido durante un movimiento y en los que no se encuentran afectados los nervios que salen de la columna vertebral hacia las extremidades.

Es únicamente eficaz en enfermos crónicos de lesiones articulares vertebrales en los que están relacionados los nervios de las facetas.

Siempre se debe realizar como última alternativa, puesto que los nervios no se regeneran y este tratamiento se basa en destruirlos.

 

¿En qué consiste?

La rizólisis consiste en la destrucción, mediante impulsos de radiofrecuencia, de unas terminaciones nerviosas que transmiten el dolor originado en las articulaciones que unen dos vértebras entre sí.

Los impulsos por radiofrecuencia se aplicarán a través de una aguja enfocada hacia el nervio específico y bajo control de rayos X. Una vez está la aguja en posición correcta, se llevan a cabo una serie de pruebas para localizar el nervio que origina el dolor y asegurarnos de que está en la posición óptima.

La impresión que tendrá el paciente durante el transcurso de la técnica será la de hormigueo. Durante el procedimiento, el especialista le irá consultando sus sensaciones.

En caso de que la aguja esté en las inmediaciones de las principales raíces de los nervios la percepción será la de temblor en las piernas. Una vez se han realizado todas las pruebas, se practicará la rizólisis que dura aproximadamente un minuto.

 

Preparación para la rizólisis

En el preoperatorio el paciente deberá rellenar el correspondiente formulario de consentimiento. Además se realizará un estudio de la coagulación de la sangre y, posteriormente, se seguirán los cuidados habituales antes de una intervención: esterilidad del paciente y lugar de intervención y revisión de la medicación administrada para realizar la rizólisis.

 

Cuidados tras la intervención

Al ser un procedimiento ambulatorio el paciente deberá tener un breve periodo de reposo, entre 30 y 60 minutos, y podrá regresar a su hogar pocas horas después. El doctor le recomendará el descanso durante el resto del día y que en los próximos dos días realice actividades que no supongan un esfuerzo físico.

Puede llegar a notar algún tipo de dolor o entumecimiento en el área donde se haya aplicado el tratamiento, que será de breve duración.

En pocas ocasiones puede empeorar el dolor que sentía previo a la intervención. Para ello, se pueden usar analgésicos o la aplicación de hielo o calor para aliviar el malestar.

El resultado puede tardar entre dos y tres semanas. Si el dolor regresa, se puede realizar de nuevo o realizar algún otro tratamiento.

21-09-2023
Top Doctors

Rizolisis

Dr. Gustavo Lucar López - Traumatología

Creado el: 13-11-2012

Editado el: 21-09-2023

Editado por: Leo Santos

 

¿Qué es la rizólisis?

La rizólisis es una técnica quirúrgica no invasiva para abordar el dolor de espalda a través de varias punciones en la zona de la columna vertebral a tratar, sin necesidad de ingreso hospitalario.

La rizólisis se realiza en quirófano, con el paciente acostado boca abajo, en los casos de rizólisis lumbar y rizólisis dorsal, o tumbado boca arriba, en los casos de dolor cervical.

El procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia local y control de rayos X. En algunos casos se puede aplicar sedación, siempre y cuando no dificulte el transcurso de la cirugía.

 

Rizolisis
La rizólisis es una técnica quirúrgica no invasiva para abordar el dolor de espalda.

 

¿Por qué se realiza?

Este tratamiento está indicado en los casos de dolor producido durante un movimiento y en los que no se encuentran afectados los nervios que salen de la columna vertebral hacia las extremidades.

Es únicamente eficaz en enfermos crónicos de lesiones articulares vertebrales en los que están relacionados los nervios de las facetas.

Siempre se debe realizar como última alternativa, puesto que los nervios no se regeneran y este tratamiento se basa en destruirlos.

 

¿En qué consiste?

La rizólisis consiste en la destrucción, mediante impulsos de radiofrecuencia, de unas terminaciones nerviosas que transmiten el dolor originado en las articulaciones que unen dos vértebras entre sí.

Los impulsos por radiofrecuencia se aplicarán a través de una aguja enfocada hacia el nervio específico y bajo control de rayos X. Una vez está la aguja en posición correcta, se llevan a cabo una serie de pruebas para localizar el nervio que origina el dolor y asegurarnos de que está en la posición óptima.

La impresión que tendrá el paciente durante el transcurso de la técnica será la de hormigueo. Durante el procedimiento, el especialista le irá consultando sus sensaciones.

En caso de que la aguja esté en las inmediaciones de las principales raíces de los nervios la percepción será la de temblor en las piernas. Una vez se han realizado todas las pruebas, se practicará la rizólisis que dura aproximadamente un minuto.

 

Preparación para la rizólisis

En el preoperatorio el paciente deberá rellenar el correspondiente formulario de consentimiento. Además se realizará un estudio de la coagulación de la sangre y, posteriormente, se seguirán los cuidados habituales antes de una intervención: esterilidad del paciente y lugar de intervención y revisión de la medicación administrada para realizar la rizólisis.

 

Cuidados tras la intervención

Al ser un procedimiento ambulatorio el paciente deberá tener un breve periodo de reposo, entre 30 y 60 minutos, y podrá regresar a su hogar pocas horas después. El doctor le recomendará el descanso durante el resto del día y que en los próximos dos días realice actividades que no supongan un esfuerzo físico.

Puede llegar a notar algún tipo de dolor o entumecimiento en el área donde se haya aplicado el tratamiento, que será de breve duración.

En pocas ocasiones puede empeorar el dolor que sentía previo a la intervención. Para ello, se pueden usar analgésicos o la aplicación de hielo o calor para aliviar el malestar.

El resultado puede tardar entre dos y tres semanas. Si el dolor regresa, se puede realizar de nuevo o realizar algún otro tratamiento.

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