Fibrilación auricular: síntomas, causas, tratamiento y prevención

Escrito por: Dr. Tomás Ripoll Vera
Publicado: | Actualizado: 25/02/2019
Editado por: Roser Bernés Ubasos

¿Qué es la fibrilación auricular? ¿Qué tipos existen?

La fibrilación auricular es la arritmia mantenida más frecuente en nuestros días (con una prevalencia estimada en la población adulta de entre 0,4 y 2%). Su alta frecuencia está asociada al envejecimiento de la población, y en pacientes añosos condiciona un importante aumento de la mortalidad debido a problemas cardiovasculares.

 

Se trata de una alteración de la conductividad habitual del corazón, llamado ritmo sinusal, cuando las aurículas no se contraen correctamente y los ventrículos lo realizan de manera irregular y excesivamente rápida, impidiendo el funcionamiento del corazón. Normalmente se asocia a enfermedad de la válvula mitral, pero también puede surgir de manera aislada o vinculada a otras enfermedades. Se singulariza por la descoordinación del ritmo de contracción de la aurícula. Puede generar trombos y embolias, y complicaciones cardiovasculares importantes como los accidentes cerebrovasculares.

 

Puede manifestarse de forma paroxística (episodios breves autolimitados), persistente (episodios más prolongados que habitualmente requieren la actuación médica para su eliminación) y permanente o crónica.

 

 

¿Cuáles son las causas?

El mecanismo de producción de la arritmia se basa en que la aurícula izquierda se activa de manera descoordinada sin contracción efectiva. Esto se traduce en unas pulsaciones habitualmente más rápidas de lo habitual, y en la posibilidad de formarse trombos (coágulos de sangre) dentro de ella.

 

La fibrilación auricular puede aparecer en corazones que presentan ciertas patologías cardiacas como: enfermedad de la válvula mitral, enfermedad coronaria, pericarditis, cardiopatías congénitas, entre otras; asociada a otras enfermedades como hipertensión arterial, alteraciones del tiroides, etc. o, incluso, cuando existe un consumo excesivo de alcohol.

 

Pero también puede aparecer en personas aparentemente saludables que, en principio, no presentan ninguna patología cardiaca, y en estos casos es habitualmente de causa desconocida, y a la vez suele tener menos consecuencias graves para la salud que cuando ocurre en corazones enfermos.

 

 

¿Qué síntomas presenta? ¿Cómo podemos detectar que nos está sucediendo?

Los pacientes suelen presentar palpitaciones que es la sensación subjetivamente anormal de los latidos cardíacos, que pueden percibirse como latidos fuertes, latidos adelantados, latidos irregulares o latidos rápidos; sensación de ahogo, dolor en el pecho, fatiga, mareos, desmayo, etc. En general, la fibrilación auricular incapacita para realizar las tareas sencillas de la vida cotidiana.

 

A lo largo del desarrollo de la enfermedad, el paciente puede apreciar períodos con y sin síntomas, debido a que, con el tiempo, las palpitaciones pueden incluso desaparecer. Esto es fundamental porque cabe la posibilidad de estar en peligro sin sentir ninguna molestia.

 

En ocasiones, se descubre que un paciente presenta fibrilación auricular porque súbitamente sufre una isquemia o ictus cerebral (transitorio o permanente), cuyas manifestaciones clínicas (dificultad para movilizar la mitad del cuerpo o para hablar o ambas) podrían desaparecer en 24 horas o quedarse permanentes (o incluso producir la muerte). Los ictus se deben a la formación de trombos en la aurícula, que pueden desprenderse y migrar a través del torrente sanguíneo hasta el cerebro, ocluyendo una arteria, con la consiguiente falta de riego en una parte del cerebro, que es lo que denominamos embolia cerebral. 

 

Se detecta con facilidad mediante la realización de un electrocardiograma (ECG). Seguidamente hay que descartar la presencia de una cardiopatía estructural mediante un ecocardiograma.

 

La técnica mejor para detectar trombos en la aurícula izquierda es el ecocardiograma transesofágico (ETE), que además proporciona información sobre el momento adecuado para realizar la cardioversión eléctrica.

 

fibrilacion auricular arritmia
La fibrilación auricular es una patología cardíaca asociada al envejecimiento
 

 

 

¿Se puede prevenir de algún modo?

Las recomendaciones a los pacientes de fibrilación auricular incluyen todo lo siguiente:

 

  1. Controlar la presión arterial. La presión arterial es la principal causa de fibrilación auricular. Por este motivo, es especialmente esencial mantener un control estricto de la misma.
     
  2. Moderar el consumo de alcohol. El alcohol es un desencadenante de episodios de fibrilación auricular. Incluso existen personas que sólo la presentan después de una ingesta abundante de alcohol. Siempre se aconseja el consumo moderado de bebidas alcohólicas, pero si además se tiene otra enfermedad cardiaca, se debe consultar al especialista en Cardiología sobre su consumo. El alcohol podría estar contraindicado de forma absoluta.
     
  3. Reducir los estimulantes. El café, el té, las bebidas de cola… son estimulantes capaces de generar una fibrilación auricular, por lo que se debe descartar o reducir su consumo.
     
  4. Dejar el tabaco. El tabaco siempre es perjudicial para salud y en las personas con fibrilación auricular aún más porque contiene estimulantes, como la nicotina, que pueden propiciar alguna crisis. Dejar de fumar es lo ideal para disminuir los episodios de fibrilación auricular, así como la posibilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, ictus...) o no cardiovasculares, como distintos tipos de cáncer. Para superar la adicción con mayor facilidad, conviene consultar con su médico. En muchos centros de salud existen unidades especializadas de tabaquismo que sirven de ayuda.
     
  5. Ejercicio moderado. La práctica de ejercicio físico intenso y prolongado, puede impedir la eficacia completa del tratamiento de la fibrilación auricular, así como aumentar el riesgo de reaparición. Esto no significa que el paciente deba adoptar una vida sedentaria. Caminar todos los días y moverse es importante, pero evitando las carreras de fondo, grandes recorridos en bicicleta o aquellos deportes que impliquen un gran esfuerzo cardiovascular.

 

 

¿Cuál es el tratamiento más eficaz?

Existen dos aspectos fundamentales: primero, el control de la arritmia, ya sea su reversión al ritmo sinusal normal del corazón mediante cardioversión o el control de las pulsaciones mediante fármacos, y segundo, la prevención de las embolias cerebrales mediante medicación anticoagulante (como el sintrom, el más antiguo y conocido, u otros fármacos anticoagulantes más modernos, con una efectividad y seguridad ya demostradas).

 

La cardioversión consiste en aplicar corriente eléctrica breve sobre el pecho mediante un desfibrilador, previa sedación del paciente. Esta técnica es muy segura y suele revertir la arritmia en un 80-90% de los casos, pero no evita que pueda reaparecer, esto sólo le pueden hacer los fármacos o la ablación.

 

Existe un tratamiento potencialmente curativo, llamado ablación de venas pulmonares, el cual permite lesionar los focos productores de arritmias con una corriente de energía de bajo voltaje mediante radiofrecuencia, para así eliminar la arritmia. Debido a su dificultad técnica, riesgos y éxito terapéutico, en torno al 70%, este método suele reservarse para pacientes con recidivas pese al tratamiento con fármacos.

 

Cuando el riesgo de embolia se considera elevado, el especialista recomienda al paciente tratarse con medicamentos anticoagulantes. Cuando el riesgo es bajo, puede tratarse fácilmente con solo aspirina (ácido acetilsalicílico) o, incluso, no precisar medicación. Estos aspectos sólo los puede valorar su médico. 

Por Dr. Tomás Ripoll Vera
Cardiología

El reputado Dr. Tomás Ripoll Vera es un especialista en Cardiología para adultos con una amplia experiencia en cardiología clínica, cardiopatías familiares y genéticas, muerte súbita cardíaca, ecocardiografía, estimulación cardíaca (marcapasos), arritmias y fibrilación auricular, entre otros.

Autor de numerosas ponencias y comunicaciones a congresos tanto nacionales e internacionales, y ha publicado varios estudios clínicos sobre su especialidad. Actualmente, es cardiólogo del Instituto de Cardiología y Cirugía Cardíaca de la Policlínica Miramar y Jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Son Llàtzer. Es además Profesor asociado de Medicina (Cardiología) en la Universidad de las Islas Baleares.

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