¿Qué es la enfermedad de Hodgkin?

La enfermedad de Hodgkin o linfoma de Hodgkin es un tipo de linfoma tratado por especialistas en Hematología que tiene su origen en los glóbulos blancos o linfocitos, las células de defensa del sistema inmunológico. Es decir, esta enfermedad es en realidad un cáncer del sistema linfático, la red de órganos, ganglios, conductos y vasos linfáticos esencial para el sistema inmunitario que produce linfa y la transporta desde los tejidos hacia el torrente sanguíneo. 

Así pues, el linfoma de Hodgkin pone en marcha la formación descontrolada de células linfoides atípicas, llamadas Reed-Sternberg, causando un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos de una zona en concreto y, desde ahí, extendiéndose progresivamente a otras áreas ganglioneras cercanas, el bazo o la médula ósea. Aunque puede originarse en casi cualquier lugar, normalmente aparece en los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo: tórax, cuello y axilas.

La incidencia en España es de 30 nuevos casos por millón de habitantes y año. En este sentido, la enfermedad de Hodgkin afecta tanto a personas jóvenes como a mayores de 55 años. Entre las jóvenes, es más frecuente en mujeres y, a partir de los 55 años, afecta más a los hombres. De forma menos frecuente, en una incidencia de aproximadamente el 5%, esta enfermedad perjudica también a niños.

¿Qué tipos existen?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen dos tipos principales de enfermedad de Hodgkin. Estos son: 

• Linfoma de Hodgkin clásico. Es el más común (80% de casos), distinguiéndose cuatro variedades, según la celuridad acompañante:
  • Linfoma de Hodgkin clásico con esclerosis nodular. Es el más frecuente (55%), afectando sobre todo a adolescentes y adultos jóvenes. 
  • Linfoma de Hodgkin clásico rico en linfocitos (10%).
  • Linfoma de Hodgkin clásico con celuridad mixta (16%).
  • Linfoma de Hodgkin clásico con depleción linfocítica. Este tipo es común entre pacientes que padecen el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) (1%).
• Predominio linfocítico nodular (20%).

¿Cuáles son los síntomas? 

Un porcentaje muy alto de los pacientes que sufren de enfermedad de Hodgkin, entre el 60% y el 70%, se muestran asintomáticos. De hecho, es frecuente que se diagnostique únicamente una vez se ha detectado una adenopatía, es decir, una inflamación indolora de un ganglio linfático. Esta suele localizarse en la zona lateral del cuello o alrededor de las clavículas, aunque también puede darse en axilas o ingles. En algunas ocasiones, incluso puede identificarse una molestia en el abdomen, normalmente relacionada con la inflamación del bazo, u otros síntomas relacionados como la tos seca o el dolor lumbar, que ocurren como consecuencia a la compresión de alguna estructura interna. 

Por otro lado, las personas que sufren en linfoma de Hodgkin pueden presentar los siguiente síntomas: 

• Fiebre nocturna.
• Sudoración profusa.
• Pérdida no justificada de peso.
• Picores generalizados.
• Dolor de los ganglios inflamados.

¿Cuáles son las causas?

Actualmente, se desconocen las causas de la enfermedad de Hodgkin. No obstante, se considera que, en determinados casos, una infección relacionada con el virus de Epstein-Barr, como la mononucleosis, contribuye a su aparición. Asimismo, las personas con VIH están en mayor riesgo que la población general.
 

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento de la enfermedad de Hodgkin varía según la extensión del linfoma, pero siempre está basado en la quimioterapia, acompañada de radioterapia sobre áreas afectadas.

Además, en pacientes considerados de alto riesgo o con una previsión elevada de recaída en la enfermedad, está indicado el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos, es decir, la infusión de células madre propias que se lleva a cabo con el objetivo de restaurar el flujo sanguíneo del paciente. 

El pronóstico dependerá del tipo de linfoma de Hodgkin, de la extensión y de la respuesta del paciente al tratamiento. Exceptuando algunos factores adversos, la probabilidad de curación es superior el 80%. Sin embargo, a pesar del buen pronóstico generalizado, los enfermos no consiguen una remisión del todo, y los pacientes con recidivas tardías tienen peor pronóstico.
 

¿Se puede prevenir?

De los factores de riesgo que se conocen de la enfermedad de Hodgkin, solo unos pocos se pueden cambiar, por lo que no se puede prevenir la enfermedad, en la gran mayoría de los casos. Tal y como se adelantaba con anterioridad, padecer ViH sí que aumenta el riesgo de desarrolla la enfermedad, por lo que las recomendaciones serán las mismas que para evitar el contagio del virus. Lo mismo ocurre con la infección por el virus Epstein-Barr, que causa la mononucleosis, pero lamentablemente no existe forma de prevenirla.