Cirugía para una reducción de pecho

Escrito por: Dra. Brianda Hurtado de Mendoza García
Publicado:
Editado por: Top Doctors®

El tamaño de los senos viene determinado por la genética, el peso de la paciente y su influencia hormonal. Puede llegar a ser un problema al principio de la adolescencia o tras la menopausia, así como durante el proceso de terapia hormonal. Sin embargo, unos pechos grandes causan los mismos problemas a todas las edades, siendo estos: dolor de espalda y cuello, marcas en los hombros por el sujetador, sarpullidos bajo el pecho, sensación de inhibición y estrés psicológico. Una de las quejas más comunes es la dificultad para vestirse a la moda o para practicar deporte, especialmente en verano.

 

¿En qué consiste la cirugía de reducción mamaria?

Se trata de una operación que remueve el exceso de grasa, tejido mamario y piel, remodelando y reposicionando la areola a la forma de unos pechos de menor tamaño. Existen varios diseños para remodelar las mamas, todas ellas con una cicatriz alrededor de la areola y diferentes formas de cicatrices dependiendo del diseño, las preferencias del especialista en Cirugía plástica y las características de la paciente. Normalmente se procura infligir a la paciente las menores cicatrices posibles, para lograr el mejor resultado. La reducción mamaria se puede utilizar también para corregir una asimetría mamaria, si se da el caso que una mama es más grande que la otra.

 

Consecuencias de la cirugía para una reducción de pecho

Las consecuencias más obvias de esta operación, dejando de lado el cambio en forma y tamaño, son las cicatrices. Es por este motivo que se diseñan de modo que se puedan esconder bajo el sujetador o el traje de baño. Normalmente se atenúan con el tiempo y pasan de un color rojizo a un rosa pálido, aunque nunca desaparecen. A pesar de ello, la capacidad para cicatrizar es individual y en algunas mujeres las cicatrices pueden llegar a ser más evidentes e incluso estéticamente inaceptables.

La lactancia puede no ser posible tras la operación por el daño causado a los conductos lactoforos aunque según la técnica quirúrgica usada hay bastantes posibilidades de poder dar pecho. La reducción mamaria no es una contraindicación para el embarazo, pero el hecho de una posible imposibilidad para una futura lactancia debería tenerse en cuenta antes de embarcarse en esta operación.

Tras la cirugía los pezones pueden acabar siendo menos sensibles, debido a la sección de las terminaciones nerviosas. Además, esta falta de sensibilidad puede extenderse al resto del seno.

 

¿Durante cuánto tiempo se mantiene la reducción del pecho?

A menos que la operación se haya hecho a una edad en la que los pechos siguen creciendo, estos no deberían seguir desarrollándose. A pesar de esto, un incremento de peso o un embarazo pueden volver a aumentar su tamaño. Los pechos tienen tendencia a caer con el paso del tiempo, y se debe esperar algún cambio en la forma tras una reducción mamaria, que se puede retrasar con el uso de un buen sujetador.

 

Limitaciones tras la reducción mamaria

Es muy importante hablar con el cirujano antes de la intervención, para explicarle el tamaño de pecho que se desea. Algunas pacientes buscan una reducción total del tamaño del busto y para lograrlo es necesario sacrificar la forma y la estética de los resultados. Es probable que quede un cierto grado de asimetría, posiblemente menor del que existía antes de la operación. En aquellas mujeres con problemas por gigantomastia, los beneficios de la reducción superan las imperfecciones potenciales de forma, además de la disminución de la sensibilidad y el deterioro en la función del pezón.

 

Riesgos de la cirugía de reducción de pecho

Como cualquier operación con anestesia general, existe un riesgo de complicaciones respiratorias, en especial entre las fumadoras. También hay un pequeño incremento de trombosis venosa en las piernas, sobre todo entre pacientes que toman la píldora anticonceptiva.

El sangrado activo tras la operación puede requerir una segunda operación e incluso transfusión. Muy ocasionalmente, la infección por causa de gérmenes en los conductos mamarios se puede tratar con antibióticos, pero retrasará el proceso de cicatrización. Si existe supuración del pezón antes de la cirugía se debe consultar con el cirujano.

Las fumadoras tienen mayor riesgo de acabar con cicatrices menos estéticas. Normalmente la cicatriz va desapareciendo con el paso del tiempo, y termina en forma de una línea blanca que apenas se distingue. Tras 6 meses de la operación original se pueden llevar a cabo operaciones secundarias para revisar algunas cicatrices.

No hay evidencia de que la reducción mamaria cause cáncer de mama, y tampoco previene a las pacientes de ser examinadas para diagnosticarlo.

 

¿Qué hacer durante el preoperatorio?

El cirujano recomendará reducir peso (solo en caso de sobrepeso) y abandonar la píldora anticonceptiva. También es recomendable dejar de fumar, ya que el consumo de tabaco afecta gravemente el proceso de cicatrización de la herida. ¿Qué se debe esperar del postoperatorio? La operación se realiza con anestesia general y tras ella te despiertas con un tubo de drenaje en cada pecho y un vendaje. La estancia en hospital puede ser de entre 1 y 2 días, dependiendo de la recuperación. Un periodo de reposo de 2 a 6 semanas es necesario según la condición general de la paciente.

Además, es obligatorio llevar un sujetador deportivo tras la cirugía y durante un periodo de 6 semanas tanto de día como de noche.

Por Dra. Brianda Hurtado de Mendoza García
Cirugía plástica, estética y reparadora

La Dra. Brianda Hurtado de Mendoza es una reputada cirujana plástica y estética en Málaga y Torremolinos. Actualmente, forma parte del cuadro médico de la Clínica Santa Elena, en Torremolinos. Es experta en aumento de mamas, reconstrucción mamaria, rinoplastia, blefaroplastia, rejuvenecimiento facial o abdominoplastia, entre otras.

Es licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid y una destacada especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora con más de quince años de experiencia. Actualmente, ejerce como jefa del Departamento de Cirugía Plástica en Hospital San Rafael de Cádiz, en su propia consulta privada y en el Hospital Santa Elena de Torremolinos. Se ha formado entre España, Italia y Reino Unido, obteniendo una reputación que le ha valido para realizar numerosas comunicaciones a congresos, gracias a los conocimientos adquiridos en la treintena de cursos de los cuales se ha titulado.

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