Disfagia

¿Qué es la disfagia?

La deglución difícil, conocida en los círculos médicos como disfagia, es la dificultad para tragar o deglutir los alimentos de forma eficaz y segura.

Es muy frecuente entre los pacientes que sufren enfermedades neurológicas y en personas de edad avanzada. En muchos casos, es consecuencia de accidentes cerebrovasculares, Alzheimer, Parkinson e intubaciones, aunque también puede ser causada por otras dolencias como las afectaciones de la lengua y los músculos de la garganta o del esófago. 

Dependiendo de dónde se encuentren los problemas deglutorios, podemos hablar de disfagia orofaríngea o esofágica.
 

¿Cuáles son los síntomas de la disfagia?

Dependiendo del tipo de disfagia, los síntomas y las características son diferentes y fácilmente reconocibles:

Si experimenta cualquiera de estos síntomas, es importante acudir al especialista adecuado para que pueda hacer un diagnóstico y establecer un tratamiento.

El tratamiento de la disfagia permite evitar
sus graves complicaciones


¿Qué causa la disfagia?

La disfagia puede tener distintos orígenes: envejecimiento (edad avanzada), enfermedad neurológica vascular (ACV), enfermedad neurodegenerativa (Parkinson, demencia, ELA) enfermedad desmielinizante (esclerosis múltiple), también origen miopático (miastenia gravis, distrofias), infeccioso (Covid-19, enfermedad de Lyme), metabólico (amiloidosis, síndrome de Cushing ), iatrogénico (radioterapia, intubación prolongada), estructural (tumores oncológicos, divertículos, cuerpo extraño que obstruye), funcional (acalasia, reflujo gastroesofágico).

Cuando el origen de la disfagia se explica por la presencia de una enfermedad de base, una enfermedad neurológica, un cáncer que afecta alguna estructura de la cabeza o del cuello, esta es la causa.

Sin embargo, en ocasiones, el origen de la disfagia puede ser desconocido o adquirido, sería el caso de las disfagias de origen estructural o funcional. En el caso de la vejez, la disfagia debe considerarse como un síndrome geriátrico que principalmente se produce por la progresiva pérdida de la masa muscular y por los déficits neurológicos propios de la edad avanzada.
 

¿Cómo se diagnostica la disfagia?

El diagnóstico de la disfagia puede ser difícil ya que comparte los síntomas con otros trastornos digestivos. Ante la sospecha de disfagia, es probable que su especialista le pida alguna de estas exploraciones y pruebas:

  • Exploración clínica: generar una historia clínica específica del paciente y explorar la deglución mediante pruebas de screening, permite diferenciar entre los tipos de disfagia y guiará el tipo de exploración complementaria que habrá que solicitar.
     
  • Videofluoroscopia: es un estudio radiológico dinámico en el que el paciente traga alimentos de diferentes volúmenes y viscosidades que llevan un contraste hidrosoluble (bario) y en el que se toman radiografías. Este procedimiento permite observar cómo los alimentos transitan por el tracto digestivo de la boca al estómago y si se producen aspiraciones hacia la vía área.
     
  • Endoscopia: se introduce un endoscopio a través de la nariz o la boca, pasa por la garganta para poder examinar la presencia de anormalidades laringofaríngeas que generen obstrucción o alteraciones funcionales.
     
  • Manometría: se inserta un tubo pequeño por la nariz o la boca hasta el esófago para estudiar la faringe y esófago. Este método permite medir las contracciones de la musculatura faringoesofágica y detectar anomalías de los esfínteres.

 

¿Cuál es el tratamiento para la disfagia?

Con respecto al tratamiento de la disfagia orofaríngea, los programas de neurorehabilitación permiten reducir la incidencia de las neumonías por aspiración y mejorar el estado nutricional de los pacientes. El objetivo de la rehabilitación es que la persona pueda seguir alimentándose por la boca sin necesidad de sonda. Son necesarios los ejercicios de neurorehabilitación para fortalecer los músculos implicados durante la deglución (lengua, mandíbula, faringe y laringe).

También es importante sentarse de forma erguida durante las comidas, ingerir los alimentos en pequeñas cantidades para controlarlos mejor dentro de la boca, dedicar tiempo suficiente para masticar y tragar correctamente, dejar transcurrir 1 hora después de las ingestas, beber agua suficiente para mantener una buena hidratación corporal, frecuentemente los líquidos deben espesarse para mantener la seguridad deglutoria. 

Otras opciones de tratamiento son:

  • Inyecciones de Toxina Botulínica: se puede considerar la inyección de toxina botulínica en las glándulas salivales cuando el paciente tiene salivación excesiva con aspiración de las secreciones orofaríngeas. También se utiliza este procedimiento para relajar músculos en contracción excesiva que no permiten el avance de los alimentos.
     
  • Cirugía: a través del tratamiento quirúrgico se puede realizar la resección de tumores, divertículos, herniaciones, mejorar la eficiencia de esfínteres, para que sea más fácil tragar.
     
  • Dilatación esofágica: el estrechamiento del esófago por acumulación de tejido cicatricial a consecuencia por ejemplo del reflujo gastroesofágico, no permite que el alimento entre en el estómago y el tragar se convierte en algo doloroso. En estos casos está indicada la dilatación esofágica, consiste en pasar un globo por el esófago para ensanchar el esófago.
17-04-2024
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Disfagia

Dra. Marta Bisbe Gutiérrez - Fisioterapia

Creado el: 21-10-2015

Editado el: 17-04-2024

Editado por: Sofía Berrón

¿Qué es la disfagia?

La deglución difícil, conocida en los círculos médicos como disfagia, es la dificultad para tragar o deglutir los alimentos de forma eficaz y segura.

Es muy frecuente entre los pacientes que sufren enfermedades neurológicas y en personas de edad avanzada. En muchos casos, es consecuencia de accidentes cerebrovasculares, Alzheimer, Parkinson e intubaciones, aunque también puede ser causada por otras dolencias como las afectaciones de la lengua y los músculos de la garganta o del esófago. 

Dependiendo de dónde se encuentren los problemas deglutorios, podemos hablar de disfagia orofaríngea o esofágica.
 

¿Cuáles son los síntomas de la disfagia?

Dependiendo del tipo de disfagia, los síntomas y las características son diferentes y fácilmente reconocibles:

Si experimenta cualquiera de estos síntomas, es importante acudir al especialista adecuado para que pueda hacer un diagnóstico y establecer un tratamiento.

El tratamiento de la disfagia permite evitar
sus graves complicaciones


¿Qué causa la disfagia?

La disfagia puede tener distintos orígenes: envejecimiento (edad avanzada), enfermedad neurológica vascular (ACV), enfermedad neurodegenerativa (Parkinson, demencia, ELA) enfermedad desmielinizante (esclerosis múltiple), también origen miopático (miastenia gravis, distrofias), infeccioso (Covid-19, enfermedad de Lyme), metabólico (amiloidosis, síndrome de Cushing ), iatrogénico (radioterapia, intubación prolongada), estructural (tumores oncológicos, divertículos, cuerpo extraño que obstruye), funcional (acalasia, reflujo gastroesofágico).

Cuando el origen de la disfagia se explica por la presencia de una enfermedad de base, una enfermedad neurológica, un cáncer que afecta alguna estructura de la cabeza o del cuello, esta es la causa.

Sin embargo, en ocasiones, el origen de la disfagia puede ser desconocido o adquirido, sería el caso de las disfagias de origen estructural o funcional. En el caso de la vejez, la disfagia debe considerarse como un síndrome geriátrico que principalmente se produce por la progresiva pérdida de la masa muscular y por los déficits neurológicos propios de la edad avanzada.
 

¿Cómo se diagnostica la disfagia?

El diagnóstico de la disfagia puede ser difícil ya que comparte los síntomas con otros trastornos digestivos. Ante la sospecha de disfagia, es probable que su especialista le pida alguna de estas exploraciones y pruebas:

  • Exploración clínica: generar una historia clínica específica del paciente y explorar la deglución mediante pruebas de screening, permite diferenciar entre los tipos de disfagia y guiará el tipo de exploración complementaria que habrá que solicitar.
     
  • Videofluoroscopia: es un estudio radiológico dinámico en el que el paciente traga alimentos de diferentes volúmenes y viscosidades que llevan un contraste hidrosoluble (bario) y en el que se toman radiografías. Este procedimiento permite observar cómo los alimentos transitan por el tracto digestivo de la boca al estómago y si se producen aspiraciones hacia la vía área.
     
  • Endoscopia: se introduce un endoscopio a través de la nariz o la boca, pasa por la garganta para poder examinar la presencia de anormalidades laringofaríngeas que generen obstrucción o alteraciones funcionales.
     
  • Manometría: se inserta un tubo pequeño por la nariz o la boca hasta el esófago para estudiar la faringe y esófago. Este método permite medir las contracciones de la musculatura faringoesofágica y detectar anomalías de los esfínteres.

 

¿Cuál es el tratamiento para la disfagia?

Con respecto al tratamiento de la disfagia orofaríngea, los programas de neurorehabilitación permiten reducir la incidencia de las neumonías por aspiración y mejorar el estado nutricional de los pacientes. El objetivo de la rehabilitación es que la persona pueda seguir alimentándose por la boca sin necesidad de sonda. Son necesarios los ejercicios de neurorehabilitación para fortalecer los músculos implicados durante la deglución (lengua, mandíbula, faringe y laringe).

También es importante sentarse de forma erguida durante las comidas, ingerir los alimentos en pequeñas cantidades para controlarlos mejor dentro de la boca, dedicar tiempo suficiente para masticar y tragar correctamente, dejar transcurrir 1 hora después de las ingestas, beber agua suficiente para mantener una buena hidratación corporal, frecuentemente los líquidos deben espesarse para mantener la seguridad deglutoria. 

Otras opciones de tratamiento son:

  • Inyecciones de Toxina Botulínica: se puede considerar la inyección de toxina botulínica en las glándulas salivales cuando el paciente tiene salivación excesiva con aspiración de las secreciones orofaríngeas. También se utiliza este procedimiento para relajar músculos en contracción excesiva que no permiten el avance de los alimentos.
     
  • Cirugía: a través del tratamiento quirúrgico se puede realizar la resección de tumores, divertículos, herniaciones, mejorar la eficiencia de esfínteres, para que sea más fácil tragar.
     
  • Dilatación esofágica: el estrechamiento del esófago por acumulación de tejido cicatricial a consecuencia por ejemplo del reflujo gastroesofágico, no permite que el alimento entre en el estómago y el tragar se convierte en algo doloroso. En estos casos está indicada la dilatación esofágica, consiste en pasar un globo por el esófago para ensanchar el esófago.
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