Inmunoterapia

 

¿Qué es la inmunoterapia?

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, bioterapia o terapia modificadora de la respuesta biológica (terapia MRB), es un conjunto de técnicas de tratamiento que estimulan o reponen el sistema inmunitario, es decir, son las defensas naturales del cuerpo que sirven para combatir ciertas enfermedades e infecciones.

Hay varios tipos de inmunoterapia:

  • Anticuerpos monoclonales y tratamientos agnósticos del tumor: actúan como inhibidores para evitar que las células cancerosas se escondan.
  • Terapia con virus oncológicos: virus que se inyectan en el tumor para que las células cancerosas mueran.
  • Terapia con células T: extracción de células T de la sangre y se modifican genéticamente en un laboratorio para que, una vez introducidas de nuevo en la sangre, encuentren y destruyan las células cancerosas.
  • Vacunas contra el cáncer: exponen el sistema inmunológico a un antígeno (proteína) para que el sistema inmunológico aprenda a reconocer y destruirlo.
inmunoterapia celulas tumorales
La inmunoterapia visibiliza las células tumorales
para que las defensas las puedan eliminar

 

¿Por qué se realiza la inmunoterapia?

Este tratamiento se puede aplicar para mejorar el sistema inmunitario frente a varios tipos de cáncer, alergias y efectos secundarios que presentan los tratamientos del cáncer. En el caso de las alergias, mientras que los otros tratamientos se utilizan para paliar los síntomas, la inmunoterapia es el único que puede modificar el curso natural de la alergia.

Su eficacia se ha demostrado en ensayos clínicos avanzados y en pacientes ya operados como prevención ante la disminución de recaída y el aumento de supervivencia.

 

¿En qué consiste la inmunoterapia?

De todos los tipos de inmunoterapia, la mas desarrollada es la que se basa en anticuerpos monoclonales.

Estos se unen a determinados receptores (puntos de control inmunitario) presentes tanto en las células tumorales (PD-L1 y CTLA-4) como en determinadas células inmunitarias, linfocitos T y NK (PD-1 y TIGIT).

Estos fármacos se administran solos o en unión de otros de distinta naturaleza, incluyendo la radioterapia, formando esquemas terapéuticos cuya utilidad y eficacia, han sido contrastadas en numerosos ensayos clínicos, y abarcando cada vez mas, a un mayor numero de tumores (cáncer de mama, cáncer de vejiga, cáncer de pulmón, cánceres de cabeza y cuello, cáncer renal, cáncer de piel no melanoma, melanoma, cáncer de hígado, o tumores de cualquier localización que expresen determinadas alteraciones genéticas (inestabilidad de microsatélites).

Su administración actual es de forma intravenosa (anticuerpos monoclonales). Otras formas de administración como oral o tópica son de unos menos frecuentes, salvo la intravesical (BCG).

 

 

¿Cuáles son los efectos secundarios de la inmunoterapia?

Aunque de forma general, el tratamiento con inmunoterapia se tolera muy bien, pueden aparecer efectos secundarios que afectan a los pacientes en diferentes formas y que son expresión de una situación de hiperinmunidad.  

Desde ese punto de vista, cualquier órgano o sistema puede verse afectado.

  • Alteraciones digestivas: diarrea o dolor abdominal. Consecuencia de la inflamación del sistema digestivo.
     
  • Alteraciones respiratorias: tos y disnea. Consecuencia de la inflamación del sistema respiratorio.
     
  • Alteraciones dérmicas: erupciones y cambios de la coloración de la piel. Consecuencia de la inflamación de la piel.
     
  • Alteraciones renales: inflamación renal, dolor renal. Consecuencia de la inflamación renal.
     
  • Alteraciones endocrinas: cansancio, función inadecuada del tiroides, hipófisis o páncreas, como consecuencia de la inflamación de las glándulas endocrinas.
     
  • Alteraciones cardiacas: dolor torácico, palpitaciones. Consecuencia de la inflamación cardiaca.

 

 

Preparación para la inmunoterapia

Previamente a la inmunoterapia se realiza un control analítico y una visita con un especialista en Inmunología para confirmar que no hay ningún problema en realizarla.

Es importante que el paciente esté informado de todos los efectos secundarios derivados de la terapia. De esta manera, el paciente podrá controlarlos y prevenirlos.

 

Cuidados tras la intervención

Es muy común que después de las sesiones de inmunoterapia aparezcan efectos secundarios. El paciente deberá estar informado por el equipo de profesionales que realiza la terapia. Sin embargo, podemos destacar los más frecuentes y cómo prevenirlos:

  • Alteraciones en la digestión (diarrea): se recomienda llevar una dieta de fácil digestión y beber mucho líquido. En caso de aparecer un dolor abdominal repentino, tener que acudir más de 4 veces al servicio y/o ver en las heces sangre o mucosidad, debe informarse al equipo que realiza la terapia.
  • Dolor en la zona donde se ha realizado el pinchazo para introducir el fármaco. Es importante que si siente dolor o se ve cierto enrojecimiento consulte al especialista. No se debe tomar ningún medicamento sin haber sido recetado.
  • Alteraciones en la piel: puede aparecer sequedad y picor. Para evitarlo, se aconseja mantener hidratada la piel. Además, no es recomendable tomar el sol.
  • Molestias en las articulaciones y en los músculos: es recomendable realizar ejercicio físico de forma regular para aliviarlas. Si se nota más cansancio, es aconsejable respetar las horas de sueño.
  • Tos continua o sensación de ahogo: debe acudir al especialista.
  • Lesiones en las mucosas: es esencial cuidar la higiene bucal y no tomar bebidas muy calientes para evitarlas.
  • Fiebre: el paciente puede tener fiebre puntualmente durante las 24 – 48 horas posteriores a la sesión.

Además, es recomendable no ingerir minerales, vitaminas, suplementos dietéticos o infusiones de hierbas antes de consultarlo con un médico, dado que pueden influir en el efecto del tratamiento.

En caso de sufrir alguna otra molestia ajena al tumor, es necesario informar de que está sometido a inmunoterapia.

 

Alternativas a la inmunoterapia

Existen alternativas como la quimioterapia o la radioterapia. En el primer tratamiento, un fármaco que actúa directamente sobre la célula tumoral. Sin embargo, el nivel de toxicidad es peor. En el segundo caso, se usan altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores.

Otros tratamientos que no desempeñan un papel directo en la cura de las enfermedades, pero ayudan a lidiar con los síntomas, son los siguientes:

  • Acupuntura: puede ser útil para aliviar las náuseas de la quimioterapia. Es muy importante que la realice un profesional matriculado con agujas estériles. Además, no es segura si se toman anticoagulantes o si hay un recuento sanguíneo bajo.
  • Aromaterapia: se trata de aplicarse aceites con aromas sobre la piel durante un masaje o calentar el aceite para liberar el aroma en el aire. Puede aliviar náuseas, dolor y estrés.
  • Terapia cognitivo conductual: un especialista en salud mental ayuda a detectar y reemplazar los pensamientos y comportamientos que causan los problemas de insomnio.
  • Masajes: el fisioterapeuta puede aliviar la tensión muscular, el estrés y promover la relajación, presionando sobre la piel, los músculos y los tendones.
21-09-2023
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Inmunoterapia

Dr. Pedro Ballesteros - Oncología Médica

Creado el: 23-12-2015

Editado el: 21-09-2023

 

¿Qué es la inmunoterapia?

La inmunoterapia, también llamada terapia biológica, bioterapia o terapia modificadora de la respuesta biológica (terapia MRB), es un conjunto de técnicas de tratamiento que estimulan o reponen el sistema inmunitario, es decir, son las defensas naturales del cuerpo que sirven para combatir ciertas enfermedades e infecciones.

Hay varios tipos de inmunoterapia:

  • Anticuerpos monoclonales y tratamientos agnósticos del tumor: actúan como inhibidores para evitar que las células cancerosas se escondan.
  • Terapia con virus oncológicos: virus que se inyectan en el tumor para que las células cancerosas mueran.
  • Terapia con células T: extracción de células T de la sangre y se modifican genéticamente en un laboratorio para que, una vez introducidas de nuevo en la sangre, encuentren y destruyan las células cancerosas.
  • Vacunas contra el cáncer: exponen el sistema inmunológico a un antígeno (proteína) para que el sistema inmunológico aprenda a reconocer y destruirlo.
inmunoterapia celulas tumorales
La inmunoterapia visibiliza las células tumorales
para que las defensas las puedan eliminar

 

¿Por qué se realiza la inmunoterapia?

Este tratamiento se puede aplicar para mejorar el sistema inmunitario frente a varios tipos de cáncer, alergias y efectos secundarios que presentan los tratamientos del cáncer. En el caso de las alergias, mientras que los otros tratamientos se utilizan para paliar los síntomas, la inmunoterapia es el único que puede modificar el curso natural de la alergia.

Su eficacia se ha demostrado en ensayos clínicos avanzados y en pacientes ya operados como prevención ante la disminución de recaída y el aumento de supervivencia.

 

¿En qué consiste la inmunoterapia?

De todos los tipos de inmunoterapia, la mas desarrollada es la que se basa en anticuerpos monoclonales.

Estos se unen a determinados receptores (puntos de control inmunitario) presentes tanto en las células tumorales (PD-L1 y CTLA-4) como en determinadas células inmunitarias, linfocitos T y NK (PD-1 y TIGIT).

Estos fármacos se administran solos o en unión de otros de distinta naturaleza, incluyendo la radioterapia, formando esquemas terapéuticos cuya utilidad y eficacia, han sido contrastadas en numerosos ensayos clínicos, y abarcando cada vez mas, a un mayor numero de tumores (cáncer de mama, cáncer de vejiga, cáncer de pulmón, cánceres de cabeza y cuello, cáncer renal, cáncer de piel no melanoma, melanoma, cáncer de hígado, o tumores de cualquier localización que expresen determinadas alteraciones genéticas (inestabilidad de microsatélites).

Su administración actual es de forma intravenosa (anticuerpos monoclonales). Otras formas de administración como oral o tópica son de unos menos frecuentes, salvo la intravesical (BCG).

 

 

¿Cuáles son los efectos secundarios de la inmunoterapia?

Aunque de forma general, el tratamiento con inmunoterapia se tolera muy bien, pueden aparecer efectos secundarios que afectan a los pacientes en diferentes formas y que son expresión de una situación de hiperinmunidad.  

Desde ese punto de vista, cualquier órgano o sistema puede verse afectado.

  • Alteraciones digestivas: diarrea o dolor abdominal. Consecuencia de la inflamación del sistema digestivo.
     
  • Alteraciones respiratorias: tos y disnea. Consecuencia de la inflamación del sistema respiratorio.
     
  • Alteraciones dérmicas: erupciones y cambios de la coloración de la piel. Consecuencia de la inflamación de la piel.
     
  • Alteraciones renales: inflamación renal, dolor renal. Consecuencia de la inflamación renal.
     
  • Alteraciones endocrinas: cansancio, función inadecuada del tiroides, hipófisis o páncreas, como consecuencia de la inflamación de las glándulas endocrinas.
     
  • Alteraciones cardiacas: dolor torácico, palpitaciones. Consecuencia de la inflamación cardiaca.

 

 

Preparación para la inmunoterapia

Previamente a la inmunoterapia se realiza un control analítico y una visita con un especialista en Inmunología para confirmar que no hay ningún problema en realizarla.

Es importante que el paciente esté informado de todos los efectos secundarios derivados de la terapia. De esta manera, el paciente podrá controlarlos y prevenirlos.

 

Cuidados tras la intervención

Es muy común que después de las sesiones de inmunoterapia aparezcan efectos secundarios. El paciente deberá estar informado por el equipo de profesionales que realiza la terapia. Sin embargo, podemos destacar los más frecuentes y cómo prevenirlos:

  • Alteraciones en la digestión (diarrea): se recomienda llevar una dieta de fácil digestión y beber mucho líquido. En caso de aparecer un dolor abdominal repentino, tener que acudir más de 4 veces al servicio y/o ver en las heces sangre o mucosidad, debe informarse al equipo que realiza la terapia.
  • Dolor en la zona donde se ha realizado el pinchazo para introducir el fármaco. Es importante que si siente dolor o se ve cierto enrojecimiento consulte al especialista. No se debe tomar ningún medicamento sin haber sido recetado.
  • Alteraciones en la piel: puede aparecer sequedad y picor. Para evitarlo, se aconseja mantener hidratada la piel. Además, no es recomendable tomar el sol.
  • Molestias en las articulaciones y en los músculos: es recomendable realizar ejercicio físico de forma regular para aliviarlas. Si se nota más cansancio, es aconsejable respetar las horas de sueño.
  • Tos continua o sensación de ahogo: debe acudir al especialista.
  • Lesiones en las mucosas: es esencial cuidar la higiene bucal y no tomar bebidas muy calientes para evitarlas.
  • Fiebre: el paciente puede tener fiebre puntualmente durante las 24 – 48 horas posteriores a la sesión.

Además, es recomendable no ingerir minerales, vitaminas, suplementos dietéticos o infusiones de hierbas antes de consultarlo con un médico, dado que pueden influir en el efecto del tratamiento.

En caso de sufrir alguna otra molestia ajena al tumor, es necesario informar de que está sometido a inmunoterapia.

 

Alternativas a la inmunoterapia

Existen alternativas como la quimioterapia o la radioterapia. En el primer tratamiento, un fármaco que actúa directamente sobre la célula tumoral. Sin embargo, el nivel de toxicidad es peor. En el segundo caso, se usan altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores.

Otros tratamientos que no desempeñan un papel directo en la cura de las enfermedades, pero ayudan a lidiar con los síntomas, son los siguientes:

  • Acupuntura: puede ser útil para aliviar las náuseas de la quimioterapia. Es muy importante que la realice un profesional matriculado con agujas estériles. Además, no es segura si se toman anticoagulantes o si hay un recuento sanguíneo bajo.
  • Aromaterapia: se trata de aplicarse aceites con aromas sobre la piel durante un masaje o calentar el aceite para liberar el aroma en el aire. Puede aliviar náuseas, dolor y estrés.
  • Terapia cognitivo conductual: un especialista en salud mental ayuda a detectar y reemplazar los pensamientos y comportamientos que causan los problemas de insomnio.
  • Masajes: el fisioterapeuta puede aliviar la tensión muscular, el estrés y promover la relajación, presionando sobre la piel, los músculos y los tendones.
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