Cómo afecta la artrosis a las articulaciones

La artrosis afecta actualmente a unos siete millones de personas en España, y es que es una de las enfermedades crónicas más comunes en nuestro país. El número de casos diagnosticados se encuentra en una tendencia ascendente, debido a la creciente esperanza de vida de la población. La función de la traumatología es esencial para facilitar la vida del paciente ante esta patología que provoca dolor y deformidad de las articulaciones.

¿Qué es la artrosis?

La artrosis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones que afecta al cartílago. El cartílago es una sustancia intrínseca del organismo que recubre las superficies óseas en las articulaciones o "bisagras" de nuestro cuerpo. Así, actúa como una membrana protectora y de amortiguación para los constantes movimientos que realizan nuestros huesos y articulaciones.

Se trata de una enfermedad multifactorial, es decir, que viene dada por una combinación de factores ambientales y genéticos, y en la mayoría de casos depende de la edad del paciente, así como de sus antecedentes personales o familiares entre otros relacionados con un desgaste del cartílago y por ende la superficie lisa que permite la movilidad completa de las articulaciones.

Al padecer artrosis, el cuerpo no regenera el cartílago y debajo de estas úlceras o zonas de desgaste aflora el hueso que, al no disponer de su sustancia amortiguadora, su fricción con el otro hueso provoca dolor y progresiva deformidad de la articulación. Con el trascurso de la enfermedad puede llegar incluso a limitar la movilidad del paciente.

Síntomas de la artrosis

El diagnóstico es clínico de la artrosis suele incluir el dolor intenso que conlleva a una limitación dolorosa de la movilidad articular y deformidad de las articulaciones. Muchas veces, para completar el estudio y obtener un diagnóstico exacto se pueden realizar pruebas complementarias de diagnóstico por la imagen como radiografías, ecografías o tac entre otras.

Tratamiento para la artrosis

Hoy por hoy no existe un tratamiento o cura definitiva para la artrosis, con lo cual sigue siendo hasta la fecha una enfermedad crónica. Como alternativas viables, se puede entrenar para reforzar la musculatura y así descargar la articulación, también se puede seguir una rutina de complementos alimenticios para que el líquido de las articulaciones proteja y nutra más al cartílago y así frenar su desgaste. Las infiltraciones también son una opción muy efectiva contra este dolor; y como última opción se puede recurrir a las intervenciones quirúrgicas, que pretenden sustituir la articulación dañada o fijar dicha articulación para que desaparezca el dolor.